Observa Antonio García Peris la magnífica instantánea realizada por él a
la familia Sorolla en la Navidad de 1907 sobre trípode, placa y flash
de magnesio. Era un profesional que viajaba con frecuencia a París, de donde
importaba a Valencia las últimas técnicas. Para su taller empezó trabajando Joaquín
Sorolla —que se convertiría en el cada día más famoso pintor valenciano de la luz, la huerta y el mar—, aprendiendo encuadres así como la importancia de luces y sombras.
Acabaría casándose con su hija Claudia y pintando a su maestro —y ya suegro—
observando un negativo. NOTA QUE Sorolla aparece retratado en primer plano en
la foto de la cena navideña, sentado en la tumbona y el propio fotógrafo, Antonio, al fondo de pie.
LVA y LSD, WERFEN
Buenos días.
ResponderEliminarCasualmente en mi despacho rural, que el otro día os mostré, mi hermana Esperanza, colocó en las paredes cuadros de diferentes artistas, Miró, Arcimboldo (las cuatro estaciones), fotos de su pareja y dos cuadros del Gran Sorolla, El Mantón de Manila y niño comiendo sandía.
Respecto a Arcimboldo, seguro que cambiaría mucho vuestra forma de verlo. Era un elemento que pintaba en cada estación del año un cuadro con la cara de una persona echa con !!! las frutas, hortalizas, vallas, flores, ramas y hojas de cada una de ellas ¡¡¡ Es lo único que conozco de él, soy un absoluto ignorante en pintura, pero merece la pena verlo en internet.
Grotesco, curioso, casi brutal, asusta un poco, pero atrae mucho la mirada y la atención. Que casualidad, como las Españas.
Sigo por aquí, voy a poner unos troncos en la chimenea. Esperando que todo vaya bien, me despido hasta la próxima ocasión.
Salud
CHEMA