miércoles, 29 de diciembre de 2010

NUEVA MUSA


Promovida la Excma. Sra. Doña DILMA ROUSSEFF, en la actualidad Presidenta de la República Federal de Brasil, a la sin par categoría de MUSA DE HONOR por miembros de hecho y de derecho de este que lo es Blog JubJub; y no habiendo habido oposición cierta, contumaz ni fehaciente por el resto de componentes para dicho nombramiento; y como hubiere transcurrido el prudencial tiempo de rigor para ello,

VENIMOS EN NOMBRAR MUSA DE HONOR A DOÑA DILMA ROUSSEFF, POR MÉRITOS PROPIOS,

que Dios guarde muchos años y a todos nosotros nos inspire.

Dado en Jubjub, el veintinueve de diciembre de dos mil diez.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Feliz 2011

No sé si lo he hecho bien, pero pinchando en el título se debería ver una felicitación del 2011 que me parece preciosa.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Feliz año 2011.

No soy nada creativo ni original en estos asuntos de las felicitaciones. Pero me apetece enviar una felicitación a todos; no me salto la navidad, pero os deseo a todos un feliz año entero de 2011. Abrazos.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Pacomia del 21.12.2010

Loa habituales; incluso un fumador de la pacomia, fumó en un sitio de no fumadores; a mi me gustó ese matiz, pequeñito, de rebeldía. Nadie le dijo que no lo hiciera. Incluso la camarera siguió una broma de Ernesto. Después de unas dos horas de circular por los temas sociales, los que todos conocemos, sin entrar mucho en la religión de los mercados, que creo que tienen en algunos economistas a sus curas, se aterrizó en un asunto transcendental, la práctica sexual, sin teorías, directamente, a propósito de que pasó por delante de todos. Las entretelas de la pacomia no sé resumirlas mejor, porque, como siempre, volaron sobre la mesa, en apretado revoltijo, hechos, lecturas, opiniones, debates, críticas, reclamaciones de algo más de volumen en la voz, y demás. Parece que quedó en la mesa un asunto pendiente: echar más ilusión, en medio de las tormentas que diariamente nos anuncian los curas de los mercados, a los que hay que presentar sacrificios para que se aplaquen, e intentar diseñar un futuro con más colores. Vale, y buenas fiestas; que duren hasta el fin del años que viene, ¿no?

sábado, 18 de diciembre de 2010

Feliz Navidad

Los tiempos cambian, las formas también, pero los sentimientos...
Feliz Navidad y próspero año 2011. Con mis mejores deseos.
Me resisto a no compartir esta ¿felicitación navideña?
http://www.youtube.com/watch?v=GkHNNPM7pJA

Paco Luna

lunes, 13 de diciembre de 2010

Una propuesta

Esta es la propuesta de Leonardo Boff que podemos votar como posible musa. Pero de momento no tenemos una imagen apropiada.

¿DOS MUJERES, DOS ABOLICIONES?

Leonardo Boff

El ascenso de las mujeres en muchos países del mundo al estatus de jefes de Estado y de gobierno es notable. Revela una mutación del estado de conciencia que se está operando dentro de la humanidad. Iniciar esta transformación fue uno de los méritos principales de la reflexión feminista, que ya alcanza a más de un siglo. Las mujeres comenzaron a verse con sus propios ojos y no ya con los ojos de los hombres. Descubrieron su identidad, su diferencia y su relación de reciprocidad y no de subordinación frente a los hombres. Elaboraron tal vez la crítica más consistente y radical de la cultura marcada por el patriarcalismo y por el androcentrismo.

El patriarcado designa una forma de organización social centrada en el poder, ejercido por los hombres dominantes, subordinando y jerarquizando a todos los demás. El androcentrismo se caracteriza por establecer como modelo para todos, las formas de pensamiento y de acción características de los hombres. Ellos son el sol, y los demás, como las mujeres u otras culturas, sus satélites y meros coadyuvantes.

El patriarcado y el androcentrismo subyacen en las principales instituciones de las sociedades actuales con las tensiones y los conflictos que provocan. A ellos se debe el surgimiento del Estado, de las leyes, de la burocracia, de la división del trabajo, del tipo de ciencia y tecnología imperantes, de los ejércitos y de la guerra. Las feministas del Tercer Mundo vieron, más allá de la dominación cultural, también la dominación social de las mujeres, hechas pobres y oprimidas por los dueños del poder. El ecofeminismo denunció la devastación de la Tierra llevada a cabo por un tipo de tecnociencia masculina y masculinizante, ya antes percibida por el filósofo de la ciencia Gaston Bachelard, pues la relación no es de diálogo y de respeto, sino de dominación y de explotación hasta el agotamiento.

Las mujeres nos ayudaron a ver que la realidad humana no está hecha sólo de razón, eficiencia, competición, materialidad, concentración de poder y de exterioridad. En ella hay afecto, gratuidad, cuidado, cooperación, interioridad, poder como servicio y espiritualidad. Tales valores son comunes a todos los humanos, pero las mujeres son las que más claramente los viven. Ser-mujer es una forma de estar en el mundo, de sentir de manera diferente el amor, de relacionar cuerpo y mente, de captar totalidades, de pensar no sólo con la cabeza sino con todo el ser y de ver las partes como pertenecientes a un Todo. Todo esto permitió que la experiencia humana fuese más completa e inclusiva y abriese un rumbo de superación a la guerra de los sexos.

Hoy, debido a la crisis que está asolando la Tierra y la biosfera, poniendo en peligro el futuro del destino humano, estos valores se vuelven urgentes, pues en ellos está la clave principal para superarla.

En este contexto veo la presencia de las mujeres al frente de los gobiernos, en este caso, a Dilma Rousseff como presidenta. La dimensión del anima llevada al interior de las relaciones de mando, puede traer humanización y más sensibilidad hacia las cuestiones ligadas a la vida, especialmente la de los más vulnerables.

En nuestra historia tuvimos una mujer, considerada la Redentora: la princesa Isabel (1846-1921). Sustituyendo a su padre Don Pedro II en viaje a Europa, en un gesto bien femenino proclamó el 28 de septiembre de 1871 la Ley del Vientre Libre. Los hijos e hijas de esclavos ya no serían esclavos en adelante. Financiaba su liberación con su dinero, protegía a los fugitivos y montaba esquemas de fuga para ellos. En otra ausencia de su padre, el 13 de mayo de 1888, hizo aprobar por el Parlamento la Ley Áurea de la abolición de la esclavitud. A uno de sus críticos que le gritó: «Vuestra Alteza liberó una raza pero perdió el trono», le respondió: «Mil tronos que tuviera, mil tronos yo daría para liberar a los esclavos de Brasil». Quería indemnizar a los ex-esclavos con recursos del Banco Mauá. Preconizaba la reforma agraria y el sufragio político de las mujeres. Fue la primera abolición.

Cabe ahora a la presidenta Dilma realizar la segunda abolición, propugnada hace años por el senador Cristovam Buarque, en un famoso libro con este mismo título: la abolición de la pobreza y de la miseria. Ella colocó como primera prioridad de su gobierno «el fin de la miseria». Esta es concretamente posible. De momento sólo es una promesa. Si realiza esta hazaña, verdaderamente mesiánica, podrá ser la segunda Redentora.

Como ciudadanos urge apoyar y reclamar la promesa e impedir que se transforme en una mala utopía. Podemos ser condenados por los poderosos pero no podemos defraudar a los pobres y a los oprimidos.

Adital

Fuente: http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?boletim=1=ES&cod=52690

domingo, 12 de diciembre de 2010

No están tan lejos.

¿Y si volvemos a lo de las musas y al primer manifiesto por el laicismo? Últimamente no aparecen muchas musas por los papeles; se han quedado sólo las broncas, los sustos. Y la posibilidad de alguna política prolaicista también ha desaparecido del horizonte. Esta es mi impresión; por eso me reclamo a mi mismo volver por esas sendas. ¿O andamos por donde nos indican?

jueves, 9 de diciembre de 2010

QUE CALLE EL HOMBRE CUANDO LA NATURALEZA HABLA

Así habla la Naturaleza y he tenido la suerte de verlo y escucharlo en mi viaje del que acabo de regresar. Un espectáculo ante el que hay que callarse.
Aprovecho así para saludaros y recomendaros que seáis buenos y no os metáis los deditos en las narices para que en las fiestas y siempre SEÁIS FELICES.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

PIROPO A MARÍA

¿Qué tal si para la fiesta de la Inmaculada le dedicamosa a María un piropo bíblico?

.
 
Un piropo a María 

Lucas de Antioquía, el Evangelista, no era judío. No estaba circuncidado. Era un hombre de profesión médico y de educación griega. Su evangelio es el más largo y el mejor redactado por su exquisita elaboración del griego como sólo una persona culta y sabia podría hacer en su época. Según la tradición, conoció a María en una visita que le hizo junto a Pablo. Es por eso que llega a expresar íntimos sentimientos de María. Impregnado de la cultura griega aplica términos muy significativos que Homero en la Odisea utiliza en diversos momentos como la gracia, χάρις , con la que Palas Atenea, la diosa de la sabiduría, reviste a Ulises, a su padre Laertes y a su esposa Penélope (“Hizo que pareciera más alta, más majestuosa, y la volvió más blanca que el marfil recién labrado” Odisea XVIII), haciéndolos de una belleza más radiante, superando incluso los dones de la Naturaleza.  

Llamaré piropo a la expresión que se permite el/la mensajero/a de la Fuerza de Dios, Gabriel, para anunciar a María que va a tener un hijo. Por la estructura del texto parece ser que la representación del mensajer@ debió de ser a través de una persona porque hay un diálogo entre María y esa persona. Ateniéndonos a los criterios de la religión, como los ángeles no tienen sexo no sabemos si su apariencia como ser humano fue de hombre o de mujer. Le pondré una @ al género para que elija el lector el sexo de los ángeles.   

Es muy significativa la reacción personal del sorprendid@ mensajer@ ante tanta belleza de María: “gratia plena”, llena eres de gracia, llena estás del favor divino. Hermosamente bella, guapa por excelencia. κεχαριτομνη dice Gabriel (según el evangelio en griego de Lucas), estás llena de gracia, donde χάρις  es atractivo, encanto, belleza, hermosura, pero en grado superlativo a como Penélope se vio agraciada, según el pasaje que nos cuenta Homero.   

María se debió de ruborizar y ponerse colorada. “Ella se conturbó por estas palabras...” nos dice textualmente el evangelista Lucas.  Y es que el diálogo también se puede reproducir así: “Hola María, (Gabriel se debió de quedar perplej@ ante tanta belleza) ¡pero qué hermosa eres! Alégrate y  no te conturbes porque el Señor está contigo...”

Reconozco que busqué un rostro que me sugiriera el de María entre grupos de muchachas de 14 y 15 años cuando caminaba por las calles de Nazareth, Caná y Cafarnaún, aunque tenía que comprender que la población de allí no era de habitantes judíos que se había concentrado en Illit, otro poblado. No, no vi el rostro perseguido y tendré que resignarme a guardar las imágenes de María que nos ha legado el arte, porque cuando más adelante en Jerusalén me crucé con grupos de israelíes, me daba reparo fijarme en los rostros de las muchachas, dadas las costumbres tan intransigentes y restrictivas de que gozaba la comunidad judía.  

En fin, que me he tenido que conformar con la iconografía que el arte nos ha legado sobre la imagen de María. Entre multitud de pinturas, ha habido una que me ha gustado de forma singular. Cuando con el tiempo tuve la oportunidad de volver más tranquilamente a Florencia, me permití extasiarme con el cuadro de la Virgen con el Niño y dos ángeles en la Galería de los Uficci. No me cansaba de mirar la belleza y dulzura de la expresión de María, cuya modelo para ser pintada, había sido una novicia.  

No es de extrañar que el fraile carmelita Filippo Lippi, después de pintar el cuadro (hacia 1445), que le encargara Cosme de Médici, raptara a la novicia con quien tuvo un hijo, el también famoso pintor Filippino Lippi.  

Si ya los pretendientes deseaban a Penélope cuando fue revestida de la gracia, la χάρις, por la diosa Atenea, no es de extrañar que Filippo Lippi teniendo que contemplar la hermosa novicia que le sirvió de modelo mientras pintaba el rostro con que quería representar a María, acabara seducido por su belleza. Algo tuvo que captar de María, la κεχαριτομνη, la llena de gracia. 

Después de estas reflexiones sobre cómo pudo ser la belleza de María, que se desprende por los textos, por las tradiciones, por la iconografía, vengo a recordar la vivencia que tuve una madrugada de viernes santo, no sé si por la calle Cuna, Laraña o por los Alcázares de Sevilla. La hermosa imagen de la Esperanza Macarena sevillana, algo ruborizada por los reflejos luminosos de las encendidas velas que suavemente le acompasaban su caminar, era objeto del requiebro de la enfervorecida gente que gritaba: guapa, guapa, guapa. Igual que Gabriel. Aunque yo los miraba con cierta perplejidad, estaba sobrecogido por algo tan espontáneo, tan radical. ¿El espíritu del pueblo que se expresa así tan llanamente?

Páginas de mis recuerdos. Paco Luna

 

viernes, 3 de diciembre de 2010

¿Se puede precisar el dato?

He oído en la radio que el Banco de España ha difundido hoy la "noticia" de que el 40% de los parados viven en familias en las que no trabaja nadie.

1º Supongo que cuando los periodistas dicen "no trabaja nadie", se entiende que nadie de la familia en cuestión cobra un salario oficial y está dado de alta en la Seguridad Social. Se prescinde, por desconocida, de la economía sumergida.

2º El 40% de cuatro millones y medio de parados es 1.800.000 personas. Si una familia está, supongamos, formada por cuatro personas, los que no trabajan serían 7.200.000 personas; siempre que no sepamos cuantos del 1.800.000 son familia entre sí mismos.

3º Los que "no trabajan" puede ser por: están en el paro, no quieren trabajar, son menores, están estudiando, etc.

Los que entendéis de estos seguro que veis por donde van mis preguntas, aunque ni siquiera sepa formularlas correctamente. ¿Hay aclaraciones o precisiones? Tampoco me he ocupado, es mi pecado, de entrar en la web del B de España y leer la noticia entera; vale.


miércoles, 1 de diciembre de 2010

Perplejidad dos.

Me parece poco edificante, y bastante disipada, la conducta de los jugadores del Madrid, que callan tras la derrota, cuando hablaron hasta el desafío antes del partido. Prometo a los del Madrid que este es mi último comentario sobre el partido, no sea que uno tras otro lleguemos al partido de vuelta, y se me vuelvan en contra todos mis comentarios. Esto es precaución y prevención, no humildad.

martes, 30 de noviembre de 2010

PERPLEJIDAD SIN COMENTARIOS


Reproduzco el texto de esta hoja volandera, que me ha llegado hoy en la boca del metro de la mano de un jóven:
POR FAVOR NO TIRAR AL SUELO
GRAN ILUSTRE VIDENTE AFRICANO PROFESOR TOURE
¡Ayuda a resolver diversos problemas con rapidez y garantía!
El Maestro Chaman Africano, Gran Medium Espiritual Mágico, con poderes naturales, con 30 años de expewriencia en todos los campos de la Alta Magia Africana, ayuda a resolver todo tipo de problemas y dificultades por difíciles que sean: enfermedades crónicas dedroga y tabaco, cualquier problema matrimonial, recuperar la pareja y atraer personas queridas, impotncia sexual, amor, negocios, judiciales, quitar hechizos, suerte, depresión y protección de vida familiar, mantener puesto de trabajo, atraer clientes... Cualquier otra dificultad que tenga en el amor, lo soluciona inmediatamente con resultados positivos y garantizados al 100% de 3 a 7 días como máximo. C/ MarceloUsera, nº 55, 3º B1
Trabajamos todos los días de 8:00 a 22:00 FACILIDADES DE PAGO
MetroUsera. L6 Bus: 47, 247,6,78
91 128 15 12 - 696 237 890 - 672 251 261

Cinco a cero.

Con permiso de los del Madrid, sin comentarios, ¿o sí? Tengo que reconocer que si hubiera sido jugador del Madrid ayer, hoy aún estaría buscando el balón. Y no muchos más; cuando esta mañana he llamado a mi hijo (para preguntarle, obvio, por mi nieta), ha descolgado el móvil advirtiendo: ¡lleva cuidado con lo que dices! Mi hijo Pablo es del Madrid, por supuesto, y yo del Barça.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Seamos lectores "avisados"


“Ahora mismo, Zapatero –al que apoda
Zapateuro’- es la clave. Si actúa con rapidez, podría desempeñar un papel fundamental para evitar el colapso de la moneda única", dice The Economist en un artículo titulado 'Contagio desde Irlanda a Iberia'.
Así que ... Zapatero is the key ... Ojo al Cristo, que es de plata !

jueves, 25 de noviembre de 2010

CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

¿Cómo es posible que las propias mujeres sean machistas?
Una sociedad manejada por el poder, acaba haciendo lo que dicta ese poder.
Por eso el "poder" es "poder" porque "puede" hacer que los demás hagan lo que "el poder" quiere.
Amén. Y el que quiera peces que se moje el ....

Nota: para ver imágenes pinchar en el título.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

VIVE DIOS QUE ME ESPANTA ESTA GRANDEZA

Veo que jub-jub últimamente está tomando un poco de vida.... aunque un poco de razón tiene Manolo de que la vida es para mirar p'alante y no p'atrás. La verdad es que durante un tiempo ví a jub-jub un tanto "mortecino". Pero he aquí que Amador me saca de mi modorra. Y a tan buena reconvención le dedico mi canción:

Vive Dios que me espanta esta grandeza
y que diera un doblón por describilla
porque ¿a quién no suspende y maravilla
esta grande amistad, esta riqueza?

¡Por Jesucristo vivo! cada pieza (véase nota al final)
vale más de un millón y no es mancilla
que esto es así desde Sevilla
lo juro yo por amistad y por nobleza.

Apostaré que esta queja o este entuerto
no es tal y que esta ausencia haya dejado
el Mariano es casual y no es estado.

Esto oyó Amador y dijo: Es cierto
cuanto dice usted Señor Mariano
y el que diga lo contrario, miente.
Y luego el incontinente,
abrió el correo, tomó palabra,
escribió estas letras, y no hubo nada.
Pieza: entiéndase cada una de las personas a las que el autor profesa una especial relación de amistad.

O sea, que dado que la justicia se toma la "justicia por su mano" yo me ajusto y tomo la palabra y digo mirando la vida de la sociedad que me rodea: ¡Vaya morro que tienen los jueces!

Hasta para delinquir se buscan sus privilegios... que pagamos todos. ¡Viva el CGPJ!

Junto eso con todo lo que está cayendo... y sinceramente me entras ganas de encerrarme en mi mundito particular y que le den...

Hasta ahora el mundo se ha interpretado en una relación entre:
* Nosotros - los otros
* los buenos - los malos
* los patricios - los esclavos
* los ricos - los pobres
* los nobles - los siervos
* los burgueses - los proletarios

Al menos se sabía quiénes eran los otros. Fuera para maldecirlos o luchar contra ellos. Pero se ha interiorizado un mal en la sociedad actual del que va a ser difícil salir. Ahora nadie se atreve a decir, y por tanto a "luchar contra" porque no hay enemigo. El poder lo dirige el MERCADO.

Así nadie tiene la culpa, hay que salvar las "instituciones financieras", el gran MOLOCH; hay que mantener los beneficios porque si no la economía se hunde, hay que reformar las relaciones laborales (flexibilizando, claro) etc. a mayor gloria y loor y ganancia de..... LOS FINANCIEROS

¿Cuándo nos vamos a atrever a decir que el enemigo, el poder no es el "mercado" que es un instrumento, sino unos tíos granujas que se aprovechan de él que son LOS FINANCIEROS y que tienen nombres y apellidos?

Pero han metido en la cabeza de muchos que el Estado es el problema..... ¡VIVA BERLUSCONI! y por eso no hay poder que pueda con ellos.

Espero que paséis una buena cena y velada.

martes, 23 de noviembre de 2010

Eutrapelia

En el "anecdotario" de Jubjub he colgado un artículo, interesado, sobre la eutrapelia. ¡Qué o siente bien!

¿Te gusta el flamenco?



AFIRMATIVO: entonces tu película es "Flamenco, flamenco", para disfrutarla ...

NEGATIVO: entonces tu película es "Flamenco, flamenco" para ver si empieza a gustarte este nuevo Patrimonio de la Humanidad.

Carlos Saura vuelve a la gran pantalla con una película sobre un arte que le apasiona y que considera que «no sólo debe ser patrimonio de la Humanidad, sino patrimonio del Universo».


Saura invita al espectador a disfrutar de la belleza del cante y del baile de este género musical.
Grandes bailaores como Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar, José Mercé, Estrella Morente, Sara Baras, Farruquito o Niña Pastori se suben a las tablas para tocar todos los palos del flamenco y mostrar la evolución que ha sufrido este arte en los últimos tiempos.


lunes, 22 de noviembre de 2010

El pedestal de Ignacio de Loyola

Según Antonio Gala en su libro El pedestal de las estatuas (pp. 113 y304) Íñigo de Loyola (1491-1556) fue paje de Juan Velázquez de Cuellar, que era Consejero y Contador Real de la Corte de Castilla, residiendo en Arévalo desde 1506 a 1517. Sostiene el autor que Íñigo fue amante de Germana de Foix, de 22 años, la segunda esposa de Fernando II, de 57 años y con dificultades para dejarla embarazada, y que le hizo un hijo a la pareja real, malogrado poco después de nacer en 1509.

Tras otros lances y pendencias cortesanas, en el sitio de Pamplona, en 1521, por las tropas franconavarras, asegura el autor que las heridas sufridas por el caballerete fueron hechas al caer de una ventana que daba al aposento de una dama, cuando su marido salió en persecución del amante descubierto. Su cojera permanente le hizo desistir de seducir mujeres de alcurnia y ejercer la profesión militar; se dedicó a conquistar almas, para las que también se encontró dotado. Además, las calaveradas en aquel ambiente tan represivo y pecaminoso se pagaban frecuentemente con profundos sentimientos de culpabilidad, como le pasó a Agustín de Hipona. Eso sí, hizo jesuita, como no podía ser menos en tan experimentado galán, a una única, pero selecta mujer, Dª Juana de Austria, en 1555, cuando ésta contaba 19 años.


El pedestal (de barro) de las estatuas y las alfombras de casi todas las familias esconden respectivamente grandes y pequeños secretos inconfesables.Airearlos, lo hace Antonio Gala en su ameno e interesante libro con los personajes de la historia moderna de España; y yo procuro hacerlo con mis pequeños secretos familiares, proporcionándome humor, salud mental, lucidez, humildad y bienestar.


El protagonismo al estilo de los jesuitas, siguiendo los pasos de su fundador desde antes de abandonar "su vida mundana", consiste en distinción, clase y caballerosidad para tratar con delicadeza y finura la mente de las personas. Como exjesuita, formado en ese estilo, participo con satisfacción de algunas de esas características y también las veo en vuestro comportamiento y en el blog (el cuadro de damas de honor responde muy bien a las inquietudes juveniles de Íñigo de Loyola, pillines).


Parafraseando al P. de Juan, recientemente fallecido, que decía que había varios tipos de jesuitas: los de San Ignacio, los de don Ignacio y los del tío Ignacio, pienso que también puede haber varios tipos de exjesuitas: los de San Ignacio de sus últimos 35 años y los de don Íñigo de Loyola de sus primeros 30 años de existencia. Yo me quedo con éste último.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

IN MEMORIAM

Nota del autor: El siguiente "ejercicio literario" -por llamarlo de alguna forma-, fue mi respuesta a la solicitud de colaboración para cierto seminario de la U. Autónoma de Madrid. Me pidieron una glosa del Génesis en términos de ecología. Lo escribí, se lo envié y lo aplaudieron, Y yo se lo de dedico a la memoria de nuestro admirado y respetado profesor de Cosmología, LUIS SANZ CRIADO.

Cualquier lector avisado que ejercite la paciencia de leerlo, puede -como es obvio- sustituir el término "Dios" por aquel otro que tenga a bien, poner un signo de interrogación o dejarlo en blanco.



UNA CREACIÓN INACABADA

(Apuntes de “campo” para un relato sencillo)

En el principio era la nada.

No me preguntes por lo que había antes pues todavía no existía el “antes” ni el “después”. Ni el tiempo, ni el espacio ni la materia del universo existían. En esa nada apareció un “quantum” de energía –no sé porqué-, y se originó una singularidad espaciotemporal de densidad infinita. El tamaño de ese “quantum” fue tan pequeño que solo se puede expresar en términos matemáticos de lo infinitesimal. En él estaba la materia de que ahora se componen tu cuerpo y el mío, los cuerpos de tu familia y los de la mía; los de los santos y los de los criminales; los juguetes de tu infancia, los libros que manejas ahora, los jardines de Babilonia y la siete maravillas del mundo; los mares que a veces surcas, las montañas que a veces escalas, la luna y las estrellas que –entre risas de la pandilla- empezaste aquella noche a contar. Allí estábamos juntos y apretados –sin conciencia de ser- los que nos amamos y los que nos ignoramos. Lo igual que nos aúna y lo desigual que nos separa. Lo que conocemos y lo que ignoramos.

Y Dios dijo: «Es bueno que haya algo».


Ese fue el primer día del estupor.

Del estupor aún no hemos salido pero del “quantum” sí. Y hemos salido porque estalló: tanta materia, tanta energía en tan poco espacio no se tenía. Explotó como no podía ser de otra forma, y de aquel trueno – el eco de cuyo ruido aún se escucha y puede medirse en cualquier confín del universo- salió aquella energía disparada en todas las direcciones esféricas. Se expandió y sigue expandiéndose. A la velocidad de la luz. Así se crearon los falsos arriba y abajo, el lejos y el cerca, la izquierda y la derecha, lo rápido y lo lento; una dirección y su contraria. Antes no existían.

Ya sí, ahora ya puedes preguntarme por el “después”. Pero ni ahora ni nunca me preguntes por el “antes”.

Y Dios dijo: «Es bueno que haya distancias y volúmenes».

Lo llamamos el día de lo que se mueve y su aniversario lo seguimos celebrando cada uno de los instantes de que se componen nuestras vidas.

El estudio de lo que ocurrió en aquellas primeras mínimas fracciones de segundo llena las páginas de cientos, de miles de libros científicos en las estanterías de ciertas bibliotecas. El río de la complejidad tuvo su origen allí y fluye sin desembocar en océano alguno. Es por eso que tú y yo somos ricos y complejos. Diversos, inabarcables, insustituibles. Tan difíciles de comprender como el mundo que nos rodea y nos desborda: el de los millones de neuronas de nuestro cerebro y el de los cien mil millones de galaxias con sus cien mil millones de soles cada una. El de los trillones de partículas elementales que dan lugar a cada luna de Júpiter o los millones que integran el más humilde lirio del campo que nacerá y morirá sin que unos ojos alcancen a posarse sobre su hermosura.

Y Dios dijo: «Es bueno que haya átomos y partículas».

Este fue el tercer día y lo llamamos el día de la complejidad.

Pasados muchos millones de años, la materia se fue aglomerando por la misteriosa pero bien medida fuerza de atracción de la gravedad. La fricción de las partículas elementales dio lugar a inmensas bolas de fuego como la que llamamos Sol. De la materia sobrante se formaron igualmente planetas calientes que giraban y todavía orbitan alrededor de sus estrellas. Ninguna inteligencia tenía nada que comprender, nada que admirar ni medir porque solo existía la energía que, al irse enfriando, se iba convirtiendo en materia. En luz que viajaba de acá para allá rebotando o perdiéndose entre las brumas de lo negro a trescientos mil kilómetros por segundo.

Y dijo Dios: «Me gusta cómo van las cosas».

Este fue el cuarto día de la creación y algunos lo llaman el día de la belleza porque piensan que a Dios le había gustado.

Era una belleza sin vida porque simplemente no había vida. Solo luces cegadoras que nuestra mente es incapaz de imaginar disputándose fronteras con el negro absoluto: negro era y es el color que predomina en nuestro universo. Calores abrasadores de un millón de grados lindando con aterradores fríos de 273 negativos: esta es la fría temperatura que domina las praderas vacías de nuestro universo. Las chispas de aquellos grandes incendios se fueron agrupando en gases, líquidos y sólidos apegadas a las superficies de los redondos planetas que las sujetaban dando lugar a los vientos, las nubes, los océanos y los continentes. En los medios líquidos aparece la previda como un alfabeto de activos monómeros que forman al azar polímeros. Estos pueden producir información, selección y mutación pero no replicación, a diferencia de la vida. La vida rompe el cascarón con la deriva hacia ciertas moléculas básicas como los aminoácidos que, al polimerizarse al azar en moléculas de ácido ribonucleico pudieron haber dado lugar a ribosomas autorreplicantes: los mensajeros de la vida trepaban a sus escenarios definitivos. Escenarios que mutan de protagonistas, heredando, mejorando las cualidades escénicas e interpretativas de sus ancestros: del abundante plancton salen los peces, de los peces los anfibios. La vida vegetal en la tierra, los cuadrúpedos, los mosquitos y las aves. Cada uno con su ADN, su mapita de andar por casa para “llegar a …”

En este planeta y en aquel otro. Y otro. Y en otro más. En millones de planetas hirviendo en medio de la inagotable tundra estéril del universo.

Y dijo Dios: «Esto es justo lo que yo quería!».

Esto tuvo lugar en el quinto día de la creación: el del creced y multiplicaos.

En el sexto día empezaron a suceder cosas imprevistas y sorprendentes en diversas regiones de la complejidad universal. Concretamente en ciertos órganos de algunos de los animales que pululaban por muchos planetas en las proximidades de las estrellas que los retenían cautivos. El movimiento acelerado de sus neuronas cerebrales estaba produciendo algo más que instintos de supervivencia, de ataque o de búsqueda ciega y repetitiva. Aprendían a esperar ante los diversos estímulos. Sin reacciones automáticas. Sacrificaban presentes por futuros. Invertían … arriesgaban … dudaban … tramaban … recordaban … cambiaban hábitos ancestrales … se ayudaban unos a otros … diseñaban estrategias de caza o defensa … reían, lloraban y se gastaban bromas. Como que fueran “libres” para elegir a veces.

En nuestro planeta, en concreto, un bípedo evolucionado –que luego hemos llamado simio-, se escondió hace millones de años junto a los suyos entre las rocas de la charca en que saciaban su sed y que se disputaban con otro clan de simios enemigos. Cuando estos –confiados- se acercaron a beber los atacó con un hueso en la mano hasta destrozar a varios de ellos. Fue un acto creativo de violencia: había nacido la vida inteligente en el planeta Tierra.

Y vio Dios aquel acto. Y se alegró, pero se quedó preocupado. Este acto –y multitud de ellos cada vez más evolucionados, ricos y astutos- constituyeron el día sexto.

Fue el día del hombre.

El séptimo Dios descansó pero empezó a trabajar el hombre. Aprendió a desarrollar armas de caza, a cultivar los campos, a dominar a otros animales que consideraba inferiores a él, a mantener el fuego. Hablar y comunicarse, escribir, mentir, sonreír, llorar, apropiarse de lo ajeno, amar y dar la vida por los suyos, construir y destruir. Pronto fue muy consciente de que no era eterno. Al darse cuenta de que la enfermedad y la muerte eran sus enemigas más implacables se conjuró para luchar contra ellas cada hora de su existencia.

Al principio no cayó en la cuenta de que el planeta que habitaba estaba muy lejos de ser inagotable. Por lo que campó a sus anchas por él rapiñando, devastando, contaminando. A punto estuvo de autoaniquilarse utilizando la energía recién descubierta de los átomos. Algunos –los más inteligentes- advirtieron a los demás del peligro de matar la gallina de los huevos de oro: ”basta ya de destruir la misma y única nave en que podemos viajar por la galaxia que habitamos; no es racional ser suicidas! Contened vuestra desmedida avaricia!”. Decían.

Y Dios, que estaba asomado al mundo y conteniendo la respiración, quedó algo aliviado pero a la espera de acontecimientos.

Este –como digo- fue el séptimo día.

Y aún no tiene nombre.





Para recordar un rato solo

domingo, 7 de noviembre de 2010

España, confesional; sí.

Pinchando en el título, el análisis sobre el tema de Juan G. Bedoya en El País de hoy, 7.11.2010, titulado "No es verdad".

sábado, 6 de noviembre de 2010

¿Menores de edad?

En alguna que otra de las tertulias del los terceros miércoles de mes, ha salido el tema de algunas disposiciones nacionales, autonómicas, municipales, etc., que pretenden regular conductas privadas si repercusión en terceros. Pinchando el título de esta entrada el autor argumenta en el mismo sentido a través de una boutade con poca gracia, sí; pero la estructura argumental es válida para, por lo menos discutir, valorar aquellas disposiciones que parece que se adentran en el foro interno, individual, personal.

viernes, 5 de noviembre de 2010

A propósito de la aconfesionalidad.

Hasta Dios nos da la razón:

https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=gmail&attid=0.1&thid=12c1dad9f11f31af&mt=application/vnd.ms-powerpoint&url=https://mail.google.com/mail/?ui%3D

Si pinchas el título de esta entrada también se abre la página; lo he comprobado.

Evocador y bel__llllísssimo



Dos salidas. Una a Aranjuez.


Evocador de tiempos pasados.


Tan atrás en el espacio,


pero tan cerca en el tiempo.


En el tiempo sin tiempo del recuerdo.


Y la otra.
Renoir. Un viejo conocido que nos cae tan bien.
Bel_lo!
Bel_lis_si_missssimisssimo!







martes, 2 de noviembre de 2010

¿Estado aconfesional?

La propuesta de Tamayo, en el artículo de opinión en El País que se puede leer pinchando en el título e esta entrada, de que desaparezca el Vaticano como última y única salida para la iglesia católica la conocía desde hace muchos años. Mi padre, católico de misa y comunión diaria e las 8 de la mañana los laborables y de 9 los domingos y festivos, miembro de Acción Católica desde siempre, y Presidente de la mis en Valencia durante la pila de años, nos dijo, ya con 86 años, que la única solución e la iglesia era vender, liquidar, regalar las propiedades del Estado Vaticano, y que desapareciera. No era sospechoso de un "laicismo negativo". Hoy que oír y leer las lecturas estadísticas de que "la mayoría de los españoles se confiesan católicos aunque no sean practicantes". Vaya ficción; es como esos que se confiesan respetuosos con los demás, incluidas la mujeres, pero no lo practican; ¿qué son?

Una curiosidad. Tamayo fue profesor de religión del Colegio Arturo Soria durante un año al dejar el sacerdocio; era amigo de Santiago Nogaledo, profe de religión en el mismo cole hasta que el obispado le dio una parroquia, y dio clases durante un año: teóricamente el colectivo de familias del cole era "progre", pero pidieron el cese de Tamayo porque no era ni cristiano. Fuerte, ¿no?

domingo, 24 de octubre de 2010

Estado laico

Pinchando el título de esta entrada, una reseña de la manifestación pidiendo el estado laico, ya.

viernes, 22 de octubre de 2010

Protesto.

Protesto; muy alto, sin rabia. Protesto por el alcalde de Valladolid, ginecólogo, que me insulta ética y verbalmente; porque insulta a una persona con la que nos estoy de acuerdo políticamente. Protesto por la manipulación de las fotografías. Protesto por las mentiras y fraudes del sistema escolar de España, toleradas por las autoridades. Protesto, y me indigno. Vale.

jueves, 21 de octubre de 2010

¡ ARANJUEZ CON NOSTALGIA !

Este palacio lo mandó construir la reina regente DªMaría Cristina, viuda de Fernando VII, para el futuro duque de Riánsares (Fernando Muñoz, con quien se había casado en secreto en 1833; eso sí, fue más discreta que nuestra descocada Duquesa de Alba y sus amoríos en las revistas del corazón). Con posterioridad, la reina Isabel II hizo donación del mismo a la Compañía de Jesús (¡ a saber a cambio de qué otros favores!).

En 1926 los nuevos propietarios dan comienzo, justo delante del palacio, a la construcción del colegio-noviciado San Estanislao. En él se inicia la formación religiosa y los estudios humanísticos de los futuros jesuitas de la provincia religiosa de Toledo.

En 1931, y como consecuencia del decreto de supresión de las comunidades religiosas en España, promulgado durante la II República, los jesuitas se vieron obligados a desalojar el palacio-seminario y marchar al destierro de Chavetogne (Bélgica).

Durante la guerra civil de 1936 a 1939 el edificio fue usado como hospital militar y refugio de los evacuados de la zona republicada. En 1941 se instalan de nuevo en él los antiguos propietarios. En 1942 se lleva a cabo una importante obra de remodelación en el edificio para estudios eclesiásticos (¡Por fin aparecimos nosotros unos años después entre esos muros!).

En 1987 la Compañía de Jesús vende la propiedad del inmueble y unos 60.000 metros cuadrados de terreno a la sociedad Real Deleite de Aranjuez, que entre los años 1988 y 1993 lleva a cabo la transformación del antiguo centro docente en Centro asistencial geriátrico para personas de la Tercera Edad (¡Quién sabe si aún acabaremos algunos allí!). Dicha transformación fue supervisada por Bellas Artes y Patrimonio Nacional. El resultado de la misma puede apreciarse en las amplias, elegantes y actualizadas instalaciones de que se haya dotado el Centro (¡Qué forma más vil de dorar la píldora. Me suena a otra vieja comedura de coco, ¿no?).

Entre las efemérides ocurridas en este Centro, además de nuestro paso ejemplar por sus recias y severas instalaciones, cabe destacar que en mayo de 1929 falleció en él San José María Rubio, recientemente canonizado por el Papa Juan Pablo II.

domingo, 3 de octubre de 2010

Casuística jesuítica.

"...en 1945, Carrero Blanco no dudaba en afirmar que el régimen tenía que actuar sobre la base de que es moral y lícito imponerse por el terror cuando éste se fundamenta en la justicia y corta un mal mayor, un principio que haría arquear las cejas incluso al más casuístico de los moralistas de la Compañía de Jesús;..."


SANTOS JULIÁ, Hoy no es ayer. Ensayos sobre historia de España en el siglo XX, RBA, Barcelona, 2010, pág. 203. (la negrita es mía; lógico)

¿Como se llamaban aquellas sesiones que tenían los sacerdotes de la orden un viernes al mes sobre casos morales?


jueves, 30 de septiembre de 2010

Al principio del otoño.

El "apetito de conocimiento" debería hacerse gradualmente más intenso a lo largo de la vida, a fin de que cada individuo "continúe creciendo" y sea a la vez una persona mejor.

BAUMAN, Zygmunt, Los retos de la educación en la modernidad líquida, Gedisa editorial, Barcelona, 2008.




martes, 28 de septiembre de 2010

Lapsus linguae (?)


El que tuvo una de nuestras musas, Rachida Dati, en una entrevista de Canal +: "... cuando veo que algunos fondos reclaman unos beneficios de un 20 o un 25% con una tasa de felación casi nula ..."


Claro que, tampoco es para tanto: "fellare" es mamar; y si en lugar de succionar se insufla, pues tenemos lo que ella quiso decir realmente, una "inflación". Sólo se equivocó de sentido de la marcha.


jueves, 23 de septiembre de 2010

El ejemplo hecho realidad.

Esta mañana he ido al metro en la estación de Cuzco; nada más entrar, bocanada de calor, que viene desde muy abajo. El primer tramo de escalera mecánica, parada, por avería, y seis, seis, mecánicos en las tareas de reparación. El siguiente tramo funciona; no tengo prisa, y bajo al ritmo mecánico, sin dar un paso más. Al entrar en el andén oigo, a mucho volumen para mis medios acústicos, el sonoro de la Tv del metro; cuenta un accidente en un paso de peatones, en el que ha salido herida una mujer; cuando casi llego delante de la pantalla oigo que "...el vehículo ha quedado como muestran las imágenes", y llego a verlo. ¿Y la señora herida?

El ejemplo: la noticia no es la señora herida, sino el destrozo del coche. Toma facultades de "ciencias" de la información, toma director del espacio de noticias. ¡¡¡Toma castaña!!!

Juan Eslava Galán explica a las ovejas el catolicismo


Hablando del humor y del cassondeo de la paco-mía, a la que no puedo asistir por causas de fuerza mayor, quiero dejar también constancia de las risas y carcajadas contenidas que me está inspirando la lectura febril de este libro. Me lo recomendó hace casi un mes Fernando Montaña Lagos, que ha escrito recientemente otro libro, citado por Juan Goytisolo en El País, que se titula ¡Adiós a dios! Adiós.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Pacomia del 21.09.2010

Ayer, con siete tertulianos o "pacomianos". Casi nada de política, economía, gurteles varios, ni de fútbol,etc. "Musho caschondeo"; nos reímos a gusto, ¿a que sí? Cada uno barre lo que quiere, y arrima lo que puede a lo que se presenta; este fue el tema en general, pero con propuestas concretas: curso de formación sexual financiado por el Inem, y con prácticas; otro curso, o seminario (¿cómo acaban tantos yendo a "seminarios"? ¿no están vacíos ya?), para aprender a recuperar lo que no se pudo, o no dejaron, hacer cuando se debía y se podía; acabamos, y la mayoría sólo bebió tónicas, confesando qué licor, aguardiente y demás, solíamos beber; volvió a ponerse encima de la mesa que los licores son buenos para casi todo, incluso para conciliar el sueño. Vale (como escribía Cicerón, no el "vale" que se usa hoy en día).

viernes, 17 de septiembre de 2010

A tocahuevos no nos gana nadie


Final de la Copa del Mundo. Una ciudad cualquiera de Holanda. Un río cualquiera (o canal, no lo sé) de Holanda. En una orilla del río (o canal, no lo sé) la afición orange acude en masa a ver la Final del Mundial con sus camisetas naranjas.


En la otra orilla, imagino que habrá un gran pantalla gigante en la que ver el Holanda-España que acabaría coronando a nuestra gloriosa selección como Campeona del Mundo.


Entre una orilla y otra, agua, como suele suceder en los ríos y en los canales. Sobre el agua un barquito. Y en el barquito … con dos cojones!!!


jueves, 16 de septiembre de 2010

Haciendo política



Uno ve una foto (Sarkozy con el presidente rumano, Trian Basescuy) y se le ocurren cosas.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Venecia y algo más.

Una preciosa descripción de Venecia.


(Transcripción del libro de Michel Onfray, La escultura de sí. Por una moral estética, Errata naturae, editores/UAM, Madrid, 2009, págs. 11 y siguientes)


Para arder como la salamandra en un brasero que consume y que se aviva con los propios jugos, fui a Rapallo, en el golfo de Génova, sobre la costa de Liguria, con el propósito de encontrar allí la sombra y el aliento de Zaratustra, hijo de Portolino y de Sils María. A lo largo de las carreteras que conducen a los pueblos de pescadores, entre pinos reales y el azur deslumbrante del cielo, crecían algarrobos y caquis. Un viejo y su mujer recogían los frutos del árbol y luego los depositaban en un gran lienzo de color crudo. Más lejos, una avenida de naranjos perfumaba el campo y mezclaba las fragancias de los cítricos con las de las resinas. Abrí un fruto que tenía la piel suave y la cáscara impregnada de potentes esencias. Los gajos, ácidos y saturados de zumo, encendían la boca e inflamaban la garganta: estas naranjas, que no son comestibles, sirven para elaborar confituras y dulces. Y, con esta astringencia en la boca, pensé en el alción, también llamado naranja de mar, este pájaro nietzscheano por excelencia del que Zaratustra hizo una -el espíritu alciónico- y que los contemporáneos de Homero creían lo suficientemente mágico como para calmar al mar mientras hacía su nido. Frutos del cielo y del mar, estos pájaros traen augurios favorables.


Por la carretera que bordea la bahía de Santa Margherita hasta Portofino, Nietzsche recorría las luces transparentes. También lo hacía Alción, en estas regiones de cielos, mar y caminos escarpados en las que los pinos reales y los olivos se agarran a las rocas que se inclinan sobre las calas desiertas, la arena y el ruido de las olas. Abajo está el pueblo de pescadores, donde éstos remiendan las redes y hablan en voz baja junto a los barcos en los diques secos o acompañados por el cabeceo de las barcas azules, rojas y blancas. L filósofo está de parto. Pronto dará a luz a Zaratustra, un alumbramiento destinado a ecos espantosos, a increíbles desprecios. Profeta de Dioniso, caballero que utiliza el nihilismo para edificar y construir mejor, avanza, como por el lindero del mundo, en medio de un bestiario que lo anuncia y lo explica: el águila y la serpiente son sus emblemas; el asno y el camello sus enemigos, porque se alimentan de las energías con las que se puede producir lo sobrehumano, un estado más que una figura.


Zaratustra es el nuevo metafísico que posee el sentido de la tierra, que se enraíza, pues, sólo en lo sensible. Con su vindicta persigue el ideal ascético y a aquéllos que lo promocionan. Su odio también se dirige a los vendedores de trasmundos que rechazan el pensamiento trágico y prefieren mecer a los hombres con ilusiones azucaradas y peligrosas. No ama ni a los dioses ni a los amos y avanza escuchando tan sólo aquello que constituye la energía, la fuerza y la potencia: lo contrario a la violencia. Ante todo, destaca como presentador de nuevas posibilidades de vida, lejos del cristianismo, más allá de todo lo que vive de sus ideales mortíferos. Y su sombra me obsesiona, porque nuestras épocas carecen de una virilidad que se le asemeje.


Había venido al golfo de Génova a alimentarme de los perfumes, colores y céfiros de las tierras que fecundaron el alma de Nietzsche. Entre laureles y palmeras, cerca de las aguas de color azur y no lejos de Monte Alegro, que suministras los gozos anunciados por su nombre, me había decidido a continuar mi búsqueda de una figura que cristalizara el estado en el que la ética puede formularse: no lejos de la estética, semejante a la elegancia, fortificada por las luces de Italia. Venecia me fascinó.



Cada una de ñas visitas que he hecho a la Serenísima ha constituido una ocasión de presentir que, en este almocárabe de canales, puentes, aguas y piedras, surgiría una solución. El laberinto requería un hilo de Ariadna: no hay problema sin solución. Mis emociones debían conducirme al umbral de las auroras que aún no han brillado y que tomaron la forma de fragmentos, direcciones e intuiciones. De Venecia se podía esperar una configuración de la luz. La noche también tenía su utilidad. Sumergida en la oscuridad, la ciudad vacila por todas partes alrededor de puntos luminosos: las pequeñas ventanas, el alumbrado bamboleante de las callejuelas, los resplandores gráciles de las trattorias o la majestuosidad de los flujos emitidos por las inmensas arañas colgadas de los techos, decorados con estuco y deteriorados por la humedad, que se ofrecen a la mirada del noctámbulo que desciende por el Gran Canal. La luz se difracta, se recompone en caprichosos puntillismos. Las noches caóticas son propicias a los fulgores, fortifican las tensiones con las que, más tarde, se expresan las resoluciones. Resulta imposible, aquí, abandonarse a las potencias demoníacas o esperar cualquier cosa de los misterios telúricos. Al igual que no hay que fiarse del líquido o de las sirenas acuáticas.


Los olores del agua estancada, las pidas carcomidas por las olas, y las algas flotando en la superficie de los canales fomentan ciertos humus mentales. Perfumes del día después del caos, de días que siguen a la creación del mundo o que preceden, por poco, al apocalipsis. Venecia está cubierta de una bruma de génesis, como atestiguan las descomposiciones, que auguran renacimientos y vitalidades de vigorizantes promesas, Los efluvios tienen la hechura de los olores íntimos, el potente aroma de las fermentaciones secretas. En lo más profundo de las almas, el espíritu que flota por encima de las aguas se une con el secreto, el silencio y las conmociones. La carne vuelve a encontrarse con humores conocidos, sabe de las afinidades y de las proximidades cómplices. El núcleo de la ciudad no es, como en Roma, un mundus bajo el cual acechan los espíritus, no lejos de una piedra negra, en la intersección de los ejes vertical y horizontal; no es fijo, ni inmóvil ni amenaza con desencadenar hecatombes; no tiene la materialidad de los lugares descubiertos por las ciénagas. Porque el centro de Venecia es un perfume.


Mezcla de noches y partículas volátiles, la ciudad s finalmente la única expresión de su voluntad. Sin doble ni duplicación posible, es la quintaesencia de una forma de excepción: el desafío lanzado a la naturaleza, la suma del orgullo y la cultura llevados a su paroxismo. Es la producción de un pensamiento, el acabamiento y el cumplimiento de un proyecto de titanes que quisieron inscribir en el agua, en la laguna, en la superficie móvil de la ciénaga, un sueño petrificado: la mineralidad y su permanencia contra el equívoco de los elementos desgastado por el tiempo. Sueño de razón cumplido pese a todo, meditación de temperamentos y caracteres que disfrutan con la provocación de las mentalidades tristes que, siempre, retroceden ante los poderes de la determinación y de la tenacidad: Venecia es el resultado de los esponsales entre la resolución y la energía. Igualmente expresa la densidad, la concentración de un máximo de desafío en un mínimo de superficie. Contra y a pesar del agua, el oro y el mármol: las materias de la excelencia, las cualidades de la excepcionalidad y de la nobleza. La ciudad muestra la arrogancia acabada de los hombres contra la naturaleza, la poderosa eficacia de la voluntad sobre el destino. Me parece una metáfora estructurante.


Por último, Venecia concentra todas las variaciones posibles e imaginables sobre el tema de la gracia y la elegancia. De la piedra finamente esculpida, orlada y trabajada, a las composiciones de Pietro Longhi o del prete rosso, pasando por los gatos: símbolos vivos del misterio que expresan, al mismo tiempo, la independencia, el carácter imprevisible y la fiera nunca domada del todo. . Ciudad del desprecio de la pesadez y de la promoción de la delicadeza, Venecia es el éter que se eleva por encima de la superficie de las aguas y que amenza con tornarse buque fantasma por mantener unos esponsales demasiado fieles con las brumas. Nada pesa allí, todo planea. Niebla para el vuelo de los alciones, luz para quien esta acostumbrado a los rigores hiperbóreos. La Serenísima está estibada en el tiempo. Pero todo perecerá, incluidos los peligros. Mientras tanto, ella flota por encima de las olas, despreciando la materia, rechazando la pesantez. Sobre las cimas del agua, semejante a la espuma -ese líquido seminal-, expone su magnificencia y se alimenta de excelencia.


¿Qué otra cosa, más propicia, puede esperarse? Al nacer de los perfume genésicos, fortificada por las luces que conjuran la noche, expresión de energía concentrada y de gracia encarnada, la forma ha elegido la ciudad: y a la ciudad sólo le queda producir sus formas. Un hijo de Zaratustra podría ser veneciano, surgir de estos acuáticos mantillos nutricios, y ser portador de resplandores deslumbrantes, rebosando fuerza y moviéndose en la elegancia. Son éstas las razones por las qu Nietzsche está enamorado de Venecia, fascinado por la excepción, y transforma la ciudad en metáfora de la música?



Durante mi primer viaje a Venecia no me preocupó la sombra nietzscheana. Ya no recordaba que entre Sils y Génova, Niza y Mesina, también fue importante la ciudad de los Dogos. Más tarde, cuando volví, me tentó peregrinar por los lugares habitados por el filósofo. Al seguir las huellas de Zaratustra, sabía que uno se pierde con la intención de volver a encontrarse. Un modelo no es una prisión, sino que invita a encontrar el camino propio y a manifestar la ingratitud: mientras se avanza, hay que deshacerse de las sobras antes de que se conviertan en viejas sotanas, en trabas. Hay que ser nietzscheano como a Nietzsche posiblemente le hubiese gustado que lo fuéramos: insumiso, rebelde. La paradoja es que, incluso esto es una enseñanza...


El corazón de Venecia es nocturno. Todavía recuerdo el sonido de mis pasos en las calle , en las pequeñas plazas desiertas. Bajo la sombra de los campaniles, atravesando los puentes, pasando por galerías bajo columnatas, reconociendo el pavimento irregular bajo mis pies, caminé buscando un rencuentro, como cuando se va hacia el ser amado cuya ausencia ha sido turbadora porque ha contribuido a volver imprecisos los contornos de su rostro o las inflexiones de su voz: se trata de restaurar la forma para que coincida con la idea que conservábamos.


En el estado de excitación que acompaña a esos reajustes con lo real, el cuerpo se transfigura. Se producen en él metamorfosis nutridas de sueños y miedos, de cansancios y aprehensiones. La sangra afluye a las sienes, al rostro. Calienta los miembros , desentumece el alma y la hace más veloz, más ágil. Está agazapada en la noche, preparada para captar el pretexto de una emoción que se tornará intuición y, más tarde, idea. Caza nocturna de los alimentos diurnos.


En el recodo de un angosto canal, deslizándose en las tinieblas como la barca de Caronte, pasó un gondolero. Un ligero grito le había precedido anunciando su llegada, una inflexión de la voz, más bien. Apoyado en su remo hizo avanzar la embarcación, ese largo féretro afilado, negro, de pico amenazante. Afianzándose en la pared con la pierna, hizo nacer otro movimiento con el que l góndola pudo realizar su viraje en un ángulo recto. Siguió el silencio, lugo el ruido del agua que se vuelve a cerrar en la estela, con un pequeño chapoteo. Un poco más lejos, cantó. Y yo encontré mi hilo de Ariadna en las palabras que Nietzsche escribió a Peter Gast durante una estancia en Venecia: “La última noche volvió a traerme, mientras estaba para en el puente de Rialto, una música que me conmovió hasta las lágrimas, un viejo adagio tan increíblemente antiguo que parecía no haber habido ningún otro adagio anterior a él”. Después de la luz, los perfumes, la energía y la gracia, era preciso que la ciudad fuera musicalizada, entre el madrigal y el aria de ópera, Tan inaccesible como una orquestación, tan fugaz como un eco de armonía. Venecia: canto profano con el Dioniso puede bailar y tomar la forma de Zaratustra.


En la ciudad de Monteverdi, Nietzsche y Gast (el amigo del filósofo, un músico al que debemos una ópera cuyo título es Los leones de Venecia) ponen a punto l manuscrito de Aurora, libro genovés en su factura, pero que durante mucho tiempo se tituló Ombra di Venezia. Más tarde piensan, juntos, un libro sobre Frédéric Chopin. Nietzsche lee a George Sand, Gast estudia las partituras y ambos tocan las piezas al piano. M gusta imaginar, bajo los dedos del filósofo, el Estudio Op. Nº 12 en do menor, un allegro con fuoco -la expresión musical del genio nietzscheano, e su cualidad y de su destino-. Brío, potencia, fuerza y desesperación: esta obra del opus 10 es una tempestad que prefigura el final de los viajes de Nietzsche. La mano izquierda expresa el eterno retorno de lo trágico, el carácter implacable del negro fondo sobre el que se inscriben nuestros hechos y gestos: es una trama nocturna; la mano derecha es voluntariosa: muestra, en acto, las tentativas por arrancarse al aturdimiento, los ensayos por escapar al propio destino. La línea se quiebra por una ruptura del ritmo, resplandores de esperanza y un poco de paz. Amenazas, todavía, en el registro grave, antes de la caída que hace pensar en las frustraciones de la falta de conclusión. Dioniso triunfa absolutamente sobre Apolo, de manera total, hasta en las consecuencias más dramáticas. Ya tiene cita con la locura: el filósofo camina hacia la sinrazón -el estudio de Chopin muestra lo que queda por recorrer y qué abismo se abre al final del camino-. Nietzsche no sabe que está escuchando la prefiguración de su propio desmoronamiento. Mientras tanto, vuelve a su pensión, bien en casa Fumagalli, en Fenice, bien en Albergo San Marco, a una habitación que da a la plaza San Marcos. Siempre solitario, habitado por los pensamientos y preocupado por los aforismos en curso, les pisa los talones a las almas muertas que también transitaron el laberinto Veneciano.


En una pequeña libreta que se abre con el título Carnevale di Venezia, Nietzsche consigna, cuando llega la noche, las conversaciones con Peter Gast. En la trattoria en la que cena, la comida es frugal, regada con un vino conegliano, un áspero brebaje que viene del Véneto. “Porvenir de la nobleza”, “cuidados para la salud”, “soportar la pobreza”, “los hombres de vida malograda”, “a los soñadores de inmortalidad”: revisa las fórmulas de su libro, afina y acera las puntas de sus flechas, sus agudezas. Y la noche está poblada por los sueños de los que se nutren los libros. Al día siguiente, se puede ver al filósofo en la Piazza San Marcos, a pleno sol, escuchando la fanfarria militar o, más intempestivo, saliendo del oficio en la basílica, el domingo, porque le gusta el lugar, repleto aún de los manes de Cavalli o de Gabrieli. Los parques también le complacen, y las terrazas donde saborea ostras e higos, que le gustan más que cualquier otra cosa en el mundo. Por último, suele frecuentar Barbese, cuyos baños calientes son vigorizantes. Porque su salud sigue siendo precaria y en las cartas que escribe a su amigo, para que le prepare una bienvenida veneciana sin sorpresas. Nietzsche pide un diván, para poder descansar de las fatigas acumuladas y las tensiones que lo devastan, y también alfombras para cubrir la solería del mármol helada del lugar en el que se aloja. Recorre con pasos largos la Fondamenta Nuove. A lo largo de la laguna, entre la ciudad de los Dogos y la llama de alta mar, pasea su cuerpo sacudido de estremecimientos, atravesado por fulgores.


El lugar le gustará, desde allí se ve Murano, Torcello y la isla San Michele. Vivirá allí, en el último piso del Palazzo Berlendis, desde el que pensará en hacer de la isla de los muertos el lugar del silencio y de las tumbas de su juventud. A esta tierra de los taciturnos, el filósofo quiere llevar coronas de vida para conjurar las noches y el sufrimiento, el pasado y la soledad. Y escribe: “Sólo donde hay tumbas hay también resurrecciones”. El cementerio es como un navío anclado en la laguna, a la espera de alimentos. Ligeramente apartado, es la pareja sombría de la Venecia luminosa y ligera. Un pedazo desprendido de esa aurora perpetua que irá agotándose, hasta no contener ya más que cadáveres y ruinas. La isla San Michele flota como un edificio destinado las aguas profundas. Mientras tanto, exige sus tributos.


Quise medir allí la importancia de un ausente, entre dos bladosas blancas, vecinas. Las dos lápidas recubren los sepulcros de Stravinski y Diaghilev. Divididos entre las dos tumbas, pro sólo en forma de sueño, están los manes de Nijinski. Invoqué su presencia mientras veía las agujas de los pinos que cubrían el suelo, oía, a lo lejos, el ruido de los vaporettos que pasan, y miraba a una vieja, completamente vestida de negro y con una ramo de flores en la mano, que iba, entre las sepulturas, a reunirse con el alma de un difunto para hacerle respirar, al menos eso imagino, los perfumes de una composición de helenios, siemprevivas amarillas y scabiosas -esas flores con las que expresamos las lágrimas, el recuerdo, el duelo-. Entre las tumbas de los dos amigos de Nijinski se había deslizado el aliento del bailarín llamado por la sinrazón: cuando se aspira a las cimas, cuando se desean alturas cada vez más insensatas, se acaba por no encontrar el camino del suelo. Luego recordé que un amigo me había contado que se había cruzado con una embarcación tapizada de negro que transporta un ataúd y se dirigía a la isla de San Michele. Unos instantes después se encontró con Dominique de Roux, que había asistido al entierro y que le dijo que se trataba de los restos de Ezra Pound. La música, la danza y el poema se reconcilian en las tumbas.


Pasado el puente que cruza el Río Mendicati, dejando atrás la necrópolis Venecia se ofrece de nuevo y uno puede internarse en los canales, perderse en las aguas verdes o glaucas, reencontrar los perfumes genésicos y el triunfo de los equilibrios. El cementerio es un sueño vago, un recuerdo que se evapora. Después de atravesar el barrio en el que se juntan los sestieri Castello, Cannareggio y San Marco, fui a parar al Gran Canal, no lejos del puente de Rialto. Allí experimentó Nietzsche una emoción que convirtió en poema: “Acodado en l puente, estaba de pie en la noche sombría. De lejos se oía venir un canto, gotas doradas se deslizaban por la superficie trémula del agua. Góndolas, luces, música...bogaban hacia el crepúsculo. Mi alma, la armonía de un arpa, cantaba para sí, invisiblemente conmovida, una canción de gondolero, estremecida, de una beatitud tornasolada. ¿Acaso la escucha alguien?”. Pocos años después de estas líneas, la razón abandonó el espíritu del filósofo. En turín se desplomó a los pies de un caballo. Overbeck, uno de sus amigos, lo condujo a Basilea. Durante el traslado, tenía miedo del viaje en tren. Había muchos túneles y se atravesaban largos pasajes sin iluminación. Y no se saía de lo que era capaz Nietzsche. En un momento de oscuridad, bajo las montañas, en el vientre de la tierra, se oyó su voz, suave. Cantaba, canturreaba en italiano. Tenía el rostro cubierto de lágrimas y en los labio el canto del gondolero, que salmodiaba con el ritmo del adagio que le había parecido una música del comienzo del mundo. Para Nietzsche , fue un canto de partida hacie el silencio y la inocencia. La odisea acababa ahí y los recuerdos se tornaron confusos, antes de que el alma abandonase su viejo cuerpo gastado, cansado, tendido hasta el extremo de sus posibilidades.


Pensé en ese naufragio al leer las últimas páginas del Zaratustra en las terrazas de los cafés, en las escaleras de los edificios desolados o al borde de algún canal, con los pies colgando en el vacío. El sol se reflejaba en l agua, estallaba la superficie en fragmentos de espejos que se mezclaba, se deshacían, bajo los arcos de un puente. Hacía calor y, a lo lejos, se escuchaba una música. Un contralto ensayaba cantatas barrocas en la iglesia donde oficiaba Vivaldi. Mis peregrinaciones me proporcionaron diversos placeres: una charla con un vendedor de pescados frescos y relucientes en el barrio de Cannaregio; las pinturas de Carpaccio en la iglesia del muelle de los esclavones; las cenas en oscuras trattorias en las que el vino blanco está fresco y los platos deliciosos, al borde de embriagueces dulces de las que es cómplice la tibieza de la noche; la velocidad de los taxis que aceleran cuando abordan la laguna, haciendo del rostro un palimpsesto para las salpicaduras; la luz sobre las piedras de la Giudecca cuando se acerca la noche; Fellini, con quien me crucé en el puente del teatro de la Academia; los sorbetes y el agua helada en la terraza de un café en Campo Marosini; la indolencia aristocrática de los gatos cerca del teatro de la Fenice; los perfumes y colores de las frutas o verduras del mercado cerca de Rialto; el agua fresca de las fuentes; los drapeados a la antigua entre las columnatas de las procuradorías; el chapoteo del agua, por todas partes, el juego de luces y sombras. Horas ricas en emociones, pasiones y sensaciones. M entregué a todos los laberintos y dejé mi alma a disposición del lugar. Hice bien. Y descubrí lo que buscaba.



La Plaza san Zanipollo, delante de la Scuola San Marco, es una Venecia quintaesenciada, un epicentro: todo lo que constituye la ciudad está ahí. Una iglesia y un puente, un pozo y un río, las chimeneas típicas y el ocre de los edificios... y el monumento de Andrea del Verrochio, una estatua ecuestre de bronce que representa al Condotiero Bartolomeo Colleoni. Instantáneamente, mis ideas se pusieron en su lugar. Aquello que desde hacía tiempo se buscaba dentro de mi, se resolvió de repente y tomó la forma de una fascinación. Es una sensación extraña, y no hablo de contemplación, de felicidad ni de exaltación. Encaramada a un zócalo a la antigua, a varios metros del suelo, las estatua está como suspendida en el aire, por encima y más allá, dominante e imponente. En esta magnífica obra, todo está ordenado para mostrar una tensión en acto, pero con el detalle de los relieves: en el cuello del caballo, nervioso y sanguíneo a la vez; en el cuerpo del caballero, endurecido por la determinación; en la unión de la montura y el capitán -mezcla pagana semejante a los centauros-; en las riendas que comunican la voluntad del hombre al animal; en el hueco de los músculos salientes del corcel en los que se adivina la estridencia de la transmisión nerviosa. Las venas que irrigan el cuello suscitan una sangre caliente y viva que debe de recorrer también el cuerpo del caballero magnificando la energía y la determinación. Con las piernas extendidas, luciendo armadura y yelmo, erguido sobre la montura, parece dirigirle al mundo na mirada de águila, reforzada por la mueca de una boca voluntariosa. Arrogancia o desafío, resolución o firmeza, el Condotiero quiere, sabe lo que quiere y transforma el mundo en un terreno para el ejercicio del poder. La fuerza ha trazado las líneas del rostro; el valor ha dejado huellas, el vigor, volúmenes. Su semblante es del un hombre de excepción cuyo combate con real es constante. Sin descanso, siempre tenso, escribe su historia como se escribe la Historia: con la vehemencia de un creador de imperio. Verrochio ha puesto en la parte superior de la cabeza del caballo un singular copete que parece una llama, lengua de fuego para un pentecostés pagano: signo e que el carácter valeroso el Condotiero es todo uno con el de su cabalgadura.


Bartolomeo Colleoni no es el mercenario que dicen. Aquel hombre fue soldado, sabiendo que es una profesión en la que se frecuenta y se desafía a la muerte y sin ignorar que la proximidad de las pasiones trágicas empapa las almas e un modo distinto a la ignorancia de nuestros destinos mortales. Pero el Condotiero es, ante too, una figura de excelencia, un emblema del Renacimiento qu asocia calma y fuerza, quietud y determinación, temperamento de artista y voluntad de reinar sobre sí antes que cualquier otra forma de imperio. Su carácter es imperioso; su naturaleza, ardiente. Lejos e la virtudes cristianas, esas lógicas empequeñecedoras, y en contra de la humildad que desmedra, la culpabilidad que corroe, la mala conciencia que socava, el ideal ascético que mata, el Condotiero practica una moral de la altura y la afirmación, una inocencia y una vitalidad que desbordan. Su ética es también una estética: frente las virtudes que reducen, prefiere la elegancia y la consideración, el estilo y la energía, la grandeza y lo trágico, la prodigalidad y la magnificencia, lo sublime y la elección, la virtuosidad y el hedonismo: una auténtica teoría e las pasiones destinada a producir una bella individualidad, una naturaleza artística cuyas aspiraciones serían el heroísmo o la santidad que permite un mundo sin dios, desesperadamente ateo, vacío de todo, excepto de las potencialidades y las decisiones que las hacen florecer.