El quinto planeta era extraño, el más pequeño de todos. Apenas había espacio para un farol y un
farolero. Era incomprensible para el Principito
qué utilidad tendrían en el cielo, en un planeta casi deshabitado, un farol y un farolero. Una locura
apagar y encender cada minuto.
Der Weinberg der Harlekine UND Die Digital Überraschung
WERFEN, Österreich
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