En Roma, existían tres maneras
de interpretar el poder: imperium, poder absoluto de quienes
tenían el mando; potestas, poder político para imponer decisiones con coacción
y fuerza. Y auctoritas, poder moral basado en el reconocimiento/prestigio de una persona socialmente reconocido. Los investidos de auctoritas eran obedecidos porque sus decisiones eran sabias y justas.
Sabia reflexión ¡vive dios!
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