lunes, 8 de diciembre de 2025

DESEO Y DOLOR

“Los seres vivos están confusos y no se dan cuenta de que su corazón es buda.”  The Bloodstream Treatise. By Bodhidharma. Primer Patriarca del Budismo Zen chino.


Si se entiende

y acepta, el dolor,

nunca será sufrimiento,

sino un despertar

inoportuno a la realidad

de la efímera

existencia corporal.

 

Aferrados vivimos a

deseos que sustenten

nuestra permanencia

en ese mundo imaginario,

de creación propia,

corta duración, valioso

por su singularidad.

 

Sin saber quién era,

me embarqué en

el mundo de los deseos,

era lo que todos hacían,

descartando los malos,

desear el bien, nunca

podría ser malo.

 

Fue un viaje de ensueño,

disfrutar de todo lo deseable

que, a lo largo del camino,

surgía a cada paso,

flores insospechadas

de suprema belleza al alcance

de la mano del caprichoso deseo.

 

Intenso goce que,

con los días, se convirtió

en exigente codicia

imposible de satisfacer,

el temor a perder

lo ya poseído, atentaba

contra mi existencia misma.

 

El dolor físico, compañero de viaje,

despierto me mantuvo. Claro

estaba, el reverso del deseo,

no era otro sino el miedo y pavor

a perderlo todo y no ser nada,

era lo que expresaban

el gran griterío de voces,

 

en deseos desgarradores,

desesperados y sin sentido.

Del fondo de mi corazón brotó

un anhelante suspiro

de paz y gozo,

sin interés alguno,

la poderosa voz de la vida.

 

La esencia de lo que soy,

la vida del amor

en el que vivo,

un paso adelante dio

hacia la unión con cuanto

en mi entorno forma

el entrelazado de una vida ilimitada.

 

                                   Santiago Rupérez.

            Taipéi, 7-12-2025.

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