lunes, 28 de junio de 2010

Religión y seguridad Social


En Sevilla un fulano se sintió "Jesucristo" y produjo daños al Cristo de la foto.

Menos mal que dichos daños han encontrado reparación en la Seguridad Social de la que queremos dejar constancia.

viernes, 25 de junio de 2010

Pacomia del 15.06.2010

Casi el mínimo para ser tal. Tres; por aquello de las ternas. Fuimos muchos menos, lo que abrió la posibilidad a temas más personales, y por ello muy difíciles de resumir. ¿Se entiende? Dejamos constancia mador, Pepe Lobo y yo de que también deberíamos haber repasado la actualidad política y económica y, por supuesto, el mundial de fútbol; constaron los tes temas, pero no hubo tiempo para desenrollarlos.

viernes, 4 de junio de 2010

Un homenaje a MIguel Hernández





Su trágica y temprana muerte me inspira las siguientes imágenes poéticas, que quieren revolotear por la pacomia del próximo día 15, a la que no puedo asistir:
La vida es una noria de feria sin freno y marcha atrás. La muerte es una funambulista, que hace falsos equilibrios, y una mimo dormida en la calle.
Mal educados para mirones miedicas, vivimos como rígidos muertos y
convivimos con muertos vivientes.

Morirse es mucho más natural: Es un ciclo cotidiano y familiar, como las bombillas se funden, y los coches se desguazan. Entonces la vida se detiene, se toma un merecido descanso: Así el oso polar inverna y el árbol queda sin savia.

Convivimos con nuestra muerte como una pareja inseparable, compañera fiel, amante, confidente y algo neurótica: Ella es el negativo de la foto, la espía doble del diplomático, la sombra de nuestra silueta, la infiltrada de las líneas enemigas, la hermana subnormal oculta, la amante ninguneada y la hija bastarda del clan.

Mi inseparable compañera es impredecible y caprichosa. Me exige esfuerzo e imaginación para superarme, saborear la vida y dar lecciones de valor y audacia.

Seguiré vivo en mis tres hijos, seré plena y feraz simiente y mi muerte, en los tres fecundada, como escribió Miguel Hernández.









jueves, 3 de junio de 2010

¡ Preparando el veranito con el yoga!



Siento no poder estar en la cena de primavera, pero el verano se acerca y me inspira esto:

El cielo se llena de aire travieso, que circula haciendo piruetas. Las nubes se mueven voluptuosas y corretean en desbandada. Los pájaros se deslizan como acróbatas en el circo.


Las flores impregnan el aire de aromas y fragancias sutiles, que aspiran agradecidos los pulmones disciplinados en clases semanales de yoga.

Las burbujas de oxígeno reaniman, pero también envejecen. El vaivén de los pulmones en un tic tac biológico de diez mil soplos diarios acuna, acompasa, columpia y dirige una marea gaseosa con pleamar y bajamar.

El yoga enseña a alimentarse de un aire sabio y asceta que siempre deja saciados de sosiego y de esperanza. Los brazos juegan con el aire como aspas de un molino. Las piernas se afirman al suelo, como juncos mecidos por la brisa. Sus cuerpos flotan como barcos en un mar de estrellas con pulmones como velas henchidas de la energía que el sol impulsa en abundancia.

El saludo al sol es como una maniobra marinera para emprender un viaje a través del aire y el silencio que les conduce a su propio yo. Los mantras son músicas que resuenan en el espacio como eco de las estrellas.