NO NACIONALES.- Similar al dicho, "que Dios reparta suerte", este es un refrán católico que aparece ya en El Quijote: cuando Dios envía algo, a San Pedro, su
apóstol, sólo le queda darle la bendición, o sea, aceptarlo. En ocasiones, sólo
cabe aceptar el buen o el mal éxito de un asunto con resignación y conformidad,
por el giro que toman las circunstancias.
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