Manifiesto por la abolición de los funerales de estado religiosos
Ciudadanos y ciudadanas,
Paisanas y paisanos
El colectivo de Jubilatas Jubilosos (Jubjub) se dirige a la opinión pública:
Cansados, ahítos, de tanto funeral religioso como se prodiga en nuestro terreno común y en particular en los funerales de estado,
Saciados del uso y abuso de roquetes de encaje y puntillas, capisayos, capas pluviales, casullas, dalmáticas, estolas, donde se consuma un derroche de hermosos brocados en oro, plata y piedras preciosas, y guardamecíes, al mejor estilo de Jean Paul Gaultier
Tocados para la cabeza como mitras, ínfulas, capelos, solideos, tiaras,
O escarpines inspirados en Prada, usados en exclusiva por el descendiente del apóstol pescador,
Empachados y adormecidos por los poderosos y aromáticos inciensos elaborados a partir de hierbas fragantes como el romero, la menta, la salvia, la lavanda, o la mejorana, e incluso de inciensos primarios como el almizcle, el ámbar o la canela, el cedro, el copal, o el jazmín, el loto, la mirra, o el pachulí, el pino o la rosa, el sándalo, los tres reyes o la violeta,
Saturados y deslumbrados por la cromática de la púrpura cardenalicia, de los cálices dorados, de las piedras preciosas irisadas, por la brillante blancura de los mármoles de Carrara,
Transportados a los campos de un edén prometido fuera de este mundo por la música procedente de los cientos de tubos de los órganos barrocos,
Aburridos por unos textos descontextualizados que inmutables a lo largo de veinte siglos ignorando ni reflejando los avatares de una sociedad moderna, culta, laica, divertida, autónoma e independiente de los poderes religiosos.
Empalagados, aturdidos, a nuestro pesar,
Exigimos unos funerales de estado laicos, porque así es y nos hemos dado nuestro Estado laico, así hemos construido nuestra sociedad civil y porque demandamos rituales laicos que señalen y signifiquen los distintos acontecimientos de la vida de los ciudadanos en sociedad.
Rituales diferentes, variados, donde podamos escuchar a voluntad los versos de Machado, o de Lorca, de Alberti o Benedetti, de Neruda o Hierro,
La prosa de Balzac o Cervantes, de Gracián o de Shakespeare, de Vargas Llosa o de García Márquez.
Donde se mezcle la música clásica, de Bach a Bruckner pasando por Brahms o Beethoven, sin olvidar la música pop en sus distintas variaciones, o los sonidos de la naturaleza, de las aves y de la lluvia, de la tormenta o de la nieve,
Rituales y funerales en la ciudad o en el campo, respirando el frescor del aire en lo alto de la montaña, la fragancia de las hierbas naturales o gustando el agua salobre junto al mar, o disfrutando de la gama de colores de los verdes primaverales a la paleta de los bosques en otoño desde el cobrizo de los hayedos al amarillo de los chopos sin olvidar el marrón de los robledales o el rojo intenso de los arces.
Queremos que se termine el monopolio de los funerales de estado, aunque sean sensuales, polícromos y poliaromáticos, pero bajo los dictados de la oligarquía de la iglesia católica,
Queremos acabar con el monopolio actual para abrir espacios que permitan la generación de rituales diferenciados y personalizados, para señalar los nacimientos, los matrimonios, los aniversarios, los momentos felices de los ciudadanos.
El colectivo de jubilatas jubilosos del siglo XXI
Es lo tuyo, Rodri. Como no podía ser menos has dado en el clavo con el fondo y la forma. Sin entrar en disquisiciones trascendentes, al final resulta profundo. Quedándote en las fronteras de lo literario, te introduces con tus comentarios en el país de la política. De la vida de la 'polis'.
ResponderEliminarLo suscribo por suscribible.
Estoy de acuerdo, Amamdor.
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