lunes, 8 de septiembre de 2008

Se me hace raro

Se me hace raro terminar las saliditas veraniegas y no poner el despertador para ir al trabajo. Todavía. Es un cambio. Cómo interpretáis ese grupo de personas que, agarrándose a un pasamanos, suben esa tremenda cuesta. Yo lo asocio con volver al trabajo, a las clases. O con la cuesta de enero. Es un cambio, sí señor.
Me apetece volver a reunirnos, vernos, charlar con despreocupación y desenfado. Mi familia anda muy intrigada con esas "pacomias". En el fondo creo que sienten cierta envidia.
El verano ha estado repletito ¿eh? Los Juegos de Pekín (¿o es Beijin?), la práctica carencia de fuegos veraniegos que devoran la piel de toro, el tratamiento del accidente de Barajas y en contraste la muerte de tanta gente en los habituales cayucos, los Obamas y McCain junto con sus adláteres, la jodía crisis económica, la ayuda al suicidio ... Y el largo etcétera que podríais añadir. Pues eso. Que hay materia. Además de los ya clásicos recuerdos obligados de más o menos jocosas costumbres, nombres, rostros y lugares del pasado que conformaron en parte importante nuestro presente.
Pero, ojo!, nada de abuelitos cebolleta con sus batallitas del pasado: lo que está por venir. Eso sí que me apasiona, me interesa y abro desde ya mis ávidos oídos a vuestras agudas reflexiones.
Os espero. Un abrazo.



1 comentario:

  1. A los que vivimos en perpetuas vacaciones, nos cuesta menos volver. Pero es agradable volver y encontrarse con amigos, en una gran cordada que asciende al futuro.
    Nos vemos.

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