viernes, 27 de septiembre de 2019

Injusticia, pero con letras muy grandes.

Puede parecer un detalle del mundo laboral comparado con grandes abusos en el mundo mundial. Pero lo tenemos al lado, y afecta a personas con discapacidad.Me pone los pelos como escarpias pensar qué otras maldades pueden esconder los abusos de los empleadores, la desidia de los que deberían vigilar qué hacen sus subcontratados, la indefensión del trabajador, y lo máximo: esclavizar a personas  con discapacidad (¡Nunca!, discapcitados).

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