martes, 8 de septiembre de 2020

Atrotinada Generalitat

Alguien, que porta un globo rococó pintado de sílfides, espera al Metro en la estación de Sans absorto e inmóvil en su móvil.

Tan absorto como quien esto escribe contemplando la imagen a la vez que se pregunta por la sortida de este pandemónium. De la España en general pero de la Cataluña en particular.


Si saco ciertos ficheros mentales para subirlos a la calva RAM de mi azotea no doy crédito. Hervía hace tres años la olla catalana y millones de fogones a lo largo y ancho de toda la geografía nacional echaban negro humo. Qué fue de aquellas chispas, llamaradas y fogatas, lo desentrañarán mejor los buenos desentrañadores que lo desentrañen en el futuro. Pero hoy mi perplejidad se adorna de asombro y se felicita por ver pavesas y rescoldos donde hubo voraces incendios.

Lamentando ver un día sí y otro también la inoperancia cerril y el sectarismo provinciano —en el peor sentido asumible de la palabra— de una retrógrada Generalitat que va dejando por donde pasa mustios collados sobre lo que fueran altos pabellones de moderno cosmopolitismo catalán.

* Atrotinada: ajada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por opinar.