Gobernabilidad

La gobernabilidad de España me importa un comino, dijo la diputada Montse BASSA de ERC en su intervención en la sesión de investidura de Pedro Sánchez.

Esta señora —o señorita, que no lo se— sigue viviendo en la aldea de sus bisabuelos, creyendo que el mundo empieza en la plaza de su pueblo y acaba en las lindes últimas de la finca de su tío, Pere Bassa del Pont.

Lo que de verdad le importa un comino son —somos— sus representados, ciudadanos de un país libre que le votaron para estar representados por ella junto a otros 349 en el parlamento de ese país. Aduce y esgrime que unos jueces supremos decidieron robarle el tiempo a mi hermana Dolors, y cuando la visito a través del puto cristal … etc.

Hay demasiadas resmas (conjuntos de 20 manos de papel) de políticos que se han metido y no salen del yo, mi, me, para mí, conmigo. Y los más aventureros de entre ellos hacen una excursión mental hasta ‘mi partido’. No sería extraño que en breve lo sustituyeran por 'mi equipo'. Como en el fútbol.

Los sanitarios y servicios esenciales, y a los que nos salieron callos en la mano de aplaudir a las ocho mientras nos barría el ojo del huracán, no nos merecemos tanto desprecio, insulto inculto y egoísta disparate. Tanto veto cruzado, tanta línea roja, cordón sanitario y exclusión del otro.

En fin, siempre nos quedará París, que actualizado rezaría ‘siempre nos quedará la Unión Europea’. Señora Bassa, en un mundo globalizado no digamos ya la de España, debería importarle a usted hasta la ¡gobernabilidad de Ghana!