lunes, 7 de diciembre de 2020

Acabada la tormenta contra la ley Celáa.

 Parece que el asunto de la educación en España ha vuelto a algún cajón tras la algarada contra la octava ley de educación en menos de cuarenta años.  Recojo una cita de William Jhonson.

Que adoptó el apellido Cory tras salir de Eton, describe a sus estudiantes, hace más de 150 años, qué se entiende por educación liberal:

Al venir a esta escuela os comprometéis a una tarea no tanto de adquisición de conocimientos cuanto de realización de esfuerzos intelectuales mientras os sometéis a la crítica. Podéis conseguir cierto caudal de conocimientos; y no debéis lamentaros por la horas empleadas en acumular lo que acabaréis por olvidar, pues la sombra del conocimiento perdido al menos os protegerá de muchas ilusiones. Pero venís a una gran escuela no para adquirir conocimiento , sino para adquirir artes y hábitos: el hábito de la atención, el arte de la expresión. el arte de daros cuenta en un simple momento de una nueva idea, el hábito de someteros a censura y refutación, el arte de indicar asentimiento y desacuerdo de manera graduada y medida, el hábito de fijaros en los detalles con exactitud, el hábito de saber hacer las cosas a su tiempo, el gusto y la discriminación, el valor mental y la sobriedad mental. Sobre todo, venís a una gran escuela para conseguir el conocimiento de vosotros mismos.

Tomado de PÉREZ-DÍAZ, Víctor, La esfera pública y la sociedad civil, Santillana- Taurus,
Ciencias sociales, Marid, 1997, pág. 151 y s. Este autor toma la cita de ROSOVSKY, Henry, The University: An Owner´s Manual, Norton, Londres, 1990.

Otra, del sábado pasado, 5 de diciembre de 2020. Nuccio Ordine "Perder tiempo para ganarlo", en El País, pag. 15.

Hace muchos años que los parámetros internacionales de educación están  cada vez más condicionados por las directrices  de los organismos multinacionales: son los expertos del Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico  (OCDE) y la Organización Mundial de Comercio quienes señalan los criterios para valorar el aprendizaje en las escuelas de los Estados miembros.

Se entendería mejor si dependiera de la UNESCO, ¿no?



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por opinar.