Y el primero en sentarse dejando a la muy pero que muy Frau Von der Leyen de pie, relegada y humillada por el dictador de turno y con un palmo de narices. Solo por ser mujer. Hay que tenerlos cuadraos. No, hay que carecer de ellos. Qué profunda decepción, Mr. Charles Michel: le borré de mi lista.
Erdogan sabe bien ofender. Éste autoritario no respeta mucho a las mujeres y eso que tiene madre. Pero que uno de los nuestros cometa ese error, es vergonzoso. Seguramente ha pedido perdón, pero hay que ponerlo de rodilla y mirando a la pared.
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