martes, 7 de octubre de 2008

Seguimos con el laicismo.

Creo que hoy, laicismo significa, en resumen:
1. Las creencias, todas y todos los tipos, son un asunto personal y privado.
2. Ante las creencuias religiosas: tolerancia; sin olvidar el número uno.
3. La vara de medir conductas personales, sociales, públicas, políticas, económicas (!!), etc., siempre debería ser el respeto a la unidad y dignidad de la persona. (¿Por qué se olvida lo de la unidad?).

3 comentarios:

  1. Desde hace tiempo he estado dedicando al tema de las creencias especial atención.
    No estoy de acuerdo con Eduardo:

    1.- Decir que todas y cada una de las creencias son de tipo personal y privado me parece en primer lugar una afirmación muy amplia y categórica. En segundo lugar profundamente falsa.

    2.- Considerar las creencias religiosas como en el número 1, me parece que puede ser considerar lo público lo social y lo privado todo mezclado.

    3.- Sobre la unidad de la persona también es algo que yo creo que necesita mucha discusión. No vaya a ser que eso de la unidad de la persona sea una "creencia".

    El tema me parece tan amplio, interesante y digno de debate que me parece que lo mejor es introducir una nueva entrada planteando el tema para un debate por cada aspecto del tema.

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  2. Mariano,
    No hablo de "tipo", sino de asunto, luego decisión y responsabilidad personal; incluyendo todos los condicionantes sociales, cultuales, etc.

    La tolerancia, me parece, surge ante la existencia de otra creencia religiosa, la protestante.Pero en esas fechas siguieron pasando a cuchillo a los "turcos".

    Lo de la unidad, salvo error mío, tiene que ver con la negación de la dualidad del ser hombre: cuerpo y alma. No creo que sea sólo una creencia.

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  3. Eduardo

    Es que una creencia personal, en lo que yo entiendo que es una creencia, ya no es una creencia, sino "opinión" personal. Una creencia, cuando menos, es social o no es creencia.

    El problema, en lo que creo que tu te refieres, es al paso que hay de que las creencias, como asunto social, sobre todo algunas creencias religiosas, pretenden, además, tener el carácter público (en el sentido de político), confundiendo lo "religioso" con lo "ciudadano". Y ahí sí que hay que ir a tope contra esta mistificación de la que en España tenemos tanta confusión y tanto lío.
    El problema en España es que con tanta tradición de lo político-religioso se hace tan difícil que tras 30 años de democracia todavía seguimos con un concordato vergonzante.
    A eso es a lo que me quiero referir yo y seguro que no tenemos en esto grandes diferencias.

    Lo de la unidad de la persona es bastante más complejo. Pero desde luego en lo referente al espacio público, es decir lo que atañe al ciudadano, indudablemente estamos totalmente de acuerdo y a favor.
    Probablemente te he entendido en esto mal, porque efectiavamente la tradición del concepto de persona la gente suele ligarlo a lo de "alma" o espírito o una referencia a algo trascendete o semitrascendental como es el "yo" situado por encima de lo material. Es a este "yo" lo que yo entiendo que es una creencia.

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