José Miguel, siempre tan viajero, delega en mí, el administrador, para poder estar presente en nuestro blog. Me ha mandado el artículo de un compañero de la Pompeu, en el que habla de los niños perdidos del franquismo. A mí se me abrieron las carnes cuando leía las burradas del ínclito Vallejo Nájera. Y casi no se sabía nada del tráfico de niños. Y luego dicen que abrimos heridas.
Por cierto, en relación con los niños, me ha impresionado mucho la película "El intercambio". Al final, los niños son una mercancía, se pueden intercambiar, de acuerdo a los intereses de las instituciones. Vaya mundo que dejamos en el 2008. Hay tantas cosas que se merecen una sonora pedorreta...
Una de las cosas más terribles ara los que nos hemos eduducado en el ambiente de los triunfadores es la ignorancia sobre lo que pasó y sobre todo de lo que estaba pasando. (Sobre esto hay alguna película argentina extraordinaria).
ResponderEliminarHe tenido ocasión de convivir con gente que ha tenido que hacer cientos de kilómetros desde su más tierna infancia para poder visitar a su padre preso haciendo el canal de los presos.
¿Sabíamos acaso que los presos estaban trabajando para Banús en sus obras y que los últimos presos trabajaron en el año 1971 en la urbanización Mirasierra?