Cuando las personas de una sociedad pierden la fe o la confianza en sus instituciones y entre sí, la nación se derrumba, LINDA HUANG, The Atlantic Daily.
El maremagnum político actual ha escondido en el subsuelo la justicia y el bien común. Así veo la política actual, y no solo en España, EDUARDO FERRER, Whatsapp JUBJUB, 08/10/20.
Qué pasa con el Senado —¿cámara de la verdad territorial o cementerio de elefantes políticos?—, con la ley electoral —¿interesa a los grandes partidos?—, con el Congreso —donde se debate de cara a las TVs pero se gobierna desde Moncloa—, con la renovación del poder judicial —donde yo pongo a mis afines como escudo y palanca—, con la actualización del régimen territorial de las comunidades autónomas —que aplacaron en el 78 las ansias vascas y catalanas pero muy desgatadas en el S XXI y más con la pandemia, por no hablar de la España federal—, de la denuncia del concordato con la santa sede, ‘perdemos dos millones de votos`, A. Pz. Rubalcaba, PSOE—, con una ley de Enseñanza más bien definitiva y con la Sanidad —troceada en 17 corralitos con inversión desigual por habitante de escándalo y que Dios reparta suerte: puedes tener tu radiología periódica a 178 km de distancia en tu comunidad pero en la fronteriza a solo 20—, con los partidos políticos —cada día más percibidos como máquinas de pescar votos— y, por último qué pasa con el ciudadano perplejo y confuso, ¿quién le echará una mano?
Estas y parecidas interrogaciones las he escuchado docenas y docenas de veces. La última hace apenas escasas horas. La respuesta es cada día más dolorosa e incierta.
Pasa en en España y pasa parecido en el mundo, ¿o quizá nos tengamos que echar la mano nosotros a nosotros mismos? Por aquello de que el que no llora no mama. Fe en la instituciones, sí pero no la del carbonero.
Hola a todas.
ResponderEliminarEduardo.
Puede ser que nos equivoquemos al analizar a quien votemos?
Cultura Social?
Burguesía del proletariado?
Alienados por las tecnologías además.
Total, un desastre anunciado y televisado.
Seguimos palante.
Saludos. CHEMA.
Enviado desde mi Huawei
Querido, aquí hay un viento sostenido. La copa de los pinos despiden esa viruta incómoda que tapa el césped y le impide el oxígeno. De vez en cuando uso la sopladora, pero también contamina, se alimenta de gasolina y otros potingues aceitosos.
ResponderEliminarLlevamos años con un viento sostenido, agresivo, inutil y engañoso en el Congreso y el Senado. Nuestros representantes no firman con su pueblo un contrato de aptitud y ética, las desigualdades se han arraigado en la voluntad democrática de los votantes. Los jóvenes se defienden en la educación maximalista de sus padres, de pobreza o de riqueza. Se aplica por la derecha la filosofía sofista, gana el que mayor barbaridad dice con contundencia, soberbia y desfachatez. Nos escupen desde su parodia a modo de pinocha esparcida y no hay tiempo de pasar la sopladora de la justicia, de la ética. Vamos limpiando esos vómitos con más gasolina.
Muro Ayuso, P.