Durante la santa semana,
cofrade de la Hermandad
con capirote bien alto,
ocultas tu rostro y dejas
dos orificios abiertos
para ver sin ser visto,
penitencia dicen que haces,
sin que nadie te conozca
y esperas reconciliarte
con la imagen que veneras,
adorada tradición, imposible
de que muera, cientos de años
tiene, creada por los mayores,
no existe nada tan grande.
Ayer, granizaba y llovía,
no nos dejaron salir
y alguna gente del pueblo
nos dedicó sus silbidos,
ingratos, sin el menor respeto,
ignorantes del profundo
sentido religioso de toda
procesión bien llevada,
fue culpa del temporal,
el cielo estaba enfadado,
dejemos pasar la tormenta
para seguir saliendo
el resto de nuestros días
liberados de toda culpa.
El universo habló
con el granizo y la lluvia.
Santiago
Rupérez – Taipéi, 17-4-2025.
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