lunes, 5 de mayo de 2025

Tres POEMAS CON JOSÉ ELLACURÍA (1/3)

El primer poema “La chicharra de siempre” fue escrito y leído por José mes y medio antes de su fallecimiento. Es como un presagio que los dos compartimos antes de su muerte.


LA CHIRRARA DE SIEMPRE

 

A sugerencia de José E.

 

Nada vive para siempre,

ni siquiera tus problemas”,

me decías, abrumado por

los temores presentes.

 

En la vida, la presencia sombría

de la muerte, origen podría ser

de esa falsa angustia existencial

destructora del humano gozo.

 

¡Ah! Si no existiera el tiempo,

no existiría nada de cuanto es,

todo cuanto vive, en el tiempo

desarrolla su proceso de vida.

 

Escuchaba cantar a la chicharra,

desagradable chirrido, deleitoso

encanto para las hembras, origen

seguro de su descendencia.

 

Pensaba en sus ninfas, en sus largos años

viviendo bajo tierra esperando su

regreso a la superficie para completar

el ciclo de la vida de su especie.

 

Cien millones de años tienen

los fósiles de chicharras iguales

a las actuales, tal cantidad de tiempo

bien pudiera ser una eternidad.

 

Mas, el hombre ansía su eternidad propia,

sin entender que la conquista del tiempo

implica el señorío de su vida plena

en un tiempo que es de todos.

 

La vida nos vive cuando en ella

nos afincamos en un abrazo dichoso

con todo ser existente en el ilimitado

tiempo de su vital desarrollo.

 

En la corteza del árbol, estaban

abandonados los viejos trajes

usados por las chicharraras

en sus viajes por el tiempo.

 

Logré olvidarme del tiempo, era

mi propia vida, no existían sombras,

chicharras, las de siempre, en la energía

de ser, el universo su vida sigue.

 

Santiago Rupérez - Taipéi, 22-10-2020.

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