LA SABIDURÍA
La verdadera felicidad y beatitud de cada individuo consiste
exclusivamente en la fruición del bien y no en la gloria de ser uno solo, con
exclusión de los demás, el que goza del mismo. Pues quien se considera más
feliz, porque sólo a él le va bien y no tanto a los demás o porque es más feliz
y más afortunado que ellos, desconoce la verdadera felicidad y beatitud; ya que
la alegría que con ello experimenta, si no es puramente infantil, no se deriva
más que de la envidia o del mal corazón. Por ejemplo, la verdadera felicidad y
beatitud del hombre consiste únicamente en la sabiduría y en el conocimiento de
la verdad y no, en absoluto, en ser más sabio que los demás o en que estos
carezcan del verdadero conocimiento; puesto que esto no aumenta en nada su
sabiduría, es decir, su felicidad. De ahí que, quien disfruta de eso, disfruta
del mal de otro y, por consiguiente, es envidioso y malo, y no ha conocido ni la
verdadera sabiduría ni la tranquilidad de la vida verdadera[80].
Baruch Espinosa.
Tratado teológico-político
Capítulo III De la vocación de los
hebreos y de si el don profético fue peculiar de los hebreos
El libro se puede descargar como pdf de la web.
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