Hemos ganado y, sin embargo, hemos perdido. En nuestra lucha con/contra el bípedo implume hemos logrado desarmarlo y destruirlo. Pero justo por eso hemos perdido nuestro principal apoyo, el soporte de nuestra existencia. Ahí fallamos. No supimos verlo. Pero ellos habían fallado mucho antes.
La guerra del bípedo contra aquel planeta comenzó pronto: consumieron, agotando recursos desde sus inicios. Eran un cáncer para su planeta.
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Eduardo Ferrer: la última columna de JM Tortosa en el periódico
Información de Alicante,
tras 20 años de colaboración.
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