jueves, 10 de marzo de 2011

El robobo de la jojoya

Robo de 1.500.000 € -hoy dicen que solo 450.000 (!)-, en el convento cisterciense de Santa Lucía, Zaragoza. Provenientes, dicen, de actividades de encuadernación y de la venta de cuadros que pinta una de las monjas (en la imagen con uno de los obispos “pintados”). A la pregunta de los periodistas acerca de qué hacían allí esas bolsas de plástico llenas de dinero no declarado, su abogado afirma que “ellas no están acostumbradas a dar explicaciones de lo que hacen”. Ánimo, que no decaiga la fiesta!

Esta es una de las raíces más profundas del desapego social respecto de la iglesia católica oficial, que no está acostumbrada a dar explicaciones de lo que hace. Ni en las más acendradas dictaduras ni en las más normalitas democracias.

Opino.

2 comentarios:

  1. He oído que tenían la pasta en billetes de 500, y en bolsas de plástico; en un armario cualquiera; y que pudieron robarlo el domingo, durante la misa, porque a esa hora está abierto el convento. También, parece, han diferentes cifras de lo robado. Si no dan explicaciones quienes se comprometen públicamente, cada cuatro años, ¿por qué las monjas, que solo responden antes dios, o ante el obispo?

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  2. La mejor pobreza es ¡la profesión de ser pobre en una institución rica, tan rica que no tienes que preocuparte de tu sustento y ni siquiera de hacer declaración de la renta!

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