Hemos aprovechado la segunda quincena del mes de mayo para hacer un crucero por las Ciudades Imperiales. Haber realizado el viaje en estas fechas ha supuesto un considerable ahorro económico en comparación con el mes de agosto, por ejemplo. Aproximadamente 1.400€ menos. Entre las ciudades a visitar estaban Estocolmo, Riga, Tallín, San Petersburgo y Helsinki. Con el euro no íbamos a tener problemas en Tallín y Helsinki, pero no así en Riga (lats letón), San Petersburgo (rublo) y Estocolmo (corona sueca). Sin embargo la solución era tremendamente sencilla y funcionó a la perfección: pagar con tarjeta de crédito o de débito. Así lo hicimos en restaurantes, tiendas de regalos y souvenirs. Nada de cambiar euros a coronas suecas, rublos o lats letones y luego vuelta a cambiar a euros. Porque el mercado se comporta de forma que te admiten euros a la adquisición de mercancías pero te devuelven en el dinero del país. Entonces, una vez más, comprobamos que el dinero real no son los billetes ni las monedas de cada país, sino el crédito con el que respondes desde tu patrimonio económico con transacciones electrónicas. El dinero es un medio de intercambio común usado para el pago de bienes, servicios y obligaciones, pero ese dinero fiduciario ya no necesita el aval de los estados que respondan por el mismo. Los actuales sistemas de intercambio avalan que quien paga tiene el crédito suficiente para responder de ese pago y no necesita acumular un dinero fiduciario (billetes y monedas) que respondan con la autoridad monetaria que lo emitió.
Como era lógico, el tema me ha llevado una vez más a considerar la idea que me viene dando vueltas una y otra vez sobre una posible reforma en el sistema financiero y que colabore a eliminar en muy buena parte el dinero negro: Eliminar el dinero. Si recordamos en los billetes que emitía el Banco de España con la peseta se especificaba, por ejemplo, que el “EL Banco de España pagará al portador CIEN pesetas”. Está muy claro que el billete no eran las CIEN pesetas, como ahora no son los 100 euros, sino que tiene “el valor de”. ¿Quién responde, entonces, del dinero real? El patrimonio económico de la persona, que si se sobrepasa, quedará anulada la operación económica. Si se va a comprar un automóvil y no se tiene dinero, por más que se firme un talón, si no hay fondos, no se podrá comprar el automóvil. ¿A quién beneficia, entonces, las transacciones económicas en dinero? A quien no le interesa estar identificado, “al portador”. A quien no quiere que se sepa la procedencia o el destino del dinero. Sería estupendo quitar de pronto a tanto ladrón, especulador, mafioso, traficante de droga… a todo lo que se oculte tras la suciedad del dinero.
Alegrándome de tu feliz periplo, Paco. Creo en las ventajas de eliminar el dinero. El pago con monedero electrónico, móvil, tarjeta, etc., ya marca un rumbo.
ResponderEliminarEn cuanto al sistema fiduciario ya no tanto. Sin él yo no tendría piso, coche, etc. O los hubiera tenido 10 años después. Si yo fuera hoy un concesionario Renault, por ej., y leo tu escrito, me entra un escalofrío que me tienen que llevar a urgencias. ¿No crees que hay 'patrimonio económico a futuro'?
La venta a crédito fue un avance socioeconómico. El problema está en la desregulación neoliberal del sistema financiero que nos ha llevado a Tegucigalpa. Cuando deberíamos estar en Tombuctú. O dicho de otra forma: el 'ismo' del capitalismo.