viernes, 1 de marzo de 2013

¿Y SI FUERA QUE...


Italia estuviera empezando a abrir un camino nuevo de la acción y representación polìtica?

Tal vez Beppe Grillo no es lo "payaso" que se pretende presentar; tal vez resulte payaso para algunos que no pueden comprender que la acción política no tiene por qué representar "ejercicio de poder".

Tal vez pueda ser una lección que va a costar aprender a más de uno.

Para construir la realidad lo primero que hay que hacer es "afrontar" es decir "mirar de frente" lo real. Y lo real es un sistema "cogido" por quienes están al servicio del "dinero y el poder" y que no están dispuestos a soltarlo sino fabricar cualquier realidad que mantenga su "status". Para eso pretenden mantener el poder.

Si esto es así a la ciudadanía lo le queda más remedio que "la calle", por un lado y, representación alternativa  por otro; también  ESTUDIAR BIEN POR DONDE EMPEZAR y eso es tarea de los jóvenes, como presenta Beatriz Talegón, pero no deben tardar mucho en pasar a la acción que se les puede pasar el arroz pues, si no dormidos, no parecen muy activos de momento.

NO ESTAMOS DORMIDOS, ESTAMOS ESTUDIANDO BIEN POR DONDE EMPEZAR

Es pronto para sacar conclusiones, pero lo que sí considero urgente es prestar atención a la desafección generalizada que por parte de la juventud está teniendo lugar al respecto de la participación en la democracia tal y como se la viene entendiendo hasta ahora. Algunos piensan que la juventud actual se caracteriza por su apatía, por su desconfianza en el sistema. Falta tiempo para entender que lo más probable es que esa actitud poco comprendida por nuestros mayores no sea más que un cambio, una muestra del rumbo que queremos dar a nuestro destino.

Quizás nos encontremos más bien ante un plato de comida que no nos gusta, y no por ello dejaremos de comer. En este gran bufé de comida rápida no nos sentimos cómodos, pues nos dejan a un lado y vemos cómo nos han contado que podemos crear nuestro propio menú con interesantes ingredientes, nos han preparado para elaborar deliciosas recetas y al llegar, descubrimos que los ingredientes no están al alcance de nuestra mano, que no hay comida para todos, y que todo lo que nos han contado no encaja con la realidad.
El rechazo ante todo lo que hemos conocido es un revulsivo, una reacción lógica de decepción. Es una primera respuesta. Y hemos empezado a mirar dentro para ver qué ha pasado. Nos hablan de fallos sobrevenidos, nos aturden con cifras y datos mientras nos asomamos a nuestras propias vías de comunicación y descubrimos que en realidad hay más detrás: hay corrupción, hay responsables que, lejos de retirarse siguen intentando hacer piruetas para mantener su lugar. Hablan de nosotros pero sin contar con nosotros. Mientras van ya por el tercer plato siguen hablando de cómo dejarnos entrar en el comedor. Y resulta que nosotros también tenemos hambre: de opinar, de participar activamente, de comprometernos y de hacer nuevas recetas. Lo que ocurre es que no nos fiamos del todo de que las únicas vías sean las que nos han hecho estudiar. Porque ya nada nos encaja.

Hay infinitas maneras de construir un espacio nuevo, remodelando lo existente y dando un paso firme hacia el futuro que garantice un lugar para todos. Pero para que podamos crearlo hace falta que los jóvenes, esos a los Ban Ki-Moon pide ayuda, tengamos nuestro lugar. Estamos capacitados para asumir nuestro papel y ahora más que nunca estamos descubriendo que quizás no haya que pedir permiso, que simplemente haya que hacerlo y para eso, no nos queda otra, debemos organizarnos. Los partidos políticos, las organizaciones sociales son la vía de canalización de nuestra energía: y tendrán que asumir que venimos con ganas de democracia, pero de la de verdad.

No estamos dormidos, estamos estudiando bien por dónde empezar.

1 comentario:

  1. Fastidiado pero apasionante, sí, buen amigo Mariano. A diario oteo posibles horizontes y me acabo acordando de aquel hombre de pueblo tenido él por meteorólogo nato al que preguntado con excesiva frecuencia -o pitorreo quizá- acerca del tiempo que se avecinaba, solía contestar con cierta sorna: está pa'tó.

    ResponderEliminar

Gracias por opinar.