Escribo algo conmocionado por la repentina muerte, en accidente de tráfico, de nuestro compañero Rafael Sanz de Diego. Con Prefasi, íbamos de catequesis a Palomeras, donde me presentó al Pl. Llanos en el Pozo.
Recuerdo su excelente y contagioso buen humor. Un fuerte abrazo,
Juan Antonio Martínez de la Fe
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