Riendo, fumando algunos, y comiendo y bebiendo en vez de pasear. El resto de la cita de Balzac puede resumir las, casi, ocho horas que pasamos juntos en casa de Ricardo. Me resulta curioso y atractivo creer que los tres años, ya, que hemos celebrado el final del veraneo en casa de Ricardo en Brihuega, hemos compartido mesa y tertulia; y ésta última ha estado trufada de reflexiones juiciosas; también fulgores luminosos por la profundidad de las palabras que he oído.
Es verdad que algunos asuntos han ido variando al pairo del estado social de la época en la que nos ha tocado vivir; otros, han surgido los tres años. La continuidad de estas tertulias epicureas, en el Jardín de Ricardo, podría convertirse en un texto-resumen de lo que nos rodea. Política, con la constante de la mediocridad de los políticos, pronósticos de mejora y de desorden; economía, cada día un poco más simple -porque la explican los políticos- y por ello más incomprensible; las relaciones humanas, asentadas, al final, en una sexualidad cada día más difusa; las historias personales que, casi sin decoro, aparecen de rato en rato. Tertulias libres y honradas.
Una única reunión de amigos que, en Brihuega, ya dura tres años.
Es por estas descripciones que Eduardo ha sido siempre considerado (in pectore) el cronista de nuestras horas pasadas en común. Lo leo con delectación pues no se puede decir más con menos. Y viniendo al caso que nos ocupa, recordar que estamos invitados a la fiesta del espliego que será para julio ya: qué agenda!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHabía en las conversaciones diferencias, no contradicciones. Lo propio de gente que piensa y habla con riqueza de matices. Una gozada que no se puede encontrar a la vuelta de cualquier esquina; pero sí en Brihuega y allí donde jubjub se sitúe. El jubjub profundo a la par que pachanguero, dicharachero y juguetón.
ResponderEliminarLas veladas en el jardín de Ricardo en Brihuega son entrañables, cordiales, profundas, libertarias. Da gusto tener un ambiente relajado, impertinente-respetuoso, de decir lo que cada uno cree conveniente sabiéndose respetado. Gracias a todos, especiales para Ricardo por la plataforma campestre
ResponderEliminar