El otro día aludí a la necesidad del “diálogo entre iguales”. Pues reflexionando sobre esto se me ha venido una idea a la cabeza: se pierde fácilmente la igualdad por un “determinado uso de las palabras”.
Y esa técnica me parece que es la que se está haciendo continuamente en esta época de “posmodernidad” en donde no interesa tanto la verdad del discurso como la “performatividad” del mismo. Tal es el modelo que nos impone la publicidad y nos están metiendo por el ... “los medios”.
Pero eso es lo que se ha hecho desde siempre solo que no tan descaradamente y con tanto poder.
Veamos algunos ejemplos:
Cuando en el texto del otro día leíamos:
“Feliz quien......”
En realidad se está jugando con una doble palabra. Porque la felicidad que están buscando los “indignados” por lo menos muchos de ellos, no tiene nada que ver con la felicidad del Evangelio.Cuando ahora nos están dando la vara con “los mercados”.
Todos nosotros tenemos la idea primordial y de experiencia de “el mercado”. Es decir, la "plaza de abastos" de toda la vida donde íbamos a comprar “mercancías” y, como plaza pública, era donde la gente se trataba, intercambiaba información lo mismo que se intercambiaban "mercancías por dinero".
Por ello “mercado” viene de compra y venta de mercancías que es lo que hace posible la vida de la gente y el intercambio de “bienes”.
Pero ahora nos quieren meter el “mercado de valores” (insisto ¿qué valores?) como si la necesidad y el funcionamiento de dicho mercado de valores fuera el mismo y tuviera el mismo fundamento que el “mercado de toda la vida”. Como si la "Bolsa" fuera lo mismo que la "Plaza".
Y no solo son diferentes sino que la gente que ejercita ese mercado apenas tiene que ver.
El mercado de los “mercaderes” de mercancías es para la gente que “vive y necesita vivir”.El mercado de valores es el mercado de los “financieros” que no es lo mismo y tiene una finalidad diferente, MUY DIFERENTE, de la finalidad del otro mercado.
No digo ni quiero decir que dicha finalidad sea mala, sino que es diferente y no puede regirse por los mismos principios y regulaciones que el primero.Pero es que previamente se han pervertido el término “valores”.
Cuando Adam Smith habla de las riqueza de las naciones está pensando en una moralidad de valores que no tienen precisamente su valor primordial en el mercado. Entre otras cosas un valor primordial de dicho mercado de mercancías es la “igualdad”.Nota: Aquí hay que añadir el comentario nº2 que me hice a mí mismo. (Pues me ha gustado lo que digo y lo he repintado un poco)
Luego han venido los “economicistas” y han reducido el vocablo primeramente a su valor de mercancías, y después al de dinero, y ahora a una cosa completamente diferente, que no solo no es mercancía sino que ni siquiera es dinero, sino “VALOR A FUTURO” (como anotación en cuenta, que ni siquiera es dinero real).
Con esto la “ingeniería financiera” ha logrado convertir tu “deuda”, tu pasivo en un “activo” con valor “a futuro” durante muchos años (han llegado a hacer hipotecas a 50 años: ¿quién puede hacer una valoración sensata a ese espacio de tiempo?).
Luego eso bien envuelto en un “paquete”, como tan graciosamente nos cuentan los humoristas ingleses, van y lo venden en el “mercado de valores” (sin pagar impuestos).PERO MIENTRAS TANTO LOS EJECUTIVOS EMPEZANDO POR EL QUE “COLOCÓ” LA HIPOTECA PASANDO POR TODOS LOS MANDAMASES DEL BANCO QUE VENDE, Y DE LOS FONDOS QUE SIGUEN VENDIENDO...... cobran en dinero contante y sonante ¡¡¡¡¡a presente del día a día!!!! todos los beneficios que se van a producir como si ya fueran beneficios reales.
¡Y LUEGO SURGEN LAS BURBUJAS! Porque con lo que les sobra a dichos financieros lo que hacen es especular más y más con los !valores a futuro!
Muy buen análisis, como todos los tuyos. Estoy preparando una Entrada sobre los mercados, pero solo desde el punto de vista cuantitativo y divulgativo.
ResponderEliminarCon tu permiso. Un abrazo, esto que lo es ...
Me comento:
ResponderEliminarSolo pensar que estos "economicistas" invoquen el "egoísmo humano" que, según A.Smith conduce a "la mano invisible del mercado", intentando asimilarlo a la "inhumana codicia" que ellos ejecutan, me produce náuseas.