lunes, 1 de agosto de 2011

Indignados-interpretados

No sé si esto que voy a decir va a gustar pero es lo que me ha producido la última entrada de jub-jub

Para no andar con rollos ahí va por las claras mi impresión, esperando vuestra opinión al respecto.

De la misma manera que el otro día expuse la impresión y reacción que me produjo la asamblea de “indignados 15M” cuando toma la palabra la portavoz del PSOE y se pasa 10’ hablando y lo que seguiría una vez que me fui….. el escrito “interpretando-como-a-mí-me parece” es para mí un modelo perfecto de “colonización ideológica” de la que habla Jose Luis Sampedro.

En el fondo es: “aunque vosotros no lo sepáis, aun sin daros cuenta, lo que estáis buscando lo tenéis a mano aquí, en esto que yo os ofrezco. Porque en el fondo la única verdad y la verdadera solución es la que ofrece “mi partido” o “mi religión”.

2 comentarios:

  1. Como esperas nuestra opinión, ahí va la mía: lo primero, que me alegro de que expongas la tuya, tanto si va a gustar como si no.
    En los mundos del silencio no hay Blogs.

    ¿Dónde no hay intentos de ‘colonización ideológica’? La tendencia a manipular creo que va asociada al don de la palabra, del que solo dispone nuestra especie. Si nos dejamos colonizar, influir, camelar … es nuestro problema. Es lo que intentan los financieros, los políticos, las curas, monjas, etc.; los que se dedican a la publicidad, al marketing y hasta los vendedores de crecepelo. Desde la prehistoria al tiempo sine die.

    Estarás conmigo, Mariano, que no sería tampoco justo juzgar un movimiento en el que participan decenas de miles de personas y con el que simpatizan millones por dos cazarrecompensas, uno del Psoe y otro un cura católico. Una de las cosas positivas del 15M es que en sus asambleas se puede hablar hasta del sexo de los ángeles … siempre que te escuchen, claro (otra cuestión diferente serían las ‘conclusiones’, demandas en firme o sistemas de presión del 15M, que ahora no hablamos de esto.

    Y por último, y lo más delicado, creo. Nos han enseñado a ser críticos (híper), y me parece un activo fantástico. Pero yo –y no digo que es lo mejor ni la postura a adoptar; para nada, que conste-, no quisiera perder nunca un cierto candor que me permita gozar de las cosas y de las situaciones en lo que tienen de naturales y de bellas. Que lo tienen. No me chupo el dedo pero intento verlo desde los variados ángulos que siempre tiene el prisma de la realidad. Creo que nuestra visión no los abarca ni todos ni en su compleja extensión. En concreto, esa ‘última entrada’ del evangelio de Lucas que yo he publicado me ha emocionado por motivos que no vienen al caso. No soy meapilas, ja ja ja … Ni me definiría como ‘católico’. Ni como creyente declarado. Es otra cosa, mucho más compleja que, a lomojó, sale en otra circunstancia.

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  2. Amador. Yo creo en y siento lo religioso, pero no creo ni siento una religión del siglo I y mucho menos una "confesión religiosa".

    Lo que no me gusta es mezclar churras con merinas. Si yo estuviera en una reunión compartiendo las creencias y vivencias que en otro momento me producía el evangelio de Lucas, probablemente ese texto serviría para renovar, refrescar esas creencias, y probablemente me ayudarían a, una vez fuera de ese grupo, cuando volviera con los "indignados" digo me ayudaría a seguir luchando.

    Lo que no me parece bien es "interpretar" unas cosas con los parámetros de otras que no tienen nada que ver.

    Cuando dicen los indignados a los políticos "no nos representáis" quieren decir que "no nos representáis" porque vuestro discurso no atiende a los problemas que estamos planteando.

    Los problemas que plantea el evangelio son de una dimensión y los que plantean los indignados son de otra dimensión, vamos de otro mundo posible, que no tiene nada que ver con la "otra vida".

    Todo uso de la palabra es “interpretación” y por tanto manipulación; lo que se acepta en el uso que estamos haciendo nostros, en un plano de igualdad, y por eso nos escribimos lo que nos escribimos, (porque, para mi desgracia tengo mermadas las posibilidades de hablarlo directamente, ¡Ay pacomias, como os echo de menos!)

    Pero hay textos e interpretaciones que por sí mismas tienen ya un significado concreto que es independiente del asunto concreto que se trata porque tienen ya un “interpretación previa”. Tal ocurre con el evangelio.

    Nos guste o no nos guste el hecho del cristianismo es lo que es y lo que manifiesto es que “tengo miedo a los bautismos de los hechos sociales” tanto políticos como religiosos.

    ¡Que cada generación bautice y genere sus movimientos desde sus perspetivas que, simplemente por ser novedosas aportarán más que las “viejas y sempiternas interpretaciones”!

    Lo que no quiere decir ni mucho menos que haya que estar partiendo de cero permanentemente. No creo en “La Revolución”, pero juzgo necesarias las “revoluciones coyunturales”. Pero para que sean tales no necesitan estar bajo el paraguas de lo “sempiterno”.

    Mi miedo al paraguas de lo sempiterno es que sirve para que todo se revuelva para que todo siga igual, como decía Lampdedusa.

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