miércoles, 14 de diciembre de 2011

A Sus Majestades los Reyes:


Quizá los ciudadanos -que no súbditos, eso ya pasó afortunadamente-, debimos haber estado más atentos. Pero ya se sabe que, en medio de la fiesta, es difícil pararse a mirar facturas, hacer cuentas y ver si estas cuadran. Ahora que ya no hay harina, pues todo es mohína. Lo extraño es que a sus Majestades, a quienes D.g.m.a., no les llamara la atención la adquisición de tantos pisos en tan poco tiempo (siete, en cuatro años) por parte de una de sus hijas y por valor de ocho millones euros. Conozco a muchos padres -entre los que me cuento- que por infinitamente menos, claro está, preguntaríamos a nuestros hijos "y eso, de dónde ...?". Puede que no me exprese bien, pero sus Majestades ya me entienden lo que quiero decir.

Suyo afecto (que no afectísimo), este que lo es ...




Clic en imagen inferior para acceder a este artículo del año 2005:





4 comentarios:

  1. Leo a Don Antonio Machado en su Juan de Mairena: "Los hombres han comprendido siempre que, sin un cambio de dioses, todo continúa aproximadamente como estaba, y que todo cambia, más o menos catastróficamente, cuando cambian los dioses"

    Hace algunos años, un taxista en Madrid me decía:
    "A mí, me parecía muy bien la familia real cuando los niños eran pequeños. Pero, ahora, han crecido, se han casado, los reyes tienen nietos, todos acostumbrados a vivir bien y, claro, digo yo, el dinero tienen que sacarlo de alguna parte.."
    Estos días, pienso con frecuencia en aquel taxista.

    ResponderEliminar
  2. (Cuánto me gusta verte por aquí, oh, Paco)

    ResponderEliminar
  3. ¡Qué oportuna la información para hacernos una idea de lo que ha venido callando la casa real¡

    A lo mejor es oportuno recordar aquel grito antiguo: "Delenda es monarchia" o algo así.

    ResponderEliminar
  4. Dicho en latín, hasta parece posible!!
    Me alegra encontrarme con vosotros en esta "tertulia" del Jubjub.

    ResponderEliminar

Gracias por opinar.