lunes, 21 de agosto de 2017

EN EL NOMBRE DE DIOS

Hoy por hoy más bien levanta sospechas quien se erige en el nombre de Dios. Ha habido mucha injusticia y mucha sangre derramada bajo el filo de esa espada divina. Los terroristas de nuestros días seguramente llevarán a cabo sus actos guiados de la mano de Dios. Sólo así se puede explicar que muchachos de 17 o 22 años perpetren masacres de tamaña envergadura como las que nos estamos acostumbrando a ver en dantescos espectáculos. Sólo en nombre de Dios cabe explicarse que se pueda llevar a cabo tales desatinos. No hay compensación humana que pueda justificar semejante barbarie, sólo la causa divina es capaz de limpiar la sangre derramada. 
Ahora que nos adentramos en una cultura de convivencia, que comenzamos a percatarnos que lo más valioso que tenemos es nuestra vida, esta vida nuestra y no otra entelequia de la sinrazón, es conveniente aparcar la cultura de las banderas, de las fronteras y tener muy en cuenta que la más abismal de las fronteras se abre entre lo divino y lo humano. “¿Cómo vas a amar a Dios al que ni ves, ni conoces y no a tu hermano al que tienes al lado?” Qué maldita cultura la de Dios que enarbola esas banderas de masacre para limpiar su santo nombre. Van cayendo las religiones porque el negocio de la salvación ya no vende tanto. 
Pero aún tenemos en nuestro tiempo una muy difícil asignatura porque supone remover los cimientos de nuestras entrañas para poder apartar de nuestras vidas cuantas adherencias de cultura justifican esas actitudes.

4 comentarios:

  1. Muy de acuerdo con esta entrada:"La cultura de la convivencia y de la vida" como nuestra mayor riqueza, como el patrimonio humano a proteger, defender y transmitir.
    Sin olvidar que quienes invocan a Dios para ir a la guerra y a las masacres, siempre ocultan los intereses más canallas.

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  2. El mandamiento del amor al prójimo debería completarse con: "No tomarás el nombre de Dios en serio", que a su vez se completaría con: "Respetarás a quien tiene consideración con los Dioses".
    Y EL MUNDO SERIA MEJOR

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  3. Los atentados islamistas y las respuestas que les damos, ponen de manifiesto la guerra que existe entre dos conceptos de Dios que deberían ser ya totalmente abandonados por moros y cristianos o, mejor, por todo el mundo tanto árabe como occidental, o de cualquier otra guisa. Ya va siendo hora de que abandonemos conceptos trasnochados causantes de tantas desgracias...

    El Dios verdadero no necesita de fieles que crean en él. Si un Dios exige fe y da premios y castigos, deja de ser Dios.

    Si Dios es omnipotente vida, necesita de las manifestaciones de esa vida para saber que está vivo... lo que quiere decir que el resto de todos los seres de los universos infinitos que existen, poseen su misma vida y esto es lo que tenemos que hacer: vivir a Dios en la No-dualidad de la existencia.

    Dios nunca juzga ni condena a nadie pues estaría juzgando y condenándose a Sí mismo. Su Vida es Amor infinito que no tiene límites y por lo tanto no puede poner condiciones de ningún tipo. La justicia humana es un producto de nuestra ignorancia... y así podríamos seguir ad infinitum...

    En fín, estoy furioso por la cantidad de tonterías que están apareciendo en las publicaciones del mundo entero y he encontrado un escape escribiendo esto ...

    Disculpen. Un fuerte abrazo,

    Santiago Rupérez, TAIPEI

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    1. Gracias por tu comentario.

      El número de estupideces que hablamos y escribimos tiende al infinito. En parte porque suele ser siempre gratis. So don't worry about.

      La cuestión de la fe, las interpretaciones del mundo y la vida y la percepción de lo divino admite tantos matices como humanos poblamos el planeta. Igual que no hay una "sexualidad" sino siete mil millones de sexualidades.

      La cuestión de las religiones es para echarle de comer aparte. La ignorancia y el desprecio por la ciencia están inscritos en el frontispicio de sus templos. La armonía con la naturaleza menospreciada (salvo quizá Fco. de Asís y sistemas orientales), la valoración de la materia que nos constituye prohibida como anatema y el universo es esa cosa ignota, grandota que está por ahí arriba! ¿y aún te soliviantas y extrañas? No me lo puedo creer.

      Sin pesimismo lo digo: a mí lo que me sorprende es que algo funcione bien, que no haya más desgracias y que sigamos amándonos entre nosotros y a la vida en general.

      Con nuestros macutos repletos de dolor seguimos ascendiendo a nuestras pequeñas cumbres. Y el panorama nos enloquece por su belleza entrañable, ¿qué y quiénes pueden alterar eso en profundidad? Merece la pena vivir y luchar por dar vida buena a los demás. El resto, tortas y pan pringado.

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