domingo, 11 de agosto de 2019

Las Perseidas

Parecen una lluvia de estrellas, siendo
despojos desgajados por el viento solar
de la cola de uno de los cometas de la familia 
Tuttle. Cuando nuestra Tierra cruza su órbita,
penetran en nuestra atmósfera, tornándose
incandescentes como si fuesen estrellas.

Los griegos imaginaron ser gotas de oro de la 
lluvia con la que descendió Zeus del Olimpo
para tomar posesión de Danae, la bella hija 
del rey de Argos que daría a luz a Perseo, en
cuyo honor nombraron la constelación de donde 
parece provenir tan rica lluvia de estrellas.

“Lágrimas de San Lorenzo” era el nombre
dado en la oscura Edad Media por los educados 
y píos europeos, lágrimas celestiales derramadas 
durante su martirio, lágrimas, creo yo, no de dolor  
y pena sino de supremo gozo, al integrarse en el 
universal proceso de su existencia en el tiempo.

Hoy, contemplamos las Perseidas desde fuera,
espectadores de una divertida función del cielo
en sesión de noche y además gratis para todos, bien 
pudiera ser que los despojos de alguna de sus estrellas
fueran idénticos a la materia de que estamos hechos,
desde dentro, observadores somos de nuestro destino.

Estrellas fugaces, soles, miríadas de constelaciones,
contemplan con asombro nuestro diminuto planeta
morada de unos seres capaces de destruir el mundo 
en el que habitan, ¿hemos entendido lo que somos?
La vida existe en el tiempo no en el cielo ni el Olimpo,
sin orden en el espacio no existe mundo que valga.


            Santiago Rupérez
            Taipei, 10-8-2019.

2 comentarios:

  1. Gracias, Santiago, por tu entrada sobre las Persiadas. Utilizaré tu información cuando me encuentre con el extraño personaje del asteroide B-612. Desde que tengo 14 años, me cuenta no sé qué fantasías sobre la lluvia de estrellas. Sospechaba que había mucha imaginación en su relato, pero ahora tengo la prueba científica y se lo diré, aunque me temo que él va a seguir con sus fantasías y yo seguiré siendo su amigo, a pesar de todo. Son ya muchos años para cambiar de amigos...No te parece?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Paco:

      Efectivamente, el Pequeño Príncipe vive en el asteroide B-612.

      He realizado una breve investigación y parece ser que en el universo no existe ningún asteroide con esta denominación de B-612. Sin embargo, los astrónomos han bautizado con el nombre de "Petit-Prince" a un satélite del asteroide "Eugenia" que sigue dando vueltas por el cielo. Por lo tanto ten cuidado y no te equivoques de dirección si vas a realizarle una visita.

      No es necesario cambiar de amigos, pero yo te aconsejaría algún otro método si es que de verdad quieres visitarlo. En el fondo tenemos la misma naturaleza... ¿no eres tú otro Pequeño Príncipe?

      Disfruta de tus vacaciones. Un saludo,

      SANTIAGO

      Eliminar

Gracias por opinar.