domingo, 20 de mayo de 2012

Pep Guardiola y JL Sampedro

Siempre he considerado a Pep Guardiola un entrenador excelente y también un excelente ciudadano.
Javier Marías le dedica en el País, la página de este domingo:
"Es muy difícil ser intachable en España. Por lo general no se consiente, como si eso fuera un pésimo ejemplo. Se intenta por todos los medios que quien aspira a ello descienda a la arena y se líe a navajazos, para que todos estén igualados. Aquí hay que ensuciarse, que se ensucie todo el mundo para que se note menos la suciedad ambiente. Las más de las veces el iluso se harta, como es natural, y sucumbe: antes o después se le obliga a defenderse, porque si uno no reparte algo de estopa, su educación y su contención se toman por debilidad y la tunda arrecia hasta dejarlo tendido en la lona o camino del hospital. Guardiola, al marcharse, ha felicitado a su mayor rival por su victoria. Se va sin haberse puesto una sola medalla y sin haberse rebajado a participar en la reyerta nacional, que es lo que se le exige a todo dios. No me extrañaría que, él que puede elegir su destino, no volviera a entrenar nunca en este país"

JL Sampedro fue mi Profesor de Estructura Economica. Siempre admiré su humanismo, su capacidad para mantener la dignidad frente a la barbarie, cuando la barbarie entraba vestida de gris en la Universidad y se quedaba allí dentro. Le he seguido desde entonces en sus escritos y en sus entrevistas.Siempre me ha parecido una persona admirable.
Hace unos días, he leído su carta abierta al Presidente del Gobierno, donde le llama hijo de puta, ignorante, mentiroso y criminal.
Cuando alguien como Sampedro termina insultando, no me cabe duda que algo muy grave está pasando. Leer su carta es sentir la desesperación y la desesperación de un hombre sabio, es una señal de alarma para todos.

3 comentarios:

  1. ¡Paco no nos dejes sin la carta del admirado profesor!

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  2. LA COLECTA

    Un conductor se encontraba en un monumental atasco en plena Carrera de San Jerónimo. No había forma de avanzar. De repente un hombre avisa por el cristal. El conductor baja la ventanilla y pregunta:
    - ¿Qué pasa?
    - Unos terroristas han entrado en el Congreso y han secuestrado a los Parlamentarios. Si no reúnen 10 millones de euros los rociarán de gasolina y los quemarán. Así que estamos haciendo una colecta entre los coches. El conductor, echándose la mano al bolsillo, pregunta:
    - Y ¿cuánto viene dando la gente? A lo que el hombre responde:
    - Pues unos, medio litro; otros, un litro … depende …

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  3. Los conductores que daban los litros de gasolina, no sabían o no querían saber, dicen algunos, que después del incendio, ocuparían el poder los terroristas.
    Y colorín colorado, este cuento se ha acabado..

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Gracias por opinar.