Respondiendo a Paco

Como me he extendido más de la cuenta no me dejan publicar esto como comentario a ¡De coña! pero así  respondo a Paco y me sigo desahogando con mis amigos:


Sí, Paco, sí que me lo he planteado, y ciertamente la respuesta no es sencilla. Porque no se trata de considerar una "generación" como algo homogéneo, eso sería horrible. Cuando digo mi generación me estoy refiriendo a la generación (edad) + cierta sensibilidad social y política.

Evidentemente otro sector de la misma edad con otra sensibilidad existía y naturalmente tenía que existir necesariamente, y mas numeroso que el anterior; pues en realidad esa generación tenía una educación social, religiosa y política (sobre todo en el ámbito de los vencedores que era el ámbito en el que se reproducía la educación religiiosa, social y política controlada por el franquismo y la Iglesia). Este sector es el que recibió educación, una minoría muy minoritaria, que accedió a la Universidad,  pues solamente al final del franquismo. (Universidades laborales y ciertas escuelas de FP, entre las cuales la SAFA es ejemplar hicieron algo por la educación de las clases populares) y la primaria acababa a los 10-12 años. Es más el gran apoyo franquista estaba en esa franja social, aunque al mismo tiempo, era donde se germinaba el antifranquismo visible y culto, porque en los pueblos estaba latente el antifranquismo más radical y social y político de la clase obrera.

Piensa, por ejemplo, cuando se hablaba en Alcalá de la "cuestión social" qué pocos en número se hacían eco de esa problemática frente a los que esa cuestión ni siquiera nos rozaba la piel (y yo me incluyo entre estos últimos). Aun no sitiéndome/nos franquistas, la verdad es que sensibilidad social lo que se dice sensiblidad ...... ¡qué poca!  Eso sí, fuimos unos privilegiados en tener ocasión de abrirnos las mentes mucho más de lo que tal vez se nos hubieran abierto en nuestro entorno familiar y social.

El problema que tanto tú como yo denunciamos respecto a nuestra generación, tiene su referente más directo en los socialistas triunfantes del Psoe que confundieron el hartazgo de franquismo que había en la sociedad general en ese momento con su triunfo; y, a su vez, confundieron también su triunfo identificándolo con el triunfo de la "transición" y el fracaso total del franquismo.

Como ha ocurrido en parte en las últimas elecciones en Andalucía solo que al revés; que los del PP confundieron el hartazgo de los 30 años de socialistas en el poder andaluz con el claro triunfo del PP; creyendo que el poder les iba a caer como fruto maduro.

Y los frutos maduros de la sociedad no es algo que pueda atribuirse sino a la sociedad entera, no a un grupo social por muy "triunfador que parezca en un momento histórico dado", momento generalmente muy breve y que de histórico suele tener "un presente" que se hace pasado en un plis plas.

También confundieron la "relajación de costumbres", sobre todo en lo relativo al sexo y cuatro cosas más, con un cambio de "moralidad" que llamaron "progresismo" y "ética"; en realidad un cambio externo que no tocaba el fondo de la cuestión de la transformación social de la cultura franquista, tanto en lo económico como en lo social. Se había cambiado lo externo nada más, las formas sí, democráticas en lo político (con sus limitaciones) pero  en muchos casos se quedó en "cambio de chaqueta" de pana a la alpaca,  de lo que mi experiencia es muy directa; pues hay que recononcer que el PSOE no tenía gente y abrió sus puertas indiscriminadamente para llenar cargos y se llenó de "aprovechados". Te podría contar anécdotas concretas vividas en primera persona, algunas increíbles, como uno del opus ante quien me tuve que negar a participar en una mesa del Grupo de Educación del PSOE de Jaén, porque le conocía bien y no podía sentarme en una mesa con un tipo como ese. Años más tarde alguien del PSOE me reconoció que tenía yo razón. (Juan Guerra, Roldán, Barrionuevo y los fondos reservados....el yerno del ferretero que no me sale el nombre... etc. etc.)

Y al cabo del tiempo, cuando se han querido dar cuenta, el franquismo sociológico estaba infliltrado en sus filas y, del otro lado, ese franquismo sociológico, ya no franquista por supuesto, retomó su vitalidad de la mano de los que venían detrás, màs jóvenes que, con todo su derecho, se quitaron la etiqueta de franquismo, ya superada, pero que representan el mismo derechismo que había permanecido durante los 40 años y aglutinado a toda la derecha de forma cuasi unitaria. Ese fue el triunfo del PP y no por lucha política, sino por corrupción de Psoe y acomodamiento a lo que en el fondo ya triunfó en América: el pensamiento único, el fin de la Historia y la madre que los parió.

Y, al final, los del PP han mostrado más capacidad de renovación de personas que el PSOE. No hay más que ver las caras públicas de unos y de otros.

Algo diferente podría haber sido si desde el principio el PSOE hubiera cuidado una educación verdaderamente democrática y social empezando por una escuela-laica, una reconversión fiscal (meter mano de verdad al sistema impositivo) al mismo tiempo que se hizo la reconversión industrial, una revonversión de la Justicia, al mismo tiempo que se hizo la del Ejército, una modernización industrial en lugar de "especular con el ladrillo" etc. etc. etc. y una reconversión financiera que fuera algo más que parar los pies a Ruiz Mateos (con el apoyo de toda la banca) y parar los pies a Mario Conde cuando quiso meterse en política. (Fraude fiscal, Paraísos fiscales, Gibraltar, Andorra, por lo menos los que nos atañen). Y la sociedad en su momento les dio poder para poder realizarlo, que tuvieron mayoría absoluta. Mandan "huebos" (sic)  que a estas alturas de la película el PP se monte el número de la "Transparencia de las Cuentas" y el control de pagos en metálico, cuando durante tantos años se ha sabido el mercadeo de "billetes de 500 euros que se movían por España", con escándalo en Europa.

Es evidente que esto que pongo aquí no es más que una caricatura de brocha gorda y que el tema es lo suficientemente complejo para que yo no me quede así tan pancho con esta simpleza. Pero a veces las brochas gordas dicen las verdades como puños aunque estén rellenas de falsedades menores.