Curiosa costumbre esta que intuyo debió nacer a la par que la televisión. Luego aparecieron los 'share', cuotas de pantalla y los comentarios políticos del 'day after' a favor o en contra. Y ahora ya se emite la correspondiente felicitación en cada autonomía de su presidente/a. Este año vi alguna imagen incluso de la alcaldesa de Madrid.
Creo que es mera publicidad del poder en esos ámbitos. Simpáticas parodias circulan como esta que inserta nuestro amigo Paco señalando la vaciedad de la situación y lo estándar de sus contenidos, elaborados por varios equipos desde semanas antes. Para decir sin citar y obligar a leer entre líneas dejando caer supuestas afirmaciones de no se sabe muy bien qué atrevimientos, omisiones o alusiones celebradas cuando no vituperadas.
Un festín para politólogos, comentaristas, editorialistas que se van ganando la vida con ocasiones como esta. Pero una caja vacía para el ciudadano. Una rutina de la que año tras año nada espera, ajena y lejana de sus preocupaciones diarias y que se toma por la vía de inventario. ¿Qué mérito en hablar de corrupción? Pero ¡ qué omisión imperdonable no hablar de lacerante desigualdad !
Habría que romper el corsé de tan antiguo, obsoleto molde ofreciendo una imagen de cercanía, originalidad, improvisación, frescura. Una imagen, en fin, de vida en el extremo opuesto de la muy vieja enciclopedia del 'establishment'.
Curiosa costumbre esta que intuyo debió nacer a la par que la televisión. Luego aparecieron los 'share', cuotas de pantalla y los comentarios políticos del 'day after' a favor o en contra. Y ahora ya se emite la correspondiente felicitación en cada autonomía de su presidente/a. Este año vi alguna imagen incluso de la alcaldesa de Madrid.
ResponderEliminarCreo que es mera publicidad del poder en esos ámbitos. Simpáticas parodias circulan como esta que inserta nuestro amigo Paco señalando la vaciedad de la situación y lo estándar de sus contenidos, elaborados por varios equipos desde semanas antes. Para decir sin citar y obligar a leer entre líneas dejando caer supuestas afirmaciones de no se sabe muy bien qué atrevimientos, omisiones o alusiones celebradas cuando no vituperadas.
Un festín para politólogos, comentaristas, editorialistas que se van ganando la vida con ocasiones como esta. Pero una caja vacía para el ciudadano. Una rutina de la que año tras año nada espera, ajena y lejana de sus preocupaciones diarias y que se toma por la vía de inventario. ¿Qué mérito en hablar de corrupción? Pero ¡ qué omisión imperdonable no hablar de lacerante desigualdad !
Habría que romper el corsé de tan antiguo, obsoleto molde ofreciendo una imagen de cercanía, originalidad, improvisación, frescura. Una imagen, en fin, de vida en el extremo opuesto de la muy vieja enciclopedia del 'establishment'.