martes, 10 de noviembre de 2015

Ni doce ni doce mil refugiados

Ciento veinte mil o más refugiados necesitamos ya en España (y Portugal). Tenemos mucho trabajo para los refugiados que llegan a Europa, un proyecto que ilusionaría a la inmensa mayoría de ellos —por no decir a todos— y a nosotros los nacionales. Al cabo de muy pocos años los resultados serían visibles, palpables y duraderos. Todo un hito que recogerían los manuales futuros de historia: la reforestación de la península ibérica con financiación ajustada (pero tampoco cicatera) a las posibilidades de los distintos niveles administrativos: local, autonómico y estatal.

Centenares de pueblos semidesérticos con escuelas trenzadas de telarañas estarían dispuestos, encantados de acogerlos a ellos y a sus niños y niñas (algunos se han ofrecido ya para ello). Que inmersos en una demografía rampante si no periclitada ya, disponen de alojamientos públicos o de sobrada capacidad para aparejarlos; con tierras listas para modestas huertas y la ayuda para iniciar junto a ellos pequeñas granjas de animales domésticos para autoconsumo.

Se trataría, pues, de facilitarles un hogar a cambio de colaborar con su trabajo (las primeras temporadas remuneradas con una cantidad de dinero de subsistencia) en la replantación de montes cercanos, desbrozo de malezas para evitar incendios, regadíos, reposición de esquejes frustrados, mantenimiento y cuidados ecológicos precisos para la conservación y mejora de innumerables hábitats regionales degradados, abandonados, desertizados.


Ni ignoro que es un proyecto complejo con mil implicaciones delicadas y dificultades de todo orden, ni me corresponde el diseño de un proyecto tal. Si bien el modesto inicio de una fase inicial sería cuestión de escasas semanas, las inmediatas llevarían meses. Las más definitorias requerirían años, o mejor, décadas de trabajo para ellos mismos y —sin dudar— para miles y miles de nacionales. Sin olvidar otros cuantiosos, muy vitales beneficios que dejo a la reflexión de cada cual.

Todo menos quedarnos cruzados de brazos, que es un feo vicio muy europeo. Del cielo no cae nada salvo la lluvia —escasa de León para abajo—, el granizo y la nieve. Ahora parece que alguna que otra basura espacial también.


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El hombre que plantaba árboles

VER Entrada -> http://jubjubjubilatas.blogspot.com.es/2015/11/el-hombre-que-plantaba-arboles-version.html

subtitulado en españolcortometraje de animación canadiense (30:07 min). Uno de los 50 mejores dibujos animados de todos los tiempos.

Un pastor, tras quedar viudo, decidió restaurar el paisaje en ruinas del valle por sí solo, cultivando un bosque completo, árbol por árbol. El pastor, Eleazar Bouffier, hace agujeros en el suelo con su bastón y deja caer en los agujeros las bellotas que ha logrado reunir.

El narrador deja el pastor y vuelve a casa; más tarde parte a pelear en la Primera Guerra Mundial. En 1920, traumatizado por la guerra, el hombre vuelve. Se sorprende al ver árboles jóvenes de todas las formas echando raíces en el valle, y nuevas fuentes correr a través de él. El narrador se sorprende de la paz y la belleza del valle y continúa visitando a Bouffier cada año. Bouffier ya no es un pastor: se ha convertido en apicultor preocupado por que las ovejas dañaran s sus árboles jóvenes.

Durante más de cuatro décadas, Bouffier continúa plantando árboles y el valle se convierte en una especie de Jardín del Edén. Al final de la historia, el valle está vibrante de vida. El valle recibe protección oficial después de la Primera Guerra Mundial. (las autoridades creen erróneamente que el rápido crecimiento de este bosque es un fenómeno natural extraño, ya que no son conscientes de las obras altruistas de Bouffier), y más de 10.000 personas se trasladan allí, todos ellos sin saber que deben su felicidad a Bouffier.

El narrador le dice a uno de sus amigos en el gobierno la verdad sobre el bosque natural, y el amigo también ayuda a proteger el bosque. El narrador visita a Bouffier ya muy viejo por última vez en 1945. En un hospicio de Banon, en 1947, el hombre que plantaba árboles fallece.

1 comentario:

  1. Item plus, omití por olvido incluir las importantes ayudas económicas de la Unión Europea para los países de acogida.

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