sábado, 27 de mayo de 2017

De lejos viene la crisis del psoe...


"La crisis del PSOE no es de ahora, de estos años recientes. Viene de atrás. Permítame el lector volver a la prehistoria (conocer la historia exige conocer la prehistoria) y citarme porque creo que lo que escribí entonces en mi libro “Políticas del PSOE 1982-95. Del “cambio” a la decepción” sigue vigente. Algunas citas muy breves de lo escrito: “El PSOE nunca tuvo la voluntad real de enfrentarse a los grandes poderes…ha sido débil con los fuertes, fuerte con los débiles”. Refiriéndome al tema GAL, a los crecientes casos de corrupción, a los engaños políticos, etc., los sintetizaba en “No estamos solo ante una crisis política. Es también una crisis moral” y algo de eso he leído y oído estos días.
En abril de 1994 tras dieciocho años de militancia en el PSOE dejé el partido. En mi carta abierta a la militancia publicada en un periódico resumía mis razones. Me voy a permitir una cita de lo escrito: ”El resultado ( de las políticas del PSOE de estos años) lo estamos viendo… una sociedad desmovilizada, escéptica y crecientemente hostil respecto de la “cosa pública” y del bien común, con unos valores cada vez más opuestos a los que uno creía como inherentes a la opción del PSOE. Más grave aún: con una juventud cada vez más alejada del quehacer político… y que opina que da igual quien gobierne pues “todos son iguales” incluso añadiendo “de ladrones”. Precioso saldo final”.
El descontento de la militancia del PSOE, descontento larvado durante los años “plácidos” del bipartidismo, se ha concretado en el reciente resultado de las primarias, claramente una desautorización, una censura a la dirigencia, tanto la nacional como la mayoría de las autonómicas. 
La tarea que tiene el nuevo secretario general es gigantesca, un maldito embrollo. La más urgente es en el plano interno. Todavía no es posible saber cuál es la real correlación de fuerzas, lo que se irá viendo en los inmediatos meses, llenos de trámites internos complejos. En el plano externo, se trataría de articular un proyecto político realmente socialista o socialdemócrata, como se quiera llamar. Un proyecto que enfrente decididamente los problemas del país y  que sea capaz de atraer a la mayoría. Nada menos que eso" (Luis de Velasco, República.com, 27/05/17) 

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