viernes, 5 de mayo de 2017

Fin de campaña


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Ayer terminó la campaña de las elecciones presidenciales francesas.
El resultado de la primera vuelta reflejó, con claridad, el seísmo del mapa político en Francia. Los ciudadanos no eligieron a ninguno de los dos grandes partidos representativos de la V República. Dieron sus votos a E. Macron y a M. Le Pen, candidatos con visiones radicalmente diferentes, valores incompatibles y sin ningún punto en común.
 El pasado miércoles, los dos candidatos escenificaron en la televisión, ante la mirada impotente de los moderadores, un debate de violencia desconocida en una campaña presidencial. Marine Le Pen decidió jugar  sus cartas para desestabilizar a E. Macron, utilizando todos los medios a su alcance sin renunciar a la mentira, la calumnia, las medias verdades y los ataques personales. No logró su objetivo pero el debate no sirvió para esclarecer, aunque la figura de E. Macron, según la mayoría de los sondeos, salió fortalecida.
La Unión europea ha estado en el centro de la campaña. Para Marine Le Pen, como causante de todos los desastres y para E. Macron, como el marco insustituible para Francia. Mejorable, pero imprescindible y necesaria.
El domingo 7 de mayo, sabremos la elección de los franceses que afectará, para bien o para mal, a la vida de millones de europeos. Esperemos que la cólera justificada y el sufrimiento inaceptable de muchos ciudadanos no les ciegue  a la hora de votar y elijan por una amplia mayoría a E. Macron. Necesitará su mayoría para cerrar las heridas abiertas y reconciliar a una sociedad profundamente dividida.

3 comentarios:

  1. Ojalá que haya la suficiente ciudadanía francesa que, comiéndose su justa rabia, sea valiente para votar a Macron aunque en otras circunstancias nunca lo hubieran hecho. Por el bien de todos.

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