viernes, 5 de octubre de 2012

DE REGLAS, NORMAS Y LEYES


El mundo de la vida es el resultado del “juego” de las relaciones que se producen entre los innumerables elementos de los que está constituido “lo real”.

Lo primero es el juego, lo segundo la regla. El juego inicia un proceso en el que “el todo es mayor que la suma de las partes” pues, como dice Almudena Grandes: ”Solo el todo es igual a la suma de las partes, cuando las partes se ignoran entre sí”.

El mundo ante todo es juego porque es la suma de todas las relaciones que se producen entre todas las partes que constituyen lo real.

La realidad es el resultado de la comprensión, siempre provisional y parcial, de lo que es el mundo. La realidad es un concepto, por eso termina en el sufijo -idad. Aunque nos resulte extraño, la realidad no es real.

¿Existe lo real con independencia del mundo? Pienso que no pues, como dice Putnam:

En resumidas cuentas, presentaré una perspectiva según la cual la mente no "copia" simplemente un mundo que sólo admita la descripción de la Teoría Verdadera. Pero, desde mi punto de vista, la mente no construye el mundo (ni siquiera en cuanto que estado sujeta a la constricción impuesta por "cánones metodológicos" y "sense-data" independientes de la mente). Y si es que nos vemos obligados a utilizar lenguaje metafórico, dejemos que la metáfora sea ésta: la mente y el mundo construyen conjuntamente la mente y el mundo (o, haciendo la metáfora más hegeliana, el Universo construye el Universo- desempeñando nuestras mentes (colectivamente) un especial papel en la construcción.
Hilary Putnam. (1994)

Y Quine:

El naturalismo plantearía la cuestión de cómo nosotros, habitantes físicos del mundo físico, podemos haber proyectado nuestra teoría científica de todo aquel mundo a partir de nuestros contactos exiguos con el mismo; a partir de los meros impactos de rayos y partículas sobre nuestras superficies y de unos cuantos indicios más, como el esfuerzo de caminar cuesta arriba
Quine, (1995)


El proceder de la vida como juego se construye a través de “reglas”. De la misma forma que los niños cuando empiezan a jugar primero juegan y luego se van inventando reglas. Los mayores, en cambio, primero “aceptamos” las reglas del juego y jugamos después. Lo que son dos cosas bastante diferentes.

En todo caso lo fundamental de las reglas es que lo importante es el juego. Las reglas están al servicio del juego y jamás puede el juego estar al servicio de las reglas.

Pero lo que ocurre es que cuando los mayores convierten el juego en “juego de poder/es”, las reglas se convierten en leyes y se crean árbitros etc. etc. y “normas” que ni son “reglas” ni son “leyes”.

El juego es ante todo: SEDUCCIÓN (Baudrillard, 1990).

LA REGLA ES FRUTO DEL JUEGO DE LA VIDA, DE LA CULTURA, DEL MUNDO, DEL SENTIMIENTO, DE LA SEDUCCIÓN, DE LA CONVIVENCIA.

LA LEY ES FRUTO DEL PENSAMIENTO, DE LA CIENCIA, DE LA LÓGICA, DEL DOMINIO Y EL PODER.


UN PROBLEMA:
La Economía, que ante todo es JUEGO, nos la presentan y nos la “ejecutan” como si fuera una CIENCIA; cuando los que juegan (los poderosos) marcan las normas como “férreas leyes” que dejan atados a los “espectadores” que somos los currantes cuyo único derecho es “pagar la entrada”, es decir, currar, y encima teniendo que pasar una puerta con porteros que pueden dejarte pasar, no dejarte pasar o incluso echarte fuera una vez dentro.

Un juego donde las leyes no se cumplen y las normas se justifican con excepciones, (léase por ejemplo amnistía fiscal, paraísos fiscales y tantas otras zarandajas) de tal forma que unos pierden y otros ganan. Pero han de ganar los poderosos mientras que los espectadores no pintan nada.

¿En qué nos han seducido y cómo es posible que nos hayamos dejado “seducir” tanto?

¿ES ESTO ES EL COGOLLO, MEOLLO O EMBROLLO DEL ASUNTO DE LA CUESTIÓN?

Nota: Por mundo entiendo lo real en tanto que es conocido.
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Voy cantando por esta nuestra España la canción de la Vuelta ciclista a España de unos cuantos años con mi letra, claro:
Me estoy volviendo loco, me estoy volviendo loco, me estoy volviendo loco, loco, loco, loco, loco, ... y así bis y ter y elevado al cuadrado.

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