Siguiendo con la idea de mostrar la experiencia que hemos
vivido después del paréntesis....
en tantos años hay más de un episodio que destacar. Voy a
destacar el que ha dirigido, a posteriori, mi vida profesional.
Cuenta un libro de historia que “había un problema político
en 2º de Maestría”... Estamos en un internado; 300 alumnos desde los 12 años que
entran en un curso de adaptación para acceder a Oficialía hasta los mayores que
estudian 2º de Maestría y Magisterio.
El director, llamado “preceptor” tenía a su cargo a unos “formadores” por
cursos, y había sido nombrado por el autor del libro de esta historia. Provenía
este individuo de la Escuela que la Institución tenía en Riotinto. Aquella
escuela fue cerrada por “revolucionaria” y era especialmente mimada por el
autor del libro que, entonces, era el Rector revolucionario de la Institución.
Cuenta la historia que el preceptor era un “inmaduro falto
de formación”, lo cual era cierto. Por ello el autor del libro reunía a dicho
“preceptor” con algunos otros “selectos formadores” y les daba cursos
especiales de “marxismo” un poco a escondidas en las Alpujarras. El Rector se
había tomado un sabático que había aprovechado para estudiar marxismo con Louis
Althusser en París. Se curó luego de esa enfermedad.
El problema político que tenía el curso de 2º de Oficialía
consistía en la experiencia padecida por el grupo con un formador religioso que
“jugaba y tocaba a y con” aquellos que habían sido niños de 12 años cuando
entraron por primera vez en el internado y venían de los cortijos sin apenas
educación alguna ni cultural ni social.
Una gran labor de la Institución a la que yo me había
entregado con pasión.
A los 18 años estos chavales tenían ya conciencia clara de
lo que “significaban aquellos juegos con el formador”; pero al mismo tiempo
tenían un miedo atroz al mismo porque pensaban que irse de la lengua
significaba, y no se equivocaban, perder la beca que les mantenía en la
posibilidad de seguir estudiando.
Un incidente relacionado con el tema puso el asunto sobre la
mesa.
La dirección se enteró del problema del alumno pero ignoraba
la fuente y origen del mismo. Solución: había que expulsar al alumno para
evitar el escándalo, aprovechando que el chico estaba en el hospital pues había
intentado suicidarse.
Solución acordada por el preceptor y el susodicho formador
religioso: Aquello ocurrió en un momento “torpe y pasado y superado de su vida”
y no representaba ya nada para él. El preceptor le creyó y no tiene constancia
de otra cosa posterior y sigue su vida de religión. Pero el preceptor consideró
que el grupo de 2º de Maestría necesitaba “reparación” y tenía que notar que
había “pasado algo y las cosas no eran lo mismo”. Bajo palabra de “secreto de
su pasado” el formador debería desaparecer inmediatamente del internado
mientras ese grupo acababa sus estudios. Era su último año. El alumno no fue
expulsado.
Ese secreto supuso la enemistad de toda la comunidad
religiosa hacia el preceptor; de forma que se le hizo la vida imposible. Me fui
de la institución. Saqué una oposición de administrativo de la Universidad de
Granada para no ir al paro.
Con 40 años y tres hijos decidí que lo único que sabía era
algo de filosofía y preparé la cátedra que saqué y mi vida profesional fue
desde entonces por ese rumbo.
Había un problema político en 2º de Maestría. Era el año
1977 y, efectivamente, tenían un formador comunista fichado por mí, que había
informado previamente de su militancia al Rector y era admirado y querido por
todos.
Cuando fue detenido nadie, ni compañero ni religioso de la
comunidad, fue a verle. Solo el preceptor, que ni era ni nunca fue comunista,
iba al cuartelillo con su esposa a llevarle el desayuno. Estuvo tres días
detenido y los alumnos apoyaron al “Chema” en la calle. Chema fue despedido.
25 años después aquellos alumnos nos invitaron al Chema y a
mí a celebrar su aniversario. Asistió el Exrector quien fue inmediatamente a
ver al Chema y celebrar su reencuentro con un tierno abrazo. A mí ni siquiera
me reconoció.
Efectivamente había un problema político en 2º de Maestría.
Postdata: he mantenido relaciones con algunos de aquellos
alumnos. El chaval que puso el tema patas arriba, de una belleza
extraordinaria, se planteó qué hacer con su cuerpo y sexualidad.
Desgraciadamente el sida acabó con su vida siendo una de las vedettes famosas
de Granada.
Los comunistas, sin embargo, fueron admitidos mucho antes en
sociedad.
Gracias, Mariano, por el relato de una parte de tu vida. Así nos hemos ido forjando. Un fuerte abrazo
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