lunes, 8 de julio de 2013

Experiencias de la vida

Siguiendo con la idea de mostrar la experiencia que hemos vivido después del paréntesis....
en tantos años hay más de un episodio que destacar. Voy a destacar el que ha dirigido, a posteriori, mi vida profesional.

Cuenta un libro de historia que “había un problema político en 2º de Maestría”... Estamos en un internado; 300 alumnos desde los 12 años que entran en un curso de adaptación para acceder a Oficialía hasta los mayores que estudian 2º de Maestría y Magisterio.

El director, llamado “preceptor”  tenía a su cargo a unos “formadores” por cursos, y había sido nombrado por el autor del libro de esta historia. Provenía este individuo de la Escuela que la Institución tenía en Riotinto. Aquella escuela fue cerrada por “revolucionaria” y era especialmente mimada por el autor del libro que, entonces, era el Rector revolucionario de la Institución.

Cuenta la historia que el preceptor era un “inmaduro falto de formación”, lo cual era cierto. Por ello el autor del libro reunía a dicho “preceptor” con algunos otros “selectos formadores” y les daba cursos especiales de “marxismo” un poco a escondidas en las Alpujarras. El Rector se había tomado un sabático que había aprovechado para estudiar marxismo con Louis Althusser en París. Se curó luego de esa enfermedad.

El problema político que tenía el curso de 2º de Oficialía consistía en la experiencia padecida por el grupo con un formador religioso que “jugaba y tocaba a y con” aquellos que habían sido niños de 12 años cuando entraron por primera vez en el internado y venían de los cortijos sin apenas educación alguna ni cultural ni social.

Una gran labor de la Institución a la que yo me había entregado con pasión.

A los 18 años estos chavales tenían ya conciencia clara de lo que “significaban aquellos juegos con el formador”; pero al mismo tiempo tenían un miedo atroz al mismo porque pensaban que irse de la lengua significaba, y no se equivocaban, perder la beca que les mantenía en la posibilidad de seguir estudiando.

Un incidente relacionado con el tema puso el asunto sobre la mesa.

La dirección se enteró del problema del alumno pero ignoraba la fuente y origen del mismo. Solución: había que expulsar al alumno para evitar el escándalo, aprovechando que el chico estaba en el hospital pues había intentado suicidarse.

Solución acordada por el preceptor y el susodicho formador religioso: Aquello ocurrió en un momento “torpe y pasado y superado de su vida” y no representaba ya nada para él. El preceptor le creyó y no tiene constancia de otra cosa posterior y sigue su vida de religión. Pero el preceptor consideró que el grupo de 2º de Maestría necesitaba “reparación” y tenía que notar que había “pasado algo y las cosas no eran lo mismo”. Bajo palabra de “secreto de su pasado” el formador debería desaparecer inmediatamente del internado mientras ese grupo acababa sus estudios. Era su último año. El alumno no fue expulsado.

Ese secreto supuso la enemistad de toda la comunidad religiosa hacia el preceptor; de forma que se le hizo la vida imposible. Me fui de la institución. Saqué una oposición de administrativo de la Universidad de Granada para no ir al paro.

Con 40 años y tres hijos decidí que lo único que sabía era algo de filosofía y preparé la cátedra que saqué y mi vida profesional fue desde entonces por ese rumbo.

Había un problema político en 2º de Maestría. Era el año 1977 y, efectivamente, tenían un formador comunista fichado por mí, que había informado previamente de su militancia al Rector y era admirado y querido por todos.

Cuando fue detenido nadie, ni compañero ni religioso de la comunidad, fue a verle. Solo el preceptor, que ni era ni nunca fue comunista, iba al cuartelillo con su esposa a llevarle el desayuno. Estuvo tres días detenido y los alumnos apoyaron al “Chema” en la calle. Chema fue despedido.

25 años después aquellos alumnos nos invitaron al Chema y a mí a celebrar su aniversario. Asistió el Exrector quien fue inmediatamente a ver al Chema y celebrar su reencuentro con un tierno abrazo. A mí ni siquiera me reconoció.

Efectivamente había un problema político en 2º de Maestría.

Postdata: he mantenido relaciones con algunos de aquellos alumnos. El chaval que puso el tema patas arriba, de una belleza extraordinaria, se planteó qué hacer con su cuerpo y sexualidad. Desgraciadamente el sida acabó con su vida siendo una de las vedettes famosas de Granada.

Los comunistas, sin embargo, fueron admitidos mucho antes en sociedad.


1 comentario:

  1. Gracias, Mariano, por el relato de una parte de tu vida. Así nos hemos ido forjando. Un fuerte abrazo

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