Si lo pienso, alucino. La capacidad de la imaginación humana, digo, para justificar los valores de la castidad. Qué sutileza, qué gama tan colorista, qué sutiles matices de sugerencia/imposición, qué astucia de entramados ... Una obra de arte, una tragedia sin la grandeza griega. Sin la menor grandeza: cocinada solo con el único ingrediente del terror a la libertad y la felicidad.
Si lo pienso, alucino. La capacidad de la imaginación humana, digo, para justificar los valores de la castidad. Qué sutileza, qué gama tan colorista, qué sutiles matices de sugerencia/imposición, qué astucia de entramados ... Una obra de arte, una tragedia sin la grandeza griega. Sin la menor grandeza: cocinada solo con el único ingrediente del terror a la libertad y la felicidad.
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