jueves, 18 de julio de 2013

Mataré dos pájaros de un tiro

... estimado amigo Mariano, o eso intento si contestando a tu misiva –vía internet– escribo algo además sobre nuestro encuentro del martes 16. Informando de paso a Paco Molera, que expresó su interés. Y qué par de pájaros: águilas reales.

1.- Nuestra reunión de a 8 en el Wellington: aparte de simpática, entrañable y siempre demasiado corta, quiero resaltar que:
– me enorgullezco de ser integrante de un grupo ‘abierto’ (Eduardo dixit). Lo que se sale –y mucho!– de la 'moda' estadística.
– cuidemos de no morir de éxito (i.e., no abusemos del número de encuentros).
– en el cigarrito que Remigio y yo nos echamos en la p. calle –y ya entro en materia– comentábamos que en España, nunca antes y mucho menos ahora con 6 millones de parados, se habla del paro brutal y estructural de siempre (que no coyuntural, economistas diximus). Ni sabemos ni nos interesa a nadie, ni queremos aprender: ¿hemos hecho amago siquiera de intentar definir qué país podemos/queremos construir en el siglo XXI? Menos aún a los políticos, que nos meten por ojos y oídos sus arrabaleras batallitas. Qué coño nos interesan –decíamos– tejemanejes de extesoreros golfos, hipotéticas discriminaciones lingüísticas, modelos federativos cuando un 60% de hogares sufren por llegar a fin de mes; cuando hay que nutrir a miles de chavales en escuelas de verano y ayuntamientos, porque de no ser así pillarían cuasiorcor* (por mi experiencia africana, conozco algo de esta pavorosa enfermedad).


* Cuasiorcor,  forma de desnutrición producto de un consumo inadecuado de proteínas (más común en áreas donde hay hambre, un suministro limitado de alimentos y bajos niveles de educación).



2.- Al artículo que me mandaste y del que pides mi modesta opinión (interesados, pulsar aquí para leerlo):
¿Nos tiramos a un pozo o tiramos por la calle de en medio?, dices. El verbo tirar me gusta bastante, pero yo modificaría los complementos circunstanciales y en lugar de hacerlo nosotros o ir por la calle de en medio (que no tengo muy clara cuál pudiera ser), mejor haríamos en tirar a media docena de indeseables. Son muchísimos más, pero seis servirían de suficiente escarmiento, ¿no crees, amigo?

Porque ‘comer y rascar, todo es empezar’, no voy a entrar en detalles acerca de las cifras que pueblan dicho artículo: sería otra versión más del cuento de la buena pipa. Lo que sí me parece es que los datos macroeconómicos que nos suministran están muy amañados, pues además de no cuadrar, son selectivos: cualquier realidad compleja
–y la economía macro lo es– presenta múltiples caras, prismas y facetas. Un amplio bazar en el que cada cliente selecciona para llenar su carrito. Más que mentir resaltan unos datos, ocultan otros, escogen ciertos porcentajes pretiriendo otros, encargan estudios comparativos ya sesgados, etc. Aparte del conocido y tú más –que mira cómo lo dejaste– o el quítate tú que me pongo yo, que sí sé, lo llevo en mi programa y tengo la decidida voluntad de ... 


La situación es no grave, gravísima. 

Por contraste, la microeconomía es de una simplicidad abrumadora: si no ingreso, no como; si no vendo, cierro. La economía española sufre de una arterosclerosis a la que yo no veo curación en el próximo lustro (más allá de ese horizonte entramos en el terreno de las profecías).




Y diré por qué exponiendo para ello mi punto de vista transfóndico (perdón por el neologismo): nuestro país adolece de una cultura social auténtica, profunda (aunque seamos muy buena gente solidaria). Ya no digamos de una cultura política medio honesta. Docenas de casos lo atestiguan, pero pongo por ejemplo el no aggiornamento de nuestra clásica derecha y la pérdida de un mínimo norte de la izquierda, distraída por señuelos económicos de su objetivo de la mejor igualdad posible. 

Todo me suena a déjà vu. A pura mafia, sí. Me canso hasta de indignarme, cosa que no conseguirán. Aunque bien que lo pretenden, los muy astutos: todos somos culpables, esto es lo que hay y hacemos lo único que se puede hacer, dicen (o sea, convertiros en mano de obra barata,–o como muchos ya comentan– ‘achinada’). Con perdón.

6 comentarios:

  1. No es la primera vez que le oigo, o leo, a Amador eso de "morir de éxito" por incrementar las convocatorias del grupo de las pacomias. Pienso que no hay riesgo, porque esas convocatorias también son igual de libres que las pacomias. Es difícil que un grupo abierto, y por ello sin normas ni estatutos, pueda morir de nada, pues nada, tampoco, le impele a seguir. La pacomia existe porque hay personas que acuden a la convocatoria; no tiene otra razón de existencia; otra cosa es por qué cada uno de los asistentes, asiste. Vale ya, que teorizar sobre algo que existe ya tampoco tiene mucho sentido; basta con el hecho de existir.

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  2. Mucho con vuestras justas palabras me tranquilizáis, caballero y amigo.
    Queda de usted, este que lo es, su seguro y fiel comparsa,
    O sea.

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  3. Sí, habrá que tirar por la calle de enmedio. Lo malo es que está "copada" (cubierta de mucha hojarasca) y esconde la mierda de la incultura, falta de perspectiva, miseria social y... con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho. "Paciencia y barajar".

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  4. Sí, habrá que tirar por la calle de enmedio. Lo malo es que está "copada" (cubierta de mucha hojarasca) y esconde la mierda de la incultura, falta de perspectiva, miseria social y... con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho. "Paciencia y barajar".

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  5. La calle de en medio, Mariano, creo que se llama desigualdad, que es el origen de la pobreza, de la falta real de libertad, de las adormideras que nos dan para que no veamos la realidad, de que aumenten nuestras tragaderas, de que... nos esclavicen de diferentes formas; la última: nos amenazan con estar peor si no les hacemos caso y obedecemos sus órdenes; ha salido el "miedo" a la plaza, y así es mu fácil no tener que torear.

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  6. Muchas gracias por la información.
    El problema económico es muy grave, pero me parece mas grave todavía la situación política y social.
    Si se lograra salir de la miseria moral que vivimos, con un proyecto social y político de regeneración cívica y política..

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Gracias por opinar.