lunes, 9 de marzo de 2015

George Orwelll y la Neolengua


En estos tiempos y, en particular en campaña electoral, no hace daño releer a G. Orwell con su Ministerio de la Verdad, encargado de la propaganda y de la Mentira. Su Ministerio de la Paz, encargado de la violencia y de la Guerra...
"--¿Cómo va el Diccionario? --preguntó Winston, levantando la voz para vencer el ruido. 
--Va despacio --contestó Syme--. Estoy con los adjetivos. Es fascinante. 
[...] 
 Estamos dando al lenguaje su forma final, la forma que tendrá cuando nadie hable otra cosa. Me parece que crees que nuestra tarea fundamental es inventar nuevas palabras. Pues nada de eso. Estamos destruyendo palabras, cantidades ingentes, cientos de ellas cada día. Estamos dejando el lenguaje en los huesos. 

 [...] 
La destrucción de las palabras es algo muy hermoso. Desde luego, el gran despilfarro está en los verbos y adjetivos, pero hay cientos de sustantivos de los que también nos podemos librar. No se trata sólo de los sinónimos, sino también de los antónimos. 
Después de todo, ¿qué justificación tiene una palabra que es simplemente lo opuesto de otra? Una palabra contiene en sí misma su contraria. Fíjate, por ejemplo, en la palabra bueno. Si tenemos la palabra bueno, ¿para qué necesitamos una como malo? Nobueno sirve igual. En realidad, mejor, porque es exactamente su opuesta, y la otra no. O si, por el contrario, quieres una forma superlativa de bueno, ¿qué sentido tiene contar con toda esa retahíla de vaguedades inútiles como excelente, espléndido, y otras por el estilo? Plusbueno cumple la misma función, o, si quieres algo todavía más fuerte, biplusbueno. Sé muy bien que ya usamos esas formas, pero en la versión definitiva de neolengua, éstas serán las únicas que haya"

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