miércoles, 29 de abril de 2015

Aviso a navegantes de las escuelas de idiomas

Hace unos días me vi sorprendido cuando escribía en el Textilius, habitual tratamiento de textos que tengo en el IPad, porque tiene una opción que dice “leer” y nunca la había utilizado. Siempre había creído que sus funciones eran magnificar los tipos de letra para una mejor lectura o algo similar. Pero no. Pulsé la opción y cuál no es mi sorpresa cuando oigo una voz femenina haciendo una correctísima lectura de lo que había escrito. Me puse a enredar y a informarme sobre el hallazgo y vengo a obtener información de que ya está a nuestra disposición otro tipo de opciones como es hablar y que quede escrito o hablado, pero no solo en el idioma que uso sino traducido de forma más que razonable a otros idiomas.
A poco que se implante en el mercado esta aplicación y que se perfeccione en su desarrollo generará un giro copernicano en el mundo de la enseñanza de idiomas. Romperá las fronteras que existen entre los seres humanos con motivo de las diferentes lenguas. Nos pondremos el pinganillo en la oreja y nos servirá de traductor simultáneo para cualquier tipo de lengua. Es decir que cuando se vaya a Londres ya no se correrá el peligro de que en un restaurante pidas un filete de carne y te pongan un pescado.

A la postre, como ocurre tantas veces con los avances tecnológicos, pondrá en solfa a un sector del mercado que ha dedicado su quehacer a la enseñanza de los idiomas. Advertencia esta que no debe de caer en saco roto para quienes apuestan por esta actividad con la tranquilidad de pensar que es segura y permanente.

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