miércoles, 22 de julio de 2015

Fenomenología del duodécimo sueño, por Eduardo Ferrer

 
1. Encuadre y encaje.
 
•- Para eso están las escuelas, querido abate   -interviene amable el
almirante -. Para educar a ese hombre nuevo.
 
- No hay escuela posible si no se levanta antes, en el mismo solar, un buen
cadalso. (Pérez-Reverte, Arturo, Hombres buenos, Alfaguara, Barcelona,
2015, pág. 512).

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2 comentarios:

  1. Bellas citas y bien traídas para empezar: como siempre.

    La aguda metáfora de la cremallera me hace preguntarme por qué en nuestra formación hubo muchos, pero muchos más hombres que mujeres. Y si no perdimos con ello una oportunidad de oro para enriquecernos y comprenderlas mejor.

    A riesgo de equivocarme, creo que Wert no siente como tal desaguisado la que montó. La mayoría no tenemos profundidad suficiente para análisis de ese tipo. Creo que él tampoco.

    Tu conclusión de “nada, nadie” es realista e incluso afable siempre que no suponga un billete al país del desaliento.

    Muy elaborado y cercano este sueño. Duodécimo ya. Enhorabuena. Tú sí que sabes.

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  2. Nada y Nadie...
    Pero no para el Señor Wert que se va de Embajador a París..En fin...el que vale, vale y quien diga lo contrario miente..
    Enhorabuena por tu sueño, que puede convertirse en pesadilla...

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