miércoles, 9 de diciembre de 2015

Experiencia en Marruecos

Anoche regresé de un viaje a Marruecos.
No puedo contar tantas experiencias como he tenido porque una solo ha llenado mi mente y hoy no puedo quitarla de la cabeza.
Todos hemos visto en la tele el hecho de los chavales que intentan pasar la frontera con España en los bajos de los camiones y autobuses. Verlo en la tele es impresionante, pero vivirlo en vivo y en directo……
Ya el primer día el guía nos anunció que tenía que poner un vigilante cada noche en el bus para evitar que se metieran por los bajos, donde el motor y el aire acondicionado. Y una noche en efecto se metieron y el vigilante los pudo echar. Solamente habían quitado un pasador que sujeta una pieza exterior.
Pero el día de la vuelta hacia Tánger, …. los chavales, de entre 14-18 años, en grupos de 6 o 7, se apostan en los márgenes de la autopista en determinados sitios donde saben que el autobús tiene que ir despacio; no hace falta que se pare; salen corriendo y se tiran debajo del autobús y no puedo decir cómo y a qué se agarran para introducirse en esos espacios. Nosotros los veíamos correr y tirarse.
En un momento determinado el conductor para; el vigilante sale; los chavales salen a la carretera corriendo nuevamente a los márgenes; algunos cruzan la mediana de la autovía con enorme riesgo de ser atropellados; se quedan escondidos en la misma. Cuando el bus arranca, salen corriendo detrás y nuevamente se vuelven a tirar y meterse dentro. Así una y varias veces. En una rotonda hay un policía. Paramos e intentamos llamar su atención para informarle de lo que estaba pasando. Pero, vuelto de espaldas, sabiendo lo que le íbamos a decir, no hace puñetero caso.

(Nota marginal: viendo el problema en su conjunto, por más que duela y resulte duro, el policía tiene razón ¿qué hacen si cogen a un menor debajo de un bus??? Y si cogen todos los días a cien??? Y con los cientos que lo intentan cada día en cada puerto??? ).

(Nota marginal: No es la única experiencia policial que hemos tenido. Vigilancia hacia nosotros, y a escondidas… TODA. Saben lo que tienen que hacer, incluso meternos en un taxi con instrucciones para que nos lleven al hotel.)

(Nota marginal no puedo reproducir la solución y explicación que daba el guía marroquí sobre esta cuestión y alguna otra más; se supone de un guía cultural y socialmente preparado....)

Los pasajeros, todos jubilados y gente de edad, estábamos abrumados. Llegamos al puerto donde tiene que embarcar el bus…. no sé de dónde salían…. pero el caso es que pude ver, delante de mis narices, a menos de un metro, cómo un chaval se tira en plancha al suelo y resbala por el asfalto como hacen los futbolistas resbalando por la hierba cuando celebran un triunfo. Así se introduce debajo del bus.  
Cuando íbamos hacia la pasarela de embarque me di la vuelta y pude ver, con mis propios ojos, cómo debajo del bus había una auténtica pelea entre los chavales; se ve que no cabían todos.

El caso es que embarcamos y la salida empieza a retrasarse más y más. Al final nos enteramos por el chófer que escanearon el bus; echaron a cuatro y a un quinto lo tuvieron que sacar con un perro.  Salimos con una hora de retraso.
Pero en España, desembarcados, esperando al bus otra vez casi media hora. Nuevamente escanearon el bus porque al parecer uno había logrado el objetivo, aunque no sé si lo encontraron o no, o solo era una comprobación.
El objetivo de la excursión cultural del grupo del aula de mayores sobre arte almohade era ir a la mezquita de Timmel, en la cordillera del Atlas. Ni siquiera los guías marroquíes la conocen por el lugar retirado donde está y el no fácil acceso. Es una maravilla artística y fundamento inspirador del movimiento y arte almohade en el siglo XII.

El contraste de ambas experiencias. El contexto histórico antiguo-cultural-social y su relación con nuestra historia-actual-social…..  no podré olvidarlas jamás.

2 comentarios:

  1. No sería yo si dejara de insertar un breve comentario para tratar de acompañarte en esta vivencia atronadora de que nos haces partícipes.

    Y nos quejamos: nos quejamos tanto!

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  2. Lo más hiriente para mí, es la forma como hemos integrado esta barbarie en nuestras vidas.
    No se trata de una catástrofe natural imprevisible. Tenemos los medios para terminar con esta vergüenza inhumana. La solución depende exclusivamente de nosotros.
    Gracias, Mariano, por recordarnos estos hechos que estamos viendo cada día, con un sentimiento tan grande de impotencia...!!!

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Gracias por opinar.