La otra cara de un partido político.
Asisto a un acto infrecuente: la defunción de un partido político y su refundación. Pocas cosas hay más criticadas que un partido político. Han hecho méritos desde los casos de financiación ilegal hasta el enriquecimiento ilícito de sus dirigentes, por no hablar de las luchas internas por el poder, el nepotismo o la promoción de los menos capaces pero obedientes. El retrato de los males de un partido, se hace enseguida. Pero ayer, mientras hablo con militantes de Convergencia, aquellos que no han salido nunca en la tele, me encuentro con gente con convicciones que recuerdan haber entrado por espíritu de servicio a la sociedad y, sobre todo, por catalanismo. Gente hundida porque la misma persona que les dio un motivo para creer, les ha hecho pasar vergüenza. Gente normal y corriente que sabe que el país se lo juega todo y que querrían que el partido pudiera continuar siendo útil.
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ResponderEliminarMagnífica traducción a fe mía. Defunciones de partidos de la transición hubo bastantes. Luego la de UCD -CDS- muy sonada. Otros fueron cometas en el cielo o estrellas fugaces en el firmamento, como esa UPyD de cierta socialista ¿despechada? El artículo de Jaume me hace reflexionar en la condición humana tan rica y compleja. Mezcla de ángel y demonio. Débil junco al que cualquier viento fuerte puede tronchar, dice Pascal en sus 'Pensée', bello libro.
ResponderEliminarGracias, Eduardo, por la traducción y gracias, Jaume, por enviarlo. Siempre están los "paganos" que se entregan en cuerpo y alma a una organización politica, religiosa, cultural... por sus valores y que son traicionado por sus dirigentes. Se me parte el alma por tanta generosidad traicionada
ResponderEliminar"Lo corriente en el hombre es la tendencia a creer verdadero cuanto le reporta alguna utilidad. Por eso hay tantos hombres capaces de comulgar con ruedas de molino. Os hago esta advertencia pensando en algunos de vosotros que habrán de consagrarse a la política. No olvidéis, sin embargo, que lo corriente en el hombre es lo que tiene de común con otras alimañas, pero lo específicamente humano es creer en la muerte. No penséis que vuestro deber de retóricos es engañar al hombre con sus propios deseos; porque el hombre ama la verdad hasta tal punto que acepta, anticipadamente, la más amarga de todas"
ResponderEliminar(A. Machado, Juan de Mairena)
Como señala bellamente D. Juan, y nos recuerda D. Paco, es fácil creer en....; más difícil creer que...; pero no podemos vivir sin creer.
ResponderEliminarLos partidos se convierten a largo plazo (no muy largo) en máquinas de "creer en... que..." . Por eso los creyentes suelen convertirse en "...istas" y sus ideas en "...ismos" y las creencias en ideologías que defienden intereses. Así es la vida.