Blog de quienes, jubilados, tienen el júbilo suficiente para charlar sobre lo que les viene en gana.
jueves, 1 de junio de 2017
Si esto es Berlín
Si esto es Berlín, que lo es y da repelús, la Unión Europea tendrá que multiplicar esfuerzos por flexibilizar la uniformidad: el norte no es el sur ni viceversa.
Evidentes las diferencias europeas norte-sur. En mi opinión, estas diferencias son menos grandes que las imaginadas y complementarias en la convivencia y en el trabajo en común. Incomparablemente más fáciles de integrar que la enemistad, con frecuencia pasional, de después de la guerra. La reconciliación franco-alemana es imposible, decían muchos a izquierda y derecha en los años 50. Se equivocaron y la reconciliación fue posible en el proyecto de la construcción europea. La historia parce que está hecha de imposibles (buenos y malos) que se hacen realidad por la voluntad y la determinación de los ciudadanos, a veces, en minoría. Nadie podía imaginar hace ochenta años que las fronteras entre Francia y Alemania iban a desaparecer. Hace ya algún tiempo que han dejado de existir y no solamente por razones comerciales y económicas. Las posibilidades europeas siguen abiertas a nuestra voluntad y, en parte, de nosotros depende convertirlas en realidad. No olvidarlo, mantiene nuestra esperanza en este tiempo complicado que vivimos.
Mantenemos nuestra esperanza en este tiempo complicado en que vivimos. Y una forma de mantenerla es con inserciones y comentarios como estos en nuestro pequeño blog. Pequeño pero muy vivo, pues si hacerlo da pie a escribir y leer -varias veces- líneas como estas a las que aquí respondo, por mi parte me siento muy compensado. Y feliz, tanto como para contagiar de ello a muchos.
Evidentes las diferencias europeas norte-sur.
ResponderEliminarEn mi opinión, estas diferencias son menos grandes que las imaginadas y complementarias en la convivencia y en el trabajo en común.
Incomparablemente más fáciles de integrar que la enemistad, con frecuencia pasional, de después de la guerra.
La reconciliación franco-alemana es imposible, decían muchos a izquierda y derecha en los años 50. Se equivocaron y la reconciliación fue posible en el proyecto de la construcción europea.
La historia parce que está hecha de imposibles (buenos y malos) que se hacen realidad por la voluntad y la determinación de los ciudadanos, a veces, en minoría.
Nadie podía imaginar hace ochenta años que las fronteras entre Francia y Alemania iban a desaparecer. Hace ya algún tiempo que han dejado de existir y no solamente por razones comerciales y económicas.
Las posibilidades europeas siguen abiertas a nuestra voluntad y, en parte, de nosotros depende convertirlas en realidad. No olvidarlo, mantiene nuestra esperanza en este tiempo complicado que vivimos.
Mantenemos nuestra esperanza en este tiempo complicado en que vivimos. Y una forma de mantenerla es con inserciones y comentarios como estos en nuestro pequeño blog. Pequeño pero muy vivo, pues si hacerlo da pie a escribir y leer -varias veces- líneas como estas a las que aquí respondo, por mi parte me siento muy compensado. Y feliz, tanto como para contagiar de ello a muchos.
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