"Al igual que sus dos predecesores inmediatos, el socialista François Hollande y, antes, el conservador Nicolas Sarkozy, Macron posa con una bandera francesa y otra de la Unión Europea. Pero con Macron, que hizo de la defensa del proyecto común uno de los pilares de su campaña, el símbolo europeo adquiere más protagonismo. El nuevo presidente francés posa entre las dos banderas, dándole así la misma importancia, como reconoció el propio mandatario este jueves. “Francia no puede tener éxito sin una Europa fuerte, y Europa no puede avanzar sin una Francia responsable, eso es lo que dice esta foto”, declaró desde Berlín, donde participó en el encuentro preparatorio de los líderes europeos de cara a la cumbre del G20 de la semana próxima" (El País, 30/06/17)
Nota del copista:En un país tan nacionalista como Francia, salir de lo "franco-francés" no es tarea fácil. Hasta ahora, E. Macron ha conseguido un cambio radical en el panorama político. Los viejos partidos de la V República y hasta los mejores especialistas tienen dificultades en descifrar y comprender.
Para el nuevo Presidente, el camino de las profundas reformas que necesita Francia será largo, difícil y de decisiones contrarias a los sectores conservadores de izquierda y de derecha. El viento favorable que le acompaña puede cambiar pronto, si no consigue convencer a la mayoría de los franceses de la necesidad y de la urgencia de las reformas.
Muchos ciudadanos europeos miramos con esperanza la llegada de la nueva generación francesa al poder y le deseamos inteligencia, energía, voluntad, determinacion y suerte en la construcción europea, siempre inacabada. Europa es el único espacio vital para Francia y Francia es una pieza clave en el mapa europeo.
Quién nos iba a decir, cómo podíamos ni imaginar hace pocos meses que en Francia se abriría esta ventana de auténtica esperanza a los europeos. No es fácil como bien analizas, Paco -siempre comedido y prudente, realista me atrevería a añadir- pues llevamos alguna que otra década acumulando desgastes, evasionismo, cortedad de miras, intereses nacionalistas miopes, ausencia de liderazgos y miedos ignorantes cuando no culpables. Pero la historia da vuelcos. Esperamos que Macron aproveche ciertos vientos favorables que empiezan -ahora sí- a inflar sus velas. Si así es, al pairo de su nave nos tendrá.
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