entre el hombre y su sueño de más vida,
la solidez gremial de la injusticia,
la candidez azul de las palabras.
No hemos llegado lejos, pues con razón me dices
que no son suficientes las palabras
para hacernos más libres.
Te respondo
que todavía no sabemos
hasta cuándo o hasta dónde
puede llegar una palabra,
quién la recogerá ni de qué boca
con suficiente fe
para darle su forma verdadera.
Haber llevado el fuego un solo instante
razón nos da de la esperanza.
Pues más allá de nuestro sueño
las palabras, que no nos pertenecen,
se asocian como nubes
que un día el viento precipita
sobre la tierra
para cambiar, no inútilmente, el mundo"
“Haber llevado el fuego un solo instante, razón nos da de la esperanza” que ponemos en la palabra. Que es un acto. No me gusta distinguir la palabra de la acción; todo es acción en nuestra vida incluidos los silencios —que hasta de elocuentes a veces calificamos—.
ResponderEliminarUn gesto, una mera presencia son también lanzaderas que arrojamos —queriendo o al socaire de la mayor indiferencia e ignorancia— al tiempo y al espacio. Se independizan de nosotros, viajan a lugares cercanos o remotos, se pierden o transforman algo en quienes, estos quizá sí, transforman el mundo.
De acuerdo con tu comentario y no sabría expresarlo mejor.
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