jueves, 14 de julio de 2011

Aguanta la pedrá, oye tú, o sea … III

Nota.- El autor de este artículo recomienda con modestia su lectura. Al menos, a él le ha valido para centrar ideas, ordenar reflexiones y aquilatar conceptos. Ha omitido de forma premeditada la inclusión de imágenes o elementos gráficos que pudieran mitigar el esfuerzo de leerlo. O sea … oye tú, aguanta la pedrá.

¿Por qué el dólar no sufre los ataques de los mercados y el euro está sitiado, siendo así que su deuda es el doble de la europea? Porque EE.UU. -su Reserva Federal- ha podido tomar medidas defensivas instantáneas que lo inmunizaban. Hasta ahora, porque el 2 de agosto podría declararse en quiebra y el día 3 no tener dinero en caja para el pago de las pensiones de ese mes.

Europa se reúne y fija la fecha de una cumbre ‘inmediata’ para ‘atajar’ la crisis (pero Holanda y Alemania se muestran ‘reticentes’). La reunión del Ecofin acabó con ‘división’ sobre el rescate a Grecia: ahora se manejan 36 (!) ‘escenarios’ diferentes para que los griegos no caigan al pozo (los bonos griegos son una ‘basura’ –aún no dicen ‘mierda’ pero ver, veredes-, y los de Irlanda y los de Portugal). Italia y España lamiéndose las heridas de las dentelladas.

La UE es un gallinero cercado por los lobos. El Banco Central Europeo “amaga” con una compra de deuda y los lobos huyen en estampida a agazaparse en los bosques cercanos esperando la inmediata oportunidad. Olfatean gallinas, corderitos tiernos y el hambre les enloquece. Siempre tienen hambre. El dinero no duerme y su instinto es crecer. Ahora el capital se alimenta de raíces neoliberales (sálvese quien pueda) y crece especulando. Ataca rebaños débiles, desunidos, vigilados por pastores conservadores, nacionalistas, preocupados por sus votos. Ni son líderes ni dan la vida por sus ovejas.

Asistimos hipnotizados al espectáculo de una auténtica tragedia griega. No tanto por griega como por tragedia. ¿Sabéis cuál es una empresa de éxito entre los griegos? La que comercializa lonas de camuflaje para piscinas, que impiden ser detectadas por los helicópteros de hacienda. Hace un par de años escuché decir –y lo tengo grabado- a una joven griega afincada en España que el término que mejor definía a sus compatriotas era “escapar”. Y qué decir de los avestruces alemanes que se niegan a ‘financiar’ –dicen, que es mentira- las siestas y romerías mediterráneas cuando ellos mismas serán arrastrados si caen sus clientes.

Semántica del término rescate: en su acepción 2ª, dice la RAE que es “dinero con que se rescata, o que se pide para ello”. Debería añadir -para estar al día- a un interés de usura. O hay alguien en esta arcadia dichosa que aún tenga esperanzas puestas en los efectos curativos de estas políticas de ajuste leoninas y neoliberales (Reagan, Thatcher) que se nos imponen desde Bruselas. No era esa la única solución, era la que convenía a los ricos y a los poderosos lobos de los cercados para forrarse más. Hubo un trágala, no una pedagogía (por cierto, la única campaña mediática que recuerdo es aquella de “Hacienda somos todos”, simplona pero incisiva; ha habido más pero sin impacto). Creo que la ciudadanía está muy asustada. Carecemos de mapas, de preparación, no sabemos reaccionar ante los nuevos horizontes económicos, políticos, tecnológicos ni sociales del siglo en que ya vivimos: soluciones viejas para problemas nuevos. Por eso surge espontáneo en España –país de gente imaginativa- el M15M.

Los premios Nobel de economía Paul Krugman (2008) y Joseph Stiglitz (2001) ya advirtieron que si el enfermo no se alimenta, las medicinas le pudren y lo matan. Estas medidas político-económicas ni valieron, ni valen ni valdrán para salir de la crisis. Ni la estulticia interesada de “nosotros somos la confianza y la credibilidad” que España necesita, del Partido Popular; ni el voluntarismo en ajustes duros, impuestos y aceptados sin rechistar por el Partido Socialista Obrero Español. Hay un refrán que dice “si preguntan por albardas, mi padre vende escopetas”. Pues lo mismo, estas soluciones son vino nuevo en pellejos viejos. Qué lástima.

Nos decía el catedrático de Estructura Económica José Luis Sampedro a sus alumnos, allá por los sesenta, que para trabajar hay que comer, que un país no sale del hoyo con gente mal alimentada. Sigue siendo de plena actualidad. No por la comida, que hoy nos sobra en estas sociedades con un 62% de ciudadanos con sobrepeso, sino por las medidas de estímulo, los reconstituyentes que abren el apetito de la inversión, la actividad económica. En España todo se fió al turismo y a la construcción –que generan poco valor añadido-; muy poco o nada a la educación, la sanidad, la investigación, la innovación. Pero, claro, como el Sr. Aznar no se cansaba de decir aquello que tanto le convenía de “España va bien”, pues de aquellos polvos, estos lodos. Como al Sr. Zapatero se le llenaba la boca diciendo aquello que tanto le convenía de que” España está preparada”, pues más de lo mismo.

No es cierto –como decía el 12 de julio, Le Monde, en su artículo Ces gamins qui nous gouvernt - que estemos gobernados por niños. Yerra del todo el prestigioso periódico francés. Adultos muy inteligentes, que saben a la perfección favorecerse a sí mismos y a los suyos, es decir, a los poderes financieros, empresariales y económicos. Sí, léase la banca –como arquetipo del dinero- porque es justo lo que quiero decir. Más que inteligentes, son listos que saben nadar y guardar la ropa, pero incompetentes radicales para gobernar a una ciudadanía moderna, hiperinformada y muy comunicada, a una juventud lastrada a la que hace bastante tiempo que ya no representan. No tuitean (el verbo tuitear no figura aún en el diccionario de la RAE, pero no tardará), les mantienen otros sus Blogs (tampoco busques esta, es un anglicismo). Nuestros gobernantes no saben lo que vale un café. Se parten de risa cuando les hablan del Bono Transporte. Repiten como papagayos lo que huelen que sus potenciales votantes quieren oír, sin haberlo pensado, sin argumentaciones. Nos tratan como a idiotas (aunque con demasiada frecuencia les damos pie a ello). No alternan con parados, no comen de menú, no tienen hijos ni hijas buscando su primer trabajo. Casi el cien por cien fueron universitarios y disponen de información privilegiada. Les regalan trajes, bolsos, relojes, vacaciones, les prestan coches de lujo, aviones para bajar unos días a Túnez o promocionan el bunga-bunga. Y cuando cesan, les nombran consejero de Gas Natural, o de News Corporation (de Murdoch, hoy día investigado en Inglaterra), o doctor Honoris Causa por la universidad de Milán.

No saben lo que vale un café pero se están enterando de lo que vale un peine, porque caen como moscas. Les están descabalgando en cada convocatoria de elecciones o de referendos. Que vengan otros; que venga la derecha, que gestiona mejor las crisis. Como si la velocidad tuviera algo que ver con el tocino. Peleas infantiles de patio de colegio.

O nos salvamos con Europa, o segunda versión corregida y aumentada del Titanic. Otra vez. Ningún país de la eurozona puede devaluar su moneda €, lo que abarataría sus exportaciones (vendemos más barato, luego vendemos más; como vendemos más, tenemos que producir más bienes y servicios para atender la mayor demanda de nuestros clientes; como tenemos que producir más creamos más puestos de trabajo). Además, a la vez, si devaluamos nuestra moneda, las importaciones del exterior resultan más caras que antes, fomentando así el consumo interno de productos nacionales que se ven abaratados en comparación con los extranjeros: como mis consumidores nacionales prefieren ahora productos nacionales, tenemos que producirlos en más cantidad que antes, contratar más trabajadores, etc. Cómo van a pagar Grecia, Portugal, Irlanda (esperemos que no España, Italia o Bélgica además y por este orden) sus crecientes deudas. Esto no es macroeconomía ni tesis doctorales, es simple economía doméstica: si tengo más deudas y las mismas fuentes de ingreso, estoy asfixiado. Si pido prestado más dinero para pagarlas, más me asfixio. Y si los intereses de esos préstamos son altos, voy a terminar trabajando solo para pagar los intereses. La pregunta que se hacen ya algunos griegos es de qué comeremos.

No vale la respuesta de que ellos se lo han buscado. Esa respuesta no se le da al enfermo de neumonía que la cogió al pasear con su novia por el parque una noche gélida, ni a la hija que suspendió casi todo por tontear con el chico guapo de la clase. No se les dice “Dios te ampare, hermano”. Se les cura o se les ayuda a centrarse. Se les advierte, se les reconviene o se sienta uno con ellos para trazar un plan realista y motivado. Porque, además, su desgracia puede ser la nuestra.

Por poner un ejemplo, qué gana Alemania con que se hunda Grecia. Solo perder un aceptable cliente: pierden dinero los alemanes y alemanas (no sus bancos) y los griegos dispondrán de dinero cada vez más exiguo para comprar los –supuestamente- magníficos productos alemanes.

No digo que no haya que controlar el déficit público y la deuda externa: por su desmesurada cuantía, en España la más peligrosa no es la pública sino la contraída por particulares, empresas, familias y bancos. O que no haya que controlar más el gasto sanitario o mejorar el sistema laboral (para lo que no se requieren dos años de negociaciones sino voluntad de acuerdo, que es lo que no hay porque los empresarios quieren ganar mucho arriesgando poco). Pero el estado ni crea empleo - o apenas -ni lo destruye. Se aprueba la Ley de Dependencia, que sí da puestos de trabajo, pero hay que cumplirla. Quienes lo hacen son las grandes empresas, las PYME, los autónomos, los profesionales, los creadores y emprendedores, los particulares.

Basta ya de arrojar carne a las fieras para ver si se aplacan. La esencia de la fiera es serlo como la del buen domador dominarla.

- Políticas de redistribución de la riqueza e igualdad social. Cáritas se encuentra desbordada. Un país de ricos cada vez más ricos y de clase media cada vez más empobrecida camina al borde de la rebelión social, o cuando menos de la apatía y el desentendimiento de la cosa pública (que es lo que venía pasando aquí hasta el 15M). No hay que ser economista para saber que si la mayor parte de mis clientes tienen cada vez menos dinero, me compran menos, produzco menos, echo gente a la calle que, a su vez, me compra menos, y por tanto yo … , etc. , etc.

- Lucha contra el fraude fiscal: qué es eso de que un 20% o más del PIB español escape al control de la Hacienda pública; en qué país estamos; qué pasa con los primos a los que nos descuentan con precisión matemática en nuestras nóminas. A qué chorizos les estoy pagando sus impuestos: gástense unos eurillos en formar a nuevos inspectores de Hacienda, que bien gastados estarían.

- Políticas fiscales progresivas sin disimulos: que el que más tenga más pague y más contribuya.

- Tasas financieras que graven los movimientos del capital. Se calcula que más del 80% de los movimientos financieros del planeta son especulativos (no de la economía real y tangible), es decir, zarpazos de las fieras salvajes. Lavado de dinero, evasión de capitales, 40 paraísos fiscales que el G20 iba a borrar del mapa, opacidad de las transnacionales, giros postales de millones de emigrantes a través de intermediarias, el secreto bancario, etc. Especulación pura de ladrones de guante blanco y cóctel en esas embajadas que pagamos tú y yo. Por cierto, en un mundo globalizado que se comunica por Internet, qué rayos pintan las embajadas nacionales. Algo de esto deben saber los nacionalismos vascos y catalanes, tan progresistas y avanzados ellos, que van por ahí abriéndolas cuando habría que suprimir casi todas.

- Inversiones en la enseñanza del español. Sin complejos, que para ellos lo quisieran los franceses, por decir alguien. Se ha calculado que un 15% del PIB español se debe al idioma de Don Miguel. Hay tortas por apuntarse en los centros del Instituto Cervantes. Y si no las hubiera se fabrican: un buen marketing vende humo. Por cierto, que ni los más afamados publicistas y agencias del mundo serían capaces de crear, y sobre todo mantener a lo largo de décadas, una campaña de marketing mundial a favor de España, su turismo y sus productos ni la décima parte de eficaz y barata que la generada en el mundo por la Casa Real española: este año nos sale a 18 céntimos por español. O dicho de otra forma, pagamos mucho más por la publicidad de los Danone que nos comemos.

- Formación de cuadros extranjeros. Tenemos las mejores Escuelas de Negocios del mundo, de pilotos civiles y militares, de enfermeras, de turismo y restauración. Ferran Adriá, como lo fue Picasso, está entre las 10 personas más innovadoras del mundo y ha creado una Escuela selectísima con cientos y cientos de aspirantes de todo el mundo para poco más de 20 plazas. En el contexto de la gastronomía española actual, un garbanzo sí que hace cocido … si los poderes públicos y empresariales saben aprovechar la onda. Miedo me da.

Se les saltan las lágrimas a los estudiantes de Erasmus cuando terminan su estancia en España. Los ejércitos de otros países vienen a estudiar la UME (Unidad Militar de Emergencias), el norteamericano fue el primero en venir y nuestra Guardia Civil forma de maravilla a futuras dotaciones de varios países, pocos porque al gobierno le falta grandeza de miras en esto como en tantas otras cosas: que no ven más allá de un palmo de sus narices, preocupados como están por el matriarcado de Bruselas.

Ha tenido que caernos encima la aplastante losa de la crisis para darnos cuenta del tesoro despilfarrado de nuestro sistema de Formación Profesional. Porque los españoles somos hidalgos –hijos d’algo, así, con mayúsculas- y hemos nacido, o bien para cavar la tierra y beber en botijo, o bien para lucir corbatas de Hermès con una copa de cava en la mano (perdón, de champán). Pero ahora que no hay trabajo los módulos medio y superior están desbordados.

Capítulo aparte merece el mejor sistema de trasplantes del mundo (ONT), que por fin se ha decidido a copiar una directiva europea. El problema es lo que nos cuesta a los hidalgos aprender a vender nuestros productos –la situación ya ha dado un vuelco, menos mal-, pues no nacimos para andar de buhoneros por esos andurriales y mundos de dios. ¿A qué esperamos para crear Institutos de Biomedicina, en España y en países emergentes, cuando nuestros hospitales son pioneros en tantas especialidades? ¿A qué esperamos para crear centros tecnológicos de telemedicina, vía Internet, de ayuda a intervenciones quirúrgicas complejas en países a los les vendría de perlas? ¿Alguien puede entender que a estas alturas aún nos persiga la maldición unamuniana del ‘que inventen ellos’? ¿Por qué no acaba de arrancar la revolución del I+D+i y sigue la lacra de la fuga de cerebros, cuando el movimiento de estos podría y debería haber invertido ese sentido?

- Excelencia. Nuestros empresarios y - está de moda decir- emprendedores han de aprender de una vez por todas, si quieren subsistir, que “no todo lo que vale se puede medir ni todo lo que se puede medir vale”. Que el arte de conducir, de liderar, de gestionar y de comunicar, están basados en el conocimiento, en la experiencia, en la capacidad para hacer participar a los otros, en la confianza propia y de los demás; en la motivación para hacerlo, en la capacitación, en la cooperación y/o en el saber trabajar en equipo … y no en el uso de la fuerza, la amenaza, el autoritarismo y el creerse el dueño de la verdad”.

Se puede decir más breve pero no mejor. Hay excelentes empresarios españoles, por ejemplo, algunos de los que han salido al exterior. Pero esos no son los arquetipos. Que cada cual compare con lo que conoce y saque sus conclusiones, pero un botón de muestra: de las primeras partidas en ser recortadas, la formación empresarial, ignorando que al futuro solo accederán los mejores.

- En el mundo de las energías renovables pisamos podio. ¿Sabremos aprovechar este hándicap más que positivo para exportar, formar, invertir, desarrollar, etc.?

- Tortas y pan pringao’. Es todo lo anterior y mucho más sin la Unión Europea a día de hoy. La emisión de Eurobonos que sustituyan a los de cada país dentro de un Sistema Fiscal Único, con pérdida de soberanía, por supuesto, es la única solución. Está en nuestras manos … y en la de 26 países más, pero nuestro peso-país es de los más altos, ¿estarán nuestros políticos a la altura de circunstancias tan cruciales y decisivas? Pronto habrá elecciones: ver … veremos.

Termino con una búsqueda. He buscado en el panorama nacional algo o alguien en que depositar parte de mis ilusiones. No todas, claro, por aquello de los huevos en la misma cesta, y demás. Y reconozco que, junto a otros 37.845.397 de españoles (el 82% de la población), la pongo con expectación en el Movimiento del 15 de Mayo. Ánimo y adelante: possunt quia posse videntur (Publio Virgilio Marón, 70 -19 a.C., Aeneis, 5, 231), pueden los que creen que pueden.

2 comentarios:

  1. (Recibo este comentario 'externo' y lo publico literalmente con profundo agradecimiento a mi querida sobrina Teresa):

    "He leído el artículo de Amador. Escribe bien y es coherente. Quizás lo más censurable sea la forma de expresar a retazos, que le falta un hilo conductor a la narración. En cuanto al contenido estoy bastante de acuerdo en líneas generales. Entiendo que es un cántico al 15M, y así debe ser. No estoy de acuerdo con el argumento falaz de la baratura de la monarquía. No estoy de acuerdo en la institución por principio, porque vulnera el principio de la igualdad de oportunidades, amén de la no discriminación por nacimiento o sexo (prima el derecho de primogenitura y el ser varón). Según ese argumento de que son publicidad para España podíamos subvencionar al pobre Julio Iglesias ...

    No hace mención en el artículo, o sólo lo hace de pasada al sueño de ser ricos que hemos vivido, con unos bancos que prestaban dinero, como si luego no hubiese que devolverlo, haciendo creer a la ciudadanía que el espejismo en el que vivíamos era eterno, ni habla tampoco de quienes son los auténticos responsables (la banca).
    En el asunto de las posibles soluciones estoy de acuerdo con él, pero creo que exagera cuando menciona las cualidades de las personas de nuestro país. No somos tontos, pero tampoco somos la repera, como parece decir Amador.

    No sabes cuánto me ha gustado la importancia que le da a la Sanidad y la Educación. Dos aspectos que considero fundamentales y que han sido tan maltratados por nuestros gestores. Son dos asuntos que conozco por mi trabajo el primero y por informaciones directas el segundo, y creo que han sido minusvalorados (a pesar de la cuantía presupuestaria) y sobre todo muy mal gestionados. Desde que los pacientes han pasado a ser usuarios y/o clientes, y los maestros y profesores se han dado en llamar docentes hemos perdido el Oremus.

    Yo también tengo mis esperanzas en el movimiento 15M, creo que cuando la juventud se despierta de un letargo puede cambiar muchas cosas. Así ha sido en la historia."

    MARÍA TERESA HERNÁNDEZ SOLÍS

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  2. Me voy a auto comentar con estas dos conversaciones telefónicas reales. Una muy, muy breve. La otra un poco más larga, tanto que resulta casi una lectura de esas que ahora llaman ‘de verano’ (imagino que para no asustar: como diciendo ‘ya verás como esto se lee sin sentir de puro fácil’; me parto de risa). Las mantuve esta semana y las cuelgo de mi Entrada ‘Aguanta la pedrá … III’, porque expresan cómo están los ánimos. Los económicos y los de toda la vida. Oye, tú, o sea …:
    ………………………………………………

    Ring … ring … ring …

    - Diga.
    - Oye, que te voy a matricular ya.
    - Perdón?
    - Sí, que ya no hay tiempo, que se cierra el plazo. No podemos esperar más.
    - Bueno, pues si no hay tiempo, entonces …
    - Es que hemos esperado hasta el último instante y nos coge el toro.
    - No, no, por Dios, que no nos coja. He hecho muchas veces cola para matricularme en Filosofía y en Económicas. Pero, óigame, señorita, si con esto de la crisis … Verá, es que estoy jubilado. Pero, ya digo, si para mejorar la situación me tienen ustedes que volver a matricular de lo que sea, pues, bueno … yo …
    - JA JA JA JA JA … !!! Perdón, perdón, me he confundido. Es que, con las prisas, he marcado a toda mecha y he marcado mal, JA JA JA JA … No, por Dios …
    - No, oiga, si yo … por ayudar … ja ja ja …

    ......................

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